Capítulo 1

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-Recuerdos de cuando él aún no existía-

Junio 17, 2022

Liana

Tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic-tic

La palanca de la máquina de coser se movía rápidamente sobre la mesa, mientras yo pasaba la tela blanca de algodón por debajo de la prensatelas. Las marcas que había hecho con hilo se cosían con los dobles que le había hecho a la tela antes de comenzar. Mi mano se movía con suavidad sobre la base, y mi pie no detenía su movimiento sobre el taburete, mientras que la tela se seguía cosiendo para terminar por convertirse en una camisa.

Me dejaba llevar por la música que se reproducía en mi móvil y que viajaba desde mis audífonos negros hasta mis tímpanos. Me encontraba en mi mundo, cosiendo diseños sin parar, y escuchando mi lista de canciones adictivas. Sí, porque no se vivía sin tener una lista de canciones así.

Moví mis manos en un ángulo curvado para poder coser las mangas de la camisa y crear el ángulo recto entre los costados y la parte de las axilas. Me tomaba mi tiempo, pero también me movía ágilmente al ya estar acostumbrada a coser desde que tenía los catorce años. Era mi pasatiempo favorito, y tal vez, si se pudiera, una vocación en el futuro.

Inevitablemente, tarareaba la letra de la canción:

Entre tanta gente yo te vi llegar
Algo en el destino me hizo saludar

Cristina de Sebastián Yatra comenzaba a sonar en mi lista de reproducción, e inconscientemente comencé a sonreír más debido a que era una de mis canciones preferidas. No obstante, el gusto no me terminaba por durar tanto, ya que al mismo instante una alarma sonó en mi móvil. Detengo mi movimientos sobre la máquina, y poso mi mirada sobre la pantalla del móvil.

Ay no... Violeta.

Siempre me pasaba, siempre terminaba por llegar tarde a la salida del colegio. A Violeta no le gustaba ser de las últimas y quedarse sola esperando a que yo llegara, y le había prometido que hoy llegaría temprano... pero el tiempo se me fue de las manos.

Eran las 3:30pm, y tenía tiempo justo para tomar el autobús hacia el colegio y pasar por ella antes de que el colegio cerrara y se comunicaran conmigo de parte de la administración.

Y luego... ¿adivinen quién se metía en problemas?

Dejo mis materiales justo como están, tomando mi móvil conectado con mis audífonos, y termino por coger las llaves de la casa y mi abrigo del perchero en frente de la puerta, para salir en apuros.

(***)

—Perdone mi tardanza, maestra Lucía. No volverá a pasar— me disculpo con la maestra de Violeta, después de haber entrado al patio del colegio y encontrarla junto a Violeta, sentadas en una banca.

—Pierde cuidado Liana, lo que importa es que no te olvides de la niña— acaricia la cabeza de Violeta, antes de hacerle señas para que venga conmigo—. Bueno, nos vemos mañana, pasen una linda tarde.

—Gracias— me despido, tomando la mano de Violeta quien al verla me mira con una carita triste.

Perdóname, florecita.

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