Capítulo 19: Peleas amorosas

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Tigresa había despertado después de un largo sueño, abrió los ojos lentamente y estaba un tanto ciega por la luz de una vela, comenzó a reincorporarse y quito la sabana que la cubría, vio la marca ahora de un color negro como un tatuaje, la toco lentamente y no parecía haber señal de dolor, volteo a ver a Po para encontrarse con un panda dormido y a medio caer de la cama, le causo un poco de risa la escena.

Al ver que no tenía ya ningún tipo de dolor, ni por los golpes ni por la marca, decidió ir a la cocina por algo que comer.

Salio de la enfermería para darse cuenta que ya era de noche, no sabía qué hora era exactamente pero camino sigilosamente para no molestar a nadie, una vez llegando a la cocina, vio unos dumplings fríos lo cual no le dieron antojo, una brillante idea se le vino a la cabeza, fue entonces donde decidió buscar los dulces de mono, ella sabía dónde estaban, puesto que Po siempre le decía que se los robaba.

Tigresa subió al estante y los tomo, se encontraban dentro de un jarrón, comenzó agarrar las galletas que pudo y se las comió de una sola mordida, cuando de repente, Grulla quien estaba parado en la puerta se le quedo viendo, una figura de una felina colgada del estante atragantándose de galletas.

Ehm... ¿Que estás haciendo? – Grulla pregunto muy confundido, pues no era la manera de ser de Tigresa.

Tigresa aun con la boca llena de las galletas le dijo- Nada de tu incumbencia.

Tigresa aun con la boca llena de las galletas le dijo- Nada de tu incumbencia

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Uy, lo lamento gruñona. –Recalco Grulla aliviada de que era la misma de siempre.

¿Qué esperas? Vete de una vez. –Tigresa se lo dijo en un tono enojado.

Grulla se quedó un tanto extraño con su reacción, era ella pero el doble de enojada, sin darle más importancia se fue al baño el cual era su objetivo inicial.

Tigresa se sentía satisfecha pero aún tenía más antojo, fue entonces donde tomo los dulces restantes de Mono y se comió varios, los demás los guardo en su bolsillo.

Bien... pero- Relamió sus labios- Aun necesito comer algo más.

Tigresa regreso a la enfermería para posarse a un lado de la cama donde Po estaba durmiendo, Tigresa comenzó a juntar sus labios con los del Panda sin moverlos, sentía un cosquilleo en la espalda y la entrepierna mientras lo hacía, Po estaba dormido y Tigresa decidió apagar la vela que alumbraba la enfermería, Po estaba en su completo control, cuando de repente algo se asomaba en la entrepierna de Po, algo que levantaba su pantalón con todo y sabana encima, a Tigresa le dio un poco de risa, trataba de imaginarse que estaba soñando, ella metió la mano dentro de la sabana y comenzó a frotar su miembro aun con el pantalón puesto, Po aun dormido se retorcía, aun podía sentir placer, a Tigresa le gustaba hacerlo, hasta que Po abrió los ojos, la sensación ya era exagerada, el panda se espantó un poco al saber que era de noche y solo se denotaban 2 ojos de color rojo-anaranjado como el fuego en la completa oscuridad.

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