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- Ey, chicos - dije abriendo la puerta viéndolos reírse sin parar -

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- Ey, chicos - dije abriendo la puerta viéndolos reírse sin parar -. Dustin dice que vayamos.

Los dos se levantaron enseguida sin dejar de mirarme. Robin con vergüenza y Steve con una gran sonrisa. El último se acercó hacia mi para pasarme un brazo por los hombros y dejar un ligero beso en mi mejilla.

Nos quedamos escondidos detrás de una puerta esperando para mezclarnos entre la gente que acaba de salir de ver la película para evitar que los rusos que podrían estar siguiéndonos nos vieran.

- Parece que ha funcionado - dijo Erica.

- Por supuesto que ha funcionado. Ahora cogemos el bus con toda esta gente y nos vamos a casa.

- Ya, sobre eso - empezó Steve rascándose la nuca nervioso -, mejor no vayas a tu casa.

- ¿Por qué?

- Porque les dijo tu nombre a esos rusos - dije sin dejar de mirar a todos lados.

- Cariño - se quejó Steve.

- ¿Estás tonto? - gritó en susurros Dustin girándose hacia Steve.

- Me habían drogado - se excusó él.

- ¿Y qué?

- ¿Y qué?

- Tenías que resistir, aguantar como Irina.

No pude evitar tensarme al escuchar eso. La verdad, es que hubiese preferido no aguantar si me hubiese ahorrado todo lo que tuve que pasar.
Pude notar la mirada que me echó Steve, pero preferí no mirarle en ese momento.

- Chicos - dijo Robin haciéndonos parar para mirar a un hombre que era exactamente igual al ruso que nos había perseguido.

- Abortamos - dijo Dustin cuando vimos que había más de uno, exactamente tres.

Steve me cogió de la mano para comenzar a correr sin parar por todo el centro comercial. Tuvimos que bajar por el pequeño hueco que había entre las dos escaleras mecánicas, las cuales estaban paradas, para poder deslizarnos por el.
Los rusos nos seguían bastante cerca, así que nos escondimos detrás de la barra de una tienda.
El corazón me iba a mil, y no de la forma en la que me había latido hace unos minutos. Steve apoyaba mi cabeza en su pecho, mientras me acariciaba la mano para intentar tranquilizarme un poco.
En aquel momento solo se oían nuestras respiraciones agitadas por el miedo a no poder sobrevivir.
A mi mente vino Jaxon, no podía dejarlo solo, yo era lo único que tenía. Las lágrimas empezaron a caer sin poder evitarlo, no lo había visto desde hace dos días, y ahora estaba en peligro y no sabía si iba a volver a verlo.
Robin debió de darse cuenta de lo que estaba pasando, porque se acercó a mi y empezó a acariciar mi mano intentado transmitirme calma.
De repente escuché como los pasos de esos tíos se aproximaban cada vez más hacia nosotros. Estaba a punto de rendirme hasta que escuché la alarma de un coche, que al parecer los distrajo. Después de unos segundos, escuché un fuerte sonido que me hizo abrazarme fuerte al cuerpo de Steve quien me devolvió el abrazo acariciándome la espalda.
Cuando el silencio cesó, los cinco nos levantamos muy despacio sin hacer ningún ruido, para ver un coche tirado en una parte del centro comercial, y a un grupo de gente en el piso de arriba.
Entre ellos pude distinguir a Mike, Lucas , Will, Jonathan, una chica que no conocía y, ¿Max?
Los cinco corrimos para encontrarnos con ellos. Dustin se dio un fuerte abrazo con esa chica que no sabía quién era y Mike.

The way I love you [ Steve Harrington ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora