Capítulo 22: Punto de encuentro

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Todos los guerreros entraron ante la gigantesca puerta, solo para encontrar aquella enorme fuente que irradiaba agua color jade, enseguida de esta se encontraba Po, quien estaba ya moribundo, Tigresa rápidamente corrió y con la ayuda de Yin, ambos dieron un golpe duro y firme, rompiendo ambas cadenas que lo sujetaban, el cuerpo de Po cayo rendido al piso, apenas con un poco de aliento.

Tigresa lo tomo entre sus brazos y lo abrazo, evitando romper en llanto, al parecer llego justo a tiempo.

Todos miraban a su alrededor, solo podía denotarse obscuridad total y un silencio abrumador, al parecer todos estaban completamente confundidos, no sabían si el enemigo seguía allí.

De un segundo a otro, una sombra corrió rápidamente de un lugar a otro, alertando los instintos de todos, estos rápidamente coordinaron una posición defensiva, dejando a Po y Akame en medio, mientras los demás los rodeaban con una defensa casi inquebrantable.

-¿Que sucede? –Pregunto Mono.

Una vez más una sombra corrió rápidamente, y todos lo pudieron denotar de reojo.

-¡No teman! Es una experta en jugar con su mente. –Les dijo Tigresa casi gritándoles.

Todos sentían un escalofrió, lo único que podían escuchar era la respiración agitada de quien tenían a su lado, lo cual los hacía sentir aún más inseguros.

De repente se escuchó una voz de ultratumba en toda esa cueva o guarida.

-Mono, tantos logros que no te llevan a nada, sigues siendo inferior a tu hermano, ¿recuerdas cuando la gente se quería deshacer de ti? Ese sentimiento de odio jamás desaparecerá de su mente... de sus corazones.

-No escuches lo que dice, ni tu ni nadie, ¿me oyen? –Dice Tigresa manteniendo el control.

Mono se sentía un poco más débil, no quería denotarlo, pero recuerdos del pasado comenzaron a torturarlo.

-Pobre Tigresa, abandonada y transformada en algo en contra de tu voluntad, te esforzaste toda una vida, y al final no conseguiste nada, solo 2 personas conocemos tu pasado, y las 2 añoramos matarte.

Aquellas terribles palabras hacían un eco en su mente y corazón, una pequeña parte de ella le decía que diera lo que sea para saber qué es lo que en verdad fue de ella, pero su otra parte sabía que no debía escuchar a su contraparte.

-Yin, huérfano a los 10 años, siempre quisiste ser lo mejor para tu familia, lástima que jamás podrán verlo, ¿que es peor? ¿Qué te arrebaten a tu familia? ¿O nunca haber tenido una? O aún mejor ¿No haber hecho nada cuando tenías al asesino de frente?

Yin dio un suspiro exaltado y arrugo su rostro.

-Cállate ya –Exclamo Po con la poca fuerza que quedaba. –No lograras destruirnos, eso quedo en el pasado.

Tigresa vio que a Po se le fue el último suspiro de energía que le quedaba y se desmayó en sus brazos.

-¿Le paso algo? –Pregunto Víbora preocupada.

-Solo está descansando. –Le dijo Tigresa.

Dentro de la oscuridad emergieron los 4, Tai-Lung, Shen, Kai y Serapis.

-Un gusto en volverte a ver, hermanita. –Le dijo Tai-Lung.

Tigresa se encontraba sumamente sorprendida. -Tenemos que irnos. –Lo dijo Tigresa un poco asustada.

Víbora la cuestiono -Pero Tigresa...

-¡Ahora! –La volteo a ver con una mirada muy penetrante.

Yin rápidamente tomo a Po entre sus hombros, y todos salieron rápidamente de ese lugar.

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