Capítulo 5: Kotaro

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PETE

Khun estaba igual que siempre a día siguiente, me pidió ver la serie que no pudimos ver anoche y comimos papas fritas en su cama, a la noche Kinn dijo que necesitaba ir a un lugar con unos clientes. Fuimos hasta unos galpones que me resultaron familiares.

- ¿Qué hacemos acá?

- Me citó un cliente – dijo Kinn.

- No me gusta este ambiente – pero lo bueno era que conocía el lugar – está seguro jefe que era acá, esto es un lugar de mala muerte.

- Lo sé, pero fue acá donde nos citaron.

- Big – llamé a uno de los chicos – atento con cualquier movimiento, no tengo buen presentimiento.

- Pete – llegó Ken a mi lado – creo que llegaron.

- Jefe – me acerqué a él y los demás se pusieron alrededor.

- Kinn – dijo un chico entrando al lugar – mi jefe me mandó a traer estos documentos.

- ¿Por qué el lugar? – preguntó mi jefe.

- Pues, mi jefe solía andar por estos lugares hace unos años.

- Bien hagamos esto rápido.

Mi jefe tomo los documentos, leyó con sumo cuidado cada uno y yo ponía atención a cada movimiento de los demás. En un momento vi uno de los guardaespaldas del chico y su cara me pareció conocida. Se firmaron los documentos y se fueron.

- Señor Kinn – me acerqué solo a él – creo que uno de los guardaespaldas del chico fue el que ataqué cuando el señor Khun fue secuestrado.

- ¿qué? – mi jefe abrió los ojos - ¿estás seguro Pete?

- Muy seguro me fije muy bien en sus rostros.

- Papá busco por mucho tiempo, pero parecía que se borraron del mapa y ellos volvieron a nosotros.

- Señor Kinn creo que esto debemos manejarlo con cuidado, que quede solo entre usted y yo.

- Claro, hablaremos con papá.

Salimos del lugar, cuando llegamos a casa conversamos solo con el señor Korn y pues intentamos entablar un plan, el cual involucraba ser espía dentro de la organización contraría.

Khun estaba viendo una serie cuando regrese a su lado y me tomo por sorpresa cuando me acostó a su lado.

- Pete, tengo un mal presentimiento – creo que muchas veces Khun está muy cuerdo, quizás presiente que tendré que hacer algo peligroso.

- Señor Khun no debe preocuparse.

- Como no, si él chico está mintiendo y cuando su novio se enteré estoy seguro que lo dejará.

- Jajajaj – y yo pensando que estaba preocupado por mí – Khun – lo abracé – gracias.

- Sea el trabajo que tengas cuídate, te necesito de vuelta Pete – tomo mi rostro – eres una persona importante en mi vida.

- Lo sé Khun, también te quiero – me beso la mejilla.

- Yo igual, aunque mi forma de querer es más romántica.

- Khun, me iré a dormir – mejor evitar ciertos temas.

- Descansa.

- Igual - desordené su cabello y me fui a mi habitación.

VEGAS

Necesitaba saber que sabía Tawan sobre Kotaro así que me fui a su departamento y resulta que él no estaba, abrí la chapa y me dediqué a buscar en cada rincón alguna información.

- Es de mala educación registrar un departamento que no es tuyo Vegas – tuve solo diez minutos para revisar y no encontré nada.

- Vine a buscarte y bueno sabes no me iré por las ramas, ¿qué es lo que sabes?

- No mucho – se acomodó en el sillón – pues hice un pequeño encargo para él y pues me hablamos de ti, ambos coincidimos en lo maravilloso que eres en la cama.

- Solo si lo que tengas que decir – me senté frente él y prendí un cigarro.

- Pues, que tendré a cambio - me miró seductor.

- Tawan – tome su mano y tengo cero paciencias con este tipo – mejor pregunta que es lo que no te pasara a cambio – apague el cigarro en su mano.

- Maldición eso dolió – corrió a mojarse en la cocina – tu...

- Tawan – saqué mi navaja - ¿Qué sabes?

- Yo... Vegas lo único que sé es que le vendiste armas y conseguiste algunos hombres para él, además de que te acostaste con él.

- ¿solo eso? – rompí su ropa lentamente con la navaja.

- Es de verdad solo eso.

- Él no es de confiar en todo el mundo Tawan - iba en sus calzoncillos – exactamente ¿cómo es que te conto aquello?

- Yooo... - el hombre frente a mi estaba bastante excitado – estoy... trabajando para él.

- Mmm... creo que eso es lo tuyo – mire el desastre que era – no estoy de ánimos – di media y vuelta para salir de ahí.

- Vegas, por favor – estaba en el duelo sujetando mi pierna.

- No estoy de ánimos – me solté de una patada y salí de ahí.

Kotaro era un traficante de cocaína al cual le vendí armas hace un tiempo, no es que yo tuviera muchas, pero gracias a los documentos de mi padre pude hacerme de muchos contactos de todo tipo, a Kotaro lo conocí gracias a mi mentor en una fiesta y pues me acoté con él dos veces antes de saber cuál era su negocio. Luego de eso hicimos una transacción, uno de los socios tenía armas y le ofrecí droga a cambio de sus armas, me quedo con un buen porcentaje por ser intermediario y todos contentos.

Lo que no me gustaba era Tawan, pues al ser un acosador podía enterarse de todos mis negocios y pondría en riesgo a mi hermano, que era lo más importante en mi vida.

Pete

A la mañana siguiente me nos juntamos con el nuevo socio, un señor llamado Kotaro era medio japonés y medio tailandés, fue con el mismo guardaespaldas que reconocí.

- Señor Kotaro – dijo mi jefe – dejaré a tres de mis mejores hombres para ver que toda la transacción sea correcta.

- Oh, claro no tengo ningún problema.

- Bien él es Pete – me acerqué – el será el encargado de todo y junto a él irán Big y Ken.

- Me parece perfecto, yo dejaré a uno de mis hombres a cargo – le dijo a un chico que se acercará – él es Tawan y junto a él irán dos guardaespaldas.

- Mucho gusto – tomé la mano ofrecida del chico llamado Tawan, pero mi mirada estaba en los guardaespaldas que nos acompañarían y al favor de nosotros uno de ellos era el que necesitábamos. 

My Wicked StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora