ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 𝟷

11.1K 461 245
                                    


『ʟɪ́ɴᴇᴀ ʀᴏᴊᴀ』


Años... ¿Cómo pasaron tan rápido? Cada vez que cerraba los ojos al dormir no podía evitar recordar todo como ahora... ¿ahora? Algo hizo clic en mi cabeza ¿estoy dormida? Pestañeé en seguida, y sentí todo mi cuerpo pesado, era esa sensación al despertarse de golpe o cuando dormía en exceso, entonces me quedé dormida.

Todo era silencio a excepción de la suave brisa que se filtraba por la ventana, el movimiento ondulante de las cortinas, era una sinfonía relajante. Toda la habitación se volvió acogedora, la suavidad del colchón en mi espalda era reconfortante, miré a un costado y las almohadas beige hacían juego con la base de madera de cedro, pero... mis almohadas eran rojas y mi base de cama era obscura... esta no es mi...

Me giré de golpe y ahogué un grito al verlo de cerca, cara a cara. ¡Me había quedado dormida! Bueno...tenia sentido, no recuerdo nada después de que hablamos, además estaba cansada y... ¡Oh por buda la hora! Miré mi muñeca rogando en mi interior que no sea tan tarde... ¡Las seis de la tarde! Mi madre me matará, se supone que después de pasear iba a comprar para el almuerzo...no puede ser, tengo que irme.

Apoye mis brazos para levantarme, pero algo me lo impidió, baje mi mirada y era la mano de Boruto en mi cintura... ¿Quién se cree para tocarme? Sentí la sangre zambullir en mis mejillas y lo miré para reclamarle, pero me quedé muda. Lucía tan inocente como para que lo golpeara, además hace unas horas se desahogo y lo mas probable es que haya creído que yo era su almohada, pero ¿Qué estoy pensando? Yo no me pondría a pensar y solo lo golpearía, pero ahora es distinto... ¿Qué te pasa, Sarada? Meneé la cabeza en negación y me volví a recostar.

— Boruto...despierta o tendré que golpearte — susurré mientras lo miraba con una mueca. ¿por qué susurraba? Le debería gritar, pero...despertara de una manera no tan agradable y luce muy relajado. El llorar le ayudo bastante, había estado ahogándose en su interior todo este tiempo — oye...tienes que despertar...— piqué su mejilla con mis dedos, era suave...el picar fue remplazado por deslizar, mis dedos llegaron a una parte que se sentía distinta; era el camino que seguían tus lágrimas, lo froté para intentar borrar las marcas de tu dolor, y entonces me percaté de que ahora era una caricia. Te moviste y me quedé helada, piqué una vez mas tu piel y tus cejas rubias se juntaron mientras movías ligeramente el rostro — Bo-ru-to...— pique de nuevo marcando cada silaba y soltaste un monosílabo.

Entonces descubrí que existía algo mas hermoso que el atardecer.

Entreabriste los ojos ligeramente y observé la capa azulina de tus pupilas aparecer entre tus parpados. Siempre me encantaron tus ojos, los míos son negros, un color no tan llamativo y algo aburrido, los heredé de mi padre, pero siempre pensé que los de mi madre eran hermosos, después conocí a tu madre y esos bellos ojos grises eran únicos y extravagantes, claro, hasta que conocí los de tu padre. Nunca le presté tanta atención a los tuyos ya que creía que los del séptimo eran los originales al ser tu padre, pero... ¡que equivocada estaba! Ese día cuando éramos niños y te observé detrás de ese muro noté que tenias algo especial y los días en la academia en donde tuve la oportunidad de observarte mas de cerca lo descubrí. Tus ojos son mas azules que los del séptimo, los de él eran similares al azul del cielo, pero los tuyos...parecían un mar.

En konoha la mayoría es verde y aquel día que fuimos de excursión, mientras observaba el mar sentía la sensación de haber visto ese color antes, entonces apareciste ahí ofreciéndome ese calamar, todo cobraba sentido.

Me quedé perdida observando como poco a poco abrías más los ojos, te quedaste quieto y tu mirada al despertar fue como una bofetada, no, fue un puño directo en la cara. Tus ojos azules eran acompañados por una suave capa de sueño, aun no reaccionabas del todo, pero yo sí. Estábamos muy cerca, pero no me molestaba ¿Qué me pasaba? Algo andaba mal.

BORUTO THE LAST 『EN EMISIÓN』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora