Capítulo 4

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-Recuerdos de un pintor irreconocible-

Junio 21, 2022

Martín

El distrito de Queens tenía todo tipo de gente. Comenzando por personas que se ofendían con un simple empujón en la calle, y después terminaban sirviéndote el desayuno con una cara de "no me mires, estoy cabreada".

Bueno, tal vez no toda la gente era así, pero sí la chica con la que tuve el "privilegio" de coincidir ayer por la mañana.

Liana...

Vaya, esa sí que era una chica interesante. Terca... malhumorada... aburrida... pero claramente interesante. Había encontrado diversión en molestarla e irritarla durante nuestro camino a Denny 's, y cuando me tuvo que servir el desayuno. Me parecía una chica que no se dejaba intimidar por los demás, especialmente con desconocidos como yo, pero que también tenía sus secretos. Lo podía ver en su mirada cuando se encontraba dibujando en una servilleta arrugada.

El dibujo parecía hecho por una niña de cinco años, pero el detalle era el que valía.

De todos modos eso fue ayer, y hoy ya era una nueva página en mi libro de exploraciones. Y qué mejor manera de comenzar el día que por yendo a tirar la basura. No creo que exista una manera más emocionante, ¿verdad?

Bueno, mejor dicho una bolsa negra con solo un artículo dentro de ella. Mi móvil. Ya no soportaba más tener que escuchar como desde el bote de basura seguía vibrando e indicando mensajes y llamadas entrantes. Desde ayer por la tarde insistía más, y hasta ahora había decidido tirarlo de una vez, deshacerme de él por completo. Viéndolo bien, no era que el móvil vibrara e insistiera tanto que me molestaba, sino era el hecho de que se preocuparan tanto por mí, hasta el punto de explotar mi móvil.

Venga, tenía veintitrés años, y ya no era un pibe. Si sabían que me había ido de Venecia, entonces no se hubieran molestado por intentar comunicarse conmigo, o buscarme. Además, si para mi papá era un bueno para nada, ¿porque no me dejaba vivir a mi manera? ¿Por qué no bajaba su guardia y me dejaba ser? Sus intentos eran inútiles.

Sin dudas ni preámbulos, tiro la bolsa negra en el bote de basura del apartamento con todas mis fuerzas. Sacudo mis manos con satisfacción, sonriendo hacia el basurero salvador, para después darme la vuelta y retirarme. Sin móvil me sentiría más libre.

Miro hacia el cielo, claro y lleno de luz. Era otro día perfecto para salir y pasear por otro lugar en Queens.

No creo que el Denny 's sea una opción esta mañana.

Vuelvo al apartamento y cojo mi fedora de la suerte, mis lentes de sol, y mis auriculares. Antes de salir por la puerta conecto mi dispositivo a los auriculares, y dejo que De pies a cabeza de Maná comience a reproducirse.

Paso toda la mañana entera recorriendo la ciudad, entrando y saliendo de diferentes comerciales, y presenciando la variedad cultural que existía. Era muy chévere la ciudad, y uno se podía entretener fácilmente.

Vuelvo a salir de mi apartamento una vez más, después de haber dejado algunas cosas que había comprado en mi vivienda. Entre ellas una camiseta gráfica, una fedora color marrón claro, y unas cuantas frituras típicas que encontré en una tienda caribeña.

Por un momento me acuerdo del conductor de taxi que me trajo a mi apartamento el primer día que arribé, y como me había recomendado pasear por los parques de Queens. El atardecer de hoy se encontraba más soleado que la mañana, y sin duda alguna quería pasar el resto de la tarde en un parque cercano. Hoy que venía caminando hacia el apartamento me encontré con un parque agradable; se veía perfecto para inspirarme.

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