Capítulo 14

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₁₄

『ʟᴏ ǫᴜᴇ sɪᴇɴᴛᴏ ᴘᴏʀ ᴛɪ』

Siempre ignoró todo lo relacionado a descubrir sus sentimientos, incluso cuando se enojaba con su padre por no estar presente—en aquella época de su niñez— no podía pasar por alto el hecho de que no sabía como describir lo que quería y sentía.

Boruto llevaba varios minutos frotándose la cien con la intención de borrar el recuerdo de la sonrisa de Sarada, pero asumió que era algo normal después de no verla por una semana. No es que la estuviera evitando por gusto, pero de verdad estuvo muy ocupado. La única vez que la pudo encontrar, fue por accidente con sus amigos y terminó huyendo por vergüenza.

Él apoyó su cabeza en el respaldo del sillón, y mirando el techo, dejó escapar un suspiro con sentimientos; «Necesito verla».

—Maldición —frustrado, se llevó el cabello para atrás y cerró los ojos, intentando hacer más clara el ultimo recuerdo de su rostro o intentar sentir el tacto de sus manos que lo tranquilizaba—, la extraño...

—¿A quién?

El chillido de Hima le hizo dar un brinco repentino. Casi cayendo del sofá, levantó la mirada asustada hacia ella, su adorada hermanita lo miraba con cierto desdén de burla y él respondió de inmediato frunciendo las cejas.

—¿Qué no sabes tocar? —se quejó, avergonzado. Por supuesto que lo había escuchado.

—Estamos en la sala —Hima levantó las manos señalando el lugar—, y en lo que me concierne, es pública.

—Como sea —tomó su cojín de mala gana y lo abrazo, regresando toda su atención al televisor.

—Dijiste "La" —con emoción, Hima se interpuso en su camino antes de que tomara el control remoto—. ¡Es una chica! ¿Quién es?

—¿Eh? No, no, yo me refería a las hamburguesas picantes —se apresuró—, ¡hace bastante no las como!

—Desviaste la mirada y estas sonrojado —señaló su rostro y se cubrió la boca aún más emocionada— ¡Te gusta una chica! ¡Ah! ¡Mamá!

—¡No! —gritó y el cojín voló cuando se levantó para intentar alcanzarla.

—¡Mamá! —Hima subió las escaleras sintiendo los pasos de su hermano casi pisando los suyos—¡Boruto estaaaaa!

La puerta se azotó contra la pared de forma estrepitosa y Hinata dejó el cesto de ropa en el piso para voltearse y pedirles un poco de silencio con la mirada aterradora que lograba controlar a sus hijos, pero solo pudo observar confundida y algo divertida la escena.

Hima se quejó e intentó hablar, pero la mano de Boruto cubriendo su boca solo lograba que soltara chillidos.

—Estamos... bien, no te preocupes —le dio la sonrisa más fingida de su vida y retrocedió con su hermana, pero antes de poder salir, pegó un gritó y ella se soltó de su agarre—¡Me mordiste!

—¡¡¡Mamá a Boruto le gusta Sarada!!! —gritó con todas sus fuerzas.

Las mejillas de Boruto brillaron como nunca; ese grito se habrá escuchado en medio Konoha.

—Cómo... —titubeó con vergüenza, creyó que era bueno disimulando, era imposible que supiera que era Sarada. No se lo había dicho a nadie—, como supiste que...

Los ojos de Himawari se iluminaron y abrió la boca con emoción. Y en ese momento... si, en ese momento, Boruto supo que había cavado su propia tumba"

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—No vendrá —dijo Inojin captando la atención de Sarada, él estaba muy concentrado en la consola en sus manos, pero, aun así, le dedicó un instante al subir la mirada hacia ella—, Hima me canceló la cita, dijo que tenía algo importante que hacer con Boruto.

BORUTO THE LAST 『EN EMISIÓN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora