En la sala abarrotada los miembros del Studiolo pululaban de un lado para otro comentando ansiosos las virtudes del Dr. Fell y lo altas que eran sus expectativas en la monografía sobre San Juan que iban a presenciar. También asistían algunos de los habituales a las clases magistrales de la biblioteca, profesores universitarios e investigadores en su mayoría. No era un ambiente en el que fuera fácil pasar inadvertido por la pompa del lugar, y si se tenía además en cuenta el nivel cultural y adquisitivo de los invitados era prácticamente imposible. Will y Abigail preferían mantenerse cerca de Hannibal, dando la bienvenida a todos, proyectando una imagen de familia feliz, aunque atípica. Will miraba nervioso hacia la entrada, Molly y Rinaldo tenían que estar a punto de llegar. Sabía que Hannibal no lo aprobaba, no porque hubiera discutido o puesto ningún impedimento a que vinieran, pero sabía que la idea de compartir su atención no le hacía ni la más mínima gracia. Con un poco de suerte llegarían con poco tiempo de antelación y se ahorrarían la conversación previa, o a lo mejor ni siquiera venían.
Por su parte, Abigail no daba señales de estar nerviosa por nada. Siempre que tuviera a Hannibal cerca para decirle qué hacer y cómo, estaría tranquila. Le habían regalado un vestido para la ocasión y por fin estaba poniendo en práctica sus recién aprendidos tiempos verbales en italiano. Cuando estaba con Hannibal ya no reconocía en sí misma a la cría que se había quedado huérfana en Minnesota. Ojalá pudiera ser así siempre, no más tiempo escondida, siempre en compañía de papá y papá. Hannibal la presentó a todos sus colegas, un poco indeciso al principio, pero orgulloso de verla desenvolverse con naturalidad. Era un buen psiquiatra, eso no era ninguna novedad, y ser padre también se le daba bastante bien. A Will también la complacía verla feliz, vital, ni siquiera cuando se ponía de perfil y se podía atisbar la falta de un oreja entre el pelo, ni siquiera sabiendo qué había sido de esa oreja, sentía lástima. No sabía qué habría hecho sin ella, sin alguien que sacara de él la poca bondad que le quedaba e hiciera merecer la pena todos y cada uno de los malos actos que había cometido en el último año, que los justificaba y le quitaba de encima el peso de la culpabilidad. Si Abigail era feliz, Will era feliz. Si Will era feliz, se dejaría llevar. Si Will se dejaba llevar, entonces Hannibal era feliz. No era una dinámica compleja y realmente se parecía mucho a cómo funcionan las familias convencionales.
Era la hora. William y Erin ocuparon las sillas que llevaban su nombre, en la primera fila. Molly y Rinaldo llegaron in extremis, buscaron dos sitios libres al fondo en lo que las luces se atenuaban y la imagen de San Juan proyectada al frente acaparaba la atención de todos. Las sombras de las columnas, las molduras barrocas y los expositores entre las paredes plagadas de libros creaban una atmósfera lúgubre. En mitad del silencio la voz del Dr. Roman Fell retumbó con la recitación de un pasaje en latín, su mirada fija en la luz del proyector intentaba discernir rostros. Molly, atenta entre el público, sintió su diafragma tensarse cuando sus ojos se cruzaron, como un instinto que alerta de la presencia de un depredador.
***
-¡Eso ha sido fantástico!- Rinaldo Pazzi se acercó deseoso de hablar con el protagonista de la noche. –Es la primera vez que venimos a una conferencia en la biblioteca Caponi y permítame decirle que ahora entendemos qué las hacen tan exclusivas. Enhorabuena, Dr. Fell.- Se saludaron con un apretón de manos. –Muchas gracias por las invitaciones.
-Me temo que a quien tiene que dar las gracias es a William, Commendatore. Él se ha encargado de todo.- dijo Hannibal con toda la sinceridad del mundo, pues a decir verdad él no habría movido ni un dedo por que la pareja asistiera al evento.
Molly irrumpió en la conversación recién iniciada con su ya conocida risa. –Ay, Will, lo siento si te he causado muchas molestias.
-William.- Hannibal la rectificó pronunciando detenidamente cada consonante del nombre.
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Sólo Dios sabe qué sería de mí sin ti / Hannigram / +18
Fiksi Penggemar¿Y si Hannibal no hubiera ocultado que Abigail estaba viva? Que Will decida huir con Hannibal no significa que esté enamorado de él. Que Hannibal haya conseguido convencer a Will una vez no significa que vaya a ser así siempre. Que Abigail esté con...