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¿Hoy? Hoy era un lindo día para ir a la escuela, ¿a quién miento? ¡es horrible!, ¿para qué rayos me servirá aprender química? Ni que en las editoriales me pidan, "señorita, aplique la fórmula de la flor", ¿quién carajos se va a saber?

Apenas salí de casa miré a mi inseparable amigo, mi fiel compañero.

— Buenos días alegría, ¿cómo amaneció señor sol?

— Deja de hacerte la graciosa y vámonos, se nos hará tarde.

— Eres cruel – caminé a su lado, la escuela no quedaba tan lejos, y al paso llegaríamos incluso con tiempo.

— ¿Por qué te demoras siempre?

— Eso es una ofensa, sólo me pongo bonita – me presumí a mí misma – algo que a ti no te sale.

— ¿He? No necesito eso.

— ¿Por qué? Serías más popular de lo que ya eres.

— Azumi, sabes que eso no es lo mío, sólo, pongo en su lugar a quienes se quieren pasar de listos.

— Si, si como digas – hice algunas señas con mis manos dándole desinterés – por cierto...

— Por cierto, nada, todo lo que sale de tu boca es para molestarme.

— No seas así, enserio Chifuyu, ¿cuándo tendrás pareja?

— No necesito eso.

Suspiré un poco, aunque, por una parte, me alegro, aun esta chiquito, asiqué debo cuidarlo, es mi obligación como su mejor amiga.

Las clases en sí, eran sencillas, pero como soy tan buena persona y me gusta evitar usar mi cerebro, no prestaba atención, aunque nunca se cómo es que me va bien en los exámenes, si es por el señor de arriba, alabado sea. Me va a caer un rayo si sigo así.

Y por fin, la bendita hora de salida, recogí mis cosas para ver a mi fiel e inseparable amigo, que no se encontraba en su salón, ¡me había dejado!, le pregunté a su compañera, pero simplemente lo vieron irse a la otra clase, asiqué fui a verlo.

Supuse que iría a ver al chico que había llegado, decían que estuvo en el reformatorio, ¿habrá hecho algo malo? A veces hay que dudar, no siempre están de manera justa en ese lugar.

Aunque, no pasó lo mismo con Chifuyu, su actitud en la escuela era muy seria, pero, en su casa era muy tierna, el desprendía dulzura por todos lados una vez que se lo conoce.

Apenas entré, estaba un chico pelinegro, con lentes, y tenían una exquisita sonrisa.

— ¿Son colmillos de verdad? son geniales – tomé su rostro entre mis manos acercándome más a él.

— Azumi, están muy cerca – me fijé de la distancia, sintiendo mi rostro arder, y para cuando quieran decir algo, ya estaba en la puerta.

— Bueno, fue un gusto conocerte colmillitos, los veo después, te llamaré cuando llegué a casa Chifuyu – alcé mi mano comenzando a irse – fue un gusto conocerte chico bonito.

— ¡Azumi! – reí y salí corriendo.

Mis mejillas dolían, pero era algo que ya me había acostumbrado, y en mi mente sólo pasaba esa sonrisa de colmillos bonitos, deliciosos, y hasta un punto, excitante.

Caminé por todo el lugar algo distraída, pero choqué contra algo, no tan duro, lastimosamente caí al suelo, cuando miré al frente había varios tipos, ninguno me sonaba su cara, al menos no de todos, asiqué me alejé lo más rápido que pude y me puse pie sujetando mis cosas, esto no era bueno.

Colmillos - Keisuke BajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora