21

616 44 2
                                    

— Kato-san, ¿ya se va? – miré a mi compañero de trabajo.

— Si, iré al pet shop que está cerca.

— Oh, permítame acompañarla.

— No te preocupes, estoy bien.

— Insisto – aunque me negué, lo tenía a mi lado, cuando entré, miré a un joven, tatuaje de tigre en el cuello, lugar debajo de su ojo, mechones amarillos...

— ¿He? ¡Eres tú! – me acerqué para golpearlo con la cartera que llevaba - ¿cómo pudiste hacerlo? Eres muy malo, espero mi carta te haya dejado claro, ¡te consideraba mi nuevo hermano adoptivo que encontré en las calles!

— Espera, detente, tiene una explicación, ¡Baji! ¡ayuda! – seguí golpeándolo hasta que sentí unos brazos en mi cintura.

— Cariño, espera, tiene una explicación – miré a Kei un momento para sentarme en una de las sillas – no te lo dije porque supuse que harías algo así, vive con Chifuyu.

— ¿Vive con Chifuyu? – miré a mi mejor amigo que se escondió por ahí - ¡ven aquí!

— Lo siento, pero Baji-san no me dejó decírtelo.

— ¿Por eso no me dejabas ir a visitarte? Eres mi hermano – los miré un momento para luego ver a la persona ajena que traje – oh, siento el escándalo que hice.

— No te preocupes.

— Bueno, te presento a mi novio, Baji Keisuke, mi mejor amigo, Matsuno Chifuyu, y mi otro casi mejor amigo en aquel tiempo, Hanemiya Kazutora, chicos el es un compañero de trabajo.

— Es un placer.

— Un gusto.

— ¿Novio? Azumi, soy tu prometido, nos casaremos en unos meses más – reí un poco al verlo – pero es un gusto.

— El gusto es mío – miré a mi compañero que se veía algo intimidado, asiqué se fue.

— Qué raro.

— Me cae mal.

— A ti te caen mal todos mis compañeros colmillitos – miré al otro chico - ¿cómo has estado tigre?

— He, bien, me alegra que sigan juntos, lastima que ahora ya no pueda hacer que te saltes tus clases.

— Si, gané tarea extra por ese día.

De ello había pasado un año, más o menos, ahora mis compañeros dudaban si de verdad me iban a casar, bueno, hasta yo, bueno no, hemos trabajo muy duro, pero muy pronto conseguiríamos el dinero para nuestra casa.

— Azumi, ¿qué es esto? – miré la caja que sostenía, me acerqué abrirla, para luego cerrarla.

— Ponla en el basurero.

— ¿He? ¿por qué? ¿qué hay aquí?

— Basura, bueno, es ropa, y algunas notas y cosas que compré en aquel tiempo.

— ¿Puedo ver? – asentí mirándolo, no había miedos que esconder – oh, algo me dijo Emma, Hanma no era muy buen ejemplo.

— Se burlaba cuando me atoraba – tomé la cajetilla de cigarrillos – pero me hacia compañía, ¿qué sucedió con él?

— Escapó luego de que Kisaki falleciera, no supimos más – asentí comprendiendo – casémonos.

— ¿He? – lo miré por un momento.

— Ya estamos listos para casarnos – reí un poco para abrazarlo.

— De acuerdo señor colmillos.

Colmillos - Keisuke BajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora