Capítulo especial 4: Venice, un dolor de cabeza

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Vegas

# primer año

Sí quería cumplirle a Pete todos los caprichos, pero Venice era un verdadero demonio vestido de ángel, pues cuando estaba bebe lloraba cada vez que me acercaba y Pete siempre pensaba que yo lo estaba espantando.

Salió un aprendiz muy bueno y a los nueve meses ya estaba dando pasos con apoyo, me tiraba las cosas al piso y lloraba, no me crean si no quieren, pero cuando llegaba Pete corriendo me apuntaba como si yo hubiese sido.

Cumplió un año y Pete preparó algo pequeño, pero igualmente llegó toda la chusma desde la mansión. Estaba jugando con los demás niños y to vi que empujo a la Mila y le echo la culpa al hijo de Kinn. Bueno eso estuvo muy bien.

El cumpleaños estuvo muy bueno y terminamos tan cansado que solo nos dedicamos a dormir.

#Tercer año

El pequeño demonio ya me tenía arto, pues ya hablaba y no paraba nunca de hablar, además de eso me estaba robando toda la atención de mi chico. En las noches decía que le daba miedo dormir solo y allá iba Pete con él, el enano me sacaba la lengua y corría a su pieza.

- Cariño – le dije a Pete – te das cuenta que hemos estado una semana sin siquiera tocarnos.

- Yo... es que Venice...

- Yo sé que terminamos cansado, sobre todo ahora que comenzaste a dar clases de nuevo, pero yo...

- Amor, lo siento mucho es que ya sabes como es Venice.

- Un pequeño manipulador.

- Es igual a ti – no pude evitar reir.

- Quiero tanto llevarte al cuarto rojo, pero estamos tan agotados y aún tengo que ir al bar.

- Y si lo hacemos rapidito – por eso amo a mi chico.

- Tengo tantas ganas que creo que si será rápido – Pete tomó mi pene sobre la ropa y lo apretó.

- Se nota – se mordió su labio inferior y me puse encima de él.

- Papi – maldito mocoso –papi tengo miedo.

- Maldición – Pete se notaba igualmente frustrado – menos mal que la puerta está cerrada.

- ¿si nos hacemos los dormidos?

- Sabes bien que no se detendrá – Pete tenía razón, un día estuvo 15 minutos pegándole a la puerta.

- Yo iré.

- Pero él...

- Te amo descansa, son recién las 9 de la noche aún tengo tiempo para ir al bar.

- Gracias.

Salí de la habitación y lo miré.

- Quiero a mi papi.

- Pues tu papi está muy cansado, así que tendrás que conformarte conmigo.

- Tu no me caes bien.

- Ni tu a mi, pero amo a Pete y fíjate que él necesita descansar.

- Vamos – mocoso arrogante.

Cuando estábamos en su pieza lo acosté y lo arropé, me acosté a su lado, pero no lo abracé, después de un rato se acercó y se acomodó en mi estómago.

- ¿es verdad que te da miedo o solo lo haces para molestarme?

- Yo... Tharn contó una histolia...

- Historia – acostumbraba a corregir cada palabra que el decía, no me gustaba que las pronunciara mal. Quizás ese era el motivo que a su edad hablará bien.

My Wicked StripperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora