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Apenas llegamos, su madre no estaba, asiqué preparé algo de comida, un yakisoba para él, y algo para nosotras, cuando terminamos, fui por mi mochila a cambiarme en el baño, cuando salí después de haber hecho todas mis cosas, miré que Baji estaba en acostado en su cama, asiqué me pregunté, ¿dónde dormiré yo? No puedo dejarlo que duerma en el sofá, y no me dejará ir al sofá, asiqué me acerqué y me lancé abrazarlo.

— ¿Apago la luz?

— ¿He? Espera, yo iré a dormir en el sofá, tu dormirás aquí – tomé su mano volviéndolo a la cama mientras me paraba para apagar la luz y lo volvía acostar de golpe y abrazarlo – no pienso dormir contigo.

— ¿Por qué?

— Porque...

— No me importa, es tu cama, no pienso dejar que duermas en el sofá, y cállate.

— Pero, Azumi.

— Hey, aquí alguien trata de dormir, cállate y abrázame.

Seguimos hablando por unos momentos más y al final cedió, no era la primera vez que dormía con alguien, a decir verdad, Chifuyu era calentito, y me trataba como un peluche, pero no me maltrataba, al menos yo no amanecía en el piso.

Con colmillitos no fue tan distinto, sólo que era más intenso, se mantenía sereno, y se giró a mi para abrazarme, no me quejé, era mejor así.

En la mañana, sentía una mano en mi cintura, pero, también sentía que un cuerpo no estaba completo, cuando miré bien, Baji estaba a punto de caerse, un pie fuera de la cama, y su brazo colgado, me hice para atrás, y lo jalé un poco, pero, eso ocasionó que se acostara boca abajo, diablos, Baji de verdad pesaba.

Como pude me levanté, y fui hacer mis cosas, cuando fui a la cocina, su madre apenas iba despertando.

— Señora Baji, buenos días.

— Oh, buenos días Azumi, ¿dormiste bien?

— Si.

— Espero que Keisuke no te haya golpeado mientras duerme.

— Para nada – reí un poco.

— Es cierto, gracias por la cena, en un futuro serás una gran esposa.

— ¿De verdad? muchas gracias.

— Dime, ¿ya pensaste en eso?

— ¿En eso?

— Tus sentimientos.

— Anoche me presentó a sus amigos, uno de ellos tenía una hermana, me ayudó a comprender algunas cosas.

— Entonces, ¿te gusta?

— Si, me gusta.

— ¡Qué maravilla! Me esforzaré para enseñarle a Keisuke a tratar a una chica.

— Me trata bien, de verdad, ha sido muy dulce conmigo.

— Me alegro mucho.

Continuamos hablando un poco más, hasta que Baji se despertó, y su madre lo molesto, era gracioso, pero un ambiente muy divertido y entretenido.

Cuando llegué a mi casa, papá estaba sentado en su lugar como siempre.

— Ya llegué – apenas me miró sonrió.

— ¿Cómo te fue?

— Muy bien, la pasamos en el parque de diversiones, y me llevo a conocer a sus amigos, son buenas personas, ahora tengo más amigos, y una amigas, quiere salir conmigo el próximo fin de semana.

— Eso es bueno, me alegra que te hayas divertido.

— Si, ¿y mamá?

— Para tu suerte, sigue durmiendo, llegó a la madrugada.

— Oh, entonces iré a dejar mis cosas.

Pasaron algunos días desde aquello, mamá no se enteró, incluso salí con Emma, había sido divertido, tomamos algunos helados, también más veces con colmillitos, le comenté a papá su fetiche por los gatitos y el cómo algunos entran a su habitación, se sorprendió eso, y me dijo que si quería algún gatito lo podía traer.

Mamá había estado molesta en ese tema, pero lo entendía, Baji era alguien explosivo, y le preocupaba, pero lo entendía, no quería que pase lo que ella pasa, aunque no sé lo que de verdad pasa con mis padres.

Y hoy, iba a salir, mencionó que no había problema el cómo iba vestida, asiqué me puse un vestido sencillo, celeste, y un suéter, lo esperé a que llegara, y cuando lo hizo, mamá se fue a su habitación, algo muy mal de su parte, aunque Baji no lo supo.

— ¿A dónde iremos?

— A un lugar que encontré – tomó mi mano entrelazándola, lo miré y sonreí apoyándome en su brazo.

— ¿Es bonito?

— Lo es, perfecto para nuestra cita – nuestra cita, suena tan bonito, ¿lo mejor? Es que somos solo él y yo.

Cuando llegamos, era una especie de campo rodeado de árboles, ahí le ayudé a preparar una manta, haríamos un picnic.

— Es hermoso, ¿cómo lo encontraste?

— Hicimos algunas carreras, y por tratar de ganarle a Draken, me tope con este lugar.

— Es genial – comimos un poco de yakisoba, no me sorprendía, pero no me molestaba, comer yakisoba era algo que se volvió normal para mi – por cierto, espero que Mikey no se haya tomado mis acciones como que quiero algo con él.

— Mikey supuso que esa era tu manera de ser, lo entendió, el suele ser de otra forma, no es alguien serio después de todo.

— Entiendo – asentí y seguimos hablando – entonces papá dijo que podrías ayudarme con un gatito, dijo que le parece buena la idea que tenga una mascota, pero que deberé hacerme responsable.

— Me gustas.

— Pero debe ser un macho – sonreí con emoción, para mirarlo y parpadear por un momento, ¿se había declarado? Me sonrojé de golpe.

— No hace falta que respondas en este momento, bueno... - tenía esta oportunidad en mis manos, tomé coraje de quien sabe dónde, y sujeté su chaqueta acercándolo a mí para chocar sus labios con los míos.

— También me gustas – me sonrojé, era obvio, y el soltó una carcajada mientras me ponía más roja, parece como si le hubieran dicho que tener gatos es obligatorio – cállate.

— Vamos, Azumi, esto no termina aun – lo miré por un momento – Azumi, me gustas, ¿quieres salir conmigo? ¿ser mi chica? ¿mi novia? ¿A pesar de que soy un pandillero y llegaré con golpes, moretones y sangre a interrumpir a tu ventana porque tuve una pelea?

— Estuve consiente de eso desde que dijiste que perteneces a la Toman, y no me importa que vengas a importunarme si con eso puedo ayudarte, aunque sea un poco.

— ¿Eso es un sí?

— ¡Claro que es un sí! – inflé mis cachetes para que el los tomara y volviera a unir nuestros labios, diablos, se siente bien.

Colmillos - Keisuke BajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora