9

925 96 1
                                    

Había sido uno de mis días más geniales, de camino a casa, no cambió mucho mi manera de ser, era obvio, me dejó en la puerta, y yo miré hacia la casa, estaban ocupados.

— Entonces, pasaremos por ti en la mañana, ¿de acuerdo? – asentí con emoción – nos vemos, Azumi.

— Ve con cuidado colmillitos – alcé mi mano despidiéndome, entré a la casa, papá en su lugar como siempre, y mamá tomando un poco de té – ya llegué.

— Oh, ¿te divertiste? – asentí.

— Si, fue divertido, me llevó a un picnic, y luego alimentamos gatitos.

— Oh, que chico más cariñoso – asentí con emoción, hablamos un poco más y me fui a la cama, como era obvio, se volvieron a escuchar sus discusiones – respeta la decisión de tu hija, él la hace feliz, y si ella termina con él, no hay nada más que decir.

— Pero, es un delincuente.

— Chifuyu también es un delincuente, pero parece que quieras controlar su vida, Azumi ya no es una niña pequeña, está creciendo, era normal que esto pasará, pronto cumplirá sus catorce años, y si decide tener novio, no me importa, con tal de verla feliz.

— ¡Es una niña!

— ¡Es su felicidad!

Desconecté, no escuché nada más, en la mañana habían llegado por mí, asiqué me despedí de ambos y tomé a ambos chicos del brazo, saludándolos a mi manera, un beso en la mejilla de Baji, y un piquete en la mejilla de Chifuyu.

— Tus ojos están tristes – miré a Baji y sonreí.

— Oh, ¿enserio? – me miré por el reflejo de mi celular - ¿será por el jabón? Se me entró cuando me bañaba.

— Puede ser, ¿vendrás conmigo luego de clases?

— ¡Por supuesto! Debo ir con tu madre, se pondrá feliz, ¿o ya le dijiste?

— No, aun no...

— ¿Qué se traen ustedes? – miré a Chifuyu, lo había descolado por un momento.

— Chifuyu, mi mejor amigo, mi hermano adoptado que lo encontré bajo la lluvia como un perro mojado – reí un poco ante su ceño fruncido, pero tomé la mano de Baji entrelazándola y mostrándosela – estamos saliendo, desde ayer.

— Están saliendo... - su mirada estaba en nuestras manos - ¿están saliendo? ¿por qué?

— ¿Por qué nos queremos? – respondí con otra pregunta muy obvia.

— No me refiero a eso, era obvio que te tenía como idiota, lo que quiero decir es ¿por qué no lo supe antes? Soy tu mejor amigo, debía pedirme permiso primero a mí, me siento estafado.

— Vamos Fuyu, algún día debía pasar, mira el lado bueno.

— ¿Hay un lado bueno?

— Eso fue cruel, pero, Baji es al único, aparte de sus amigos, chico que conozco y que hablé más, aunque también hablo con los de mi clase, es diferente, sólo míralo, tiene porte, es guapo, sexi, tierno, de buena familia, futuro prometedor, es el chico perfecto, deberías darte cuenta.

— Azumi, no puedo enamorarme de un hombre.

— ¿Y eso qué?

— Me gustan las mujeres, no puedo verlo de la misma forma que tú lo vez.

— Sigo aquí – lo miré, colmillitos estaba sonrojado, asiqué reí besando su mejilla para abrazarlo – eres muy cariñosa cuando te lo propones.

— ¿Cuándo no ha sido cariñosa? – miré mal a Chifuyu por eso.

El día paso normal, incluso en la tarde, y noche, creo, su madre se puso muy contenta y lloró de al fin su hijo, haya "sentado cabeza", hablamos un poco y tuve que irme a casa, papá estaba ahí, pero mamá no. Y colmillitos quería hablar con él, algo tardío, pero, lo justo.

— Señor Aki-san.

— Oh, Baji, es bueno verte de nuevo.

— Papá, queremos decirte algo – reí con emoción.

— Claro, soy todo oídos – miré a colmillitos y el suspiró, sujetó mi mano para mirarlo.

— Señor Aki-san, quiero pedirle permiso, quiero que me permita ser pareja de su hija – le dio una reverencia, mientras papá seguía con la misma expresión.

— ¿He? – me miró a mí, asique asentí – salir con mi hija..., ¿¡salir con mi hija!?

— Papá, relájate.

— Oh, lo siento, bueno, no sé porque me lo preguntas a mí, si Azumi es feliz, sólo te pido que la cuides, es mi niña, es mi tesoro, y es lo único que amo y amaré con todas mis fuerzas, además, es la luz de mi vida, oh Baji, tienen mi permiso, sólo, nada de cosas de adultos hasta su madurez.

— Señor, sí señor – me puse en modo soldado con mi mano en mi cabeza, ocasionándoles una risa – lo acompañaré a la puerta.

— Claro – cuando salimos lo vi suspirar y sólo toqué su brazo.

— ¿Por qué te pones nervioso? Mi padre te adora.

— No lose, quien sabe – me miró sujetando mis mejillas – nos vemos mañana, ¿de acuerdo?

— Si, nos vemos Baji.

— Keisuke – lo miré algo confundida – dime Keisuke, yo te digo Azumi, es tu nombre, no es justo que sólo yo te llamé así.

— Pero, puedes llamarme de otra manera.

— ¿Cómo?

— Puedes decirme amor de mi vida, mi gata del día.

— Bien, amor de mi vida, mi gata del día – reímos por ello – te quiero Azumi.

— También te quiero, Kei.

Tomé impulsó y junté sus labios con los míos, para luego verlo partir, entré de nuevo a casa para abrazar a mi padre, había estado llorando, y yo lo consolaba, mamá no llegó hasta entrada la noche, pero para esa hora papá ya se había ido. Pasaron días desde aquello, y papá seguía sentimental, algo que mamá notó...

— ¿Ahora qué te pasa? – mamá había estado rara desde hace días, por petición de papá, no me acerqué para darle su espacio.

— Algo que sucedió hace, algunos días, o semanas, no lose, Azumi está creciendo, sólo eso, me alegra que esté con el chico que quiere.

— ¿Cómo? – su mirada lo era todo, papá se había puesto serio mientras me abrazaba.

— Ai, Azumi tiene novio, el chico se presentó, hablamos, lo acepté, es la felicidad de ella, para mi es suficiente.

— ¿Espera qué? ¿estás saliendo con alguien? – mamá tenía la mirada enojada, confundida, indecisa – pero..., ¡eres una niña!

— ¡Ai! – me sobresalté un poco ante el tono de mi padre – Azumi ya no es una niña, está creciendo, en algún momento se casará y tendrá su familia, no será una niña por siempre.

— ¡No! ¡no puedo permitirlo! ¡no quiero! – papá me llevó a mi habitación aun con los gritos de mamá y el ruido de algunas cosas romperse, era la primera vez que la veía así de alterada.

— Azumi, guarda tus cosas en una mochila, tu madre no está en condiciones de estar bien, ni te tratará bien, asique por ahora, ve a casa de alguien, todo estará bien cuando regreses.

— Papá...

— Por favor cariño, tu madre se pondrá violenta si sigue así.

— De acuerdo...

Colmillos - Keisuke BajiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora