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Llevábamos más de una hora pensando en un simple regalo, esto no era para nada fácil.

— ¿Y si le regalas otra carta? —cuestionó cansada Allison. No era una mala idea, pero era algo muy común.

—Tiene que ser algo increíble, Allison —hable cansada.

—No lo sé, Ocho. Es tu novio, no el mío —se quejo rodando los ojos— ¿qué es lo que le gusta? —me encogí de hombres, no sabia nada él...

—El... ¿café? —me encogí de hombros, era lo único que pasaba por mí mente en ese momento.

—Bueno, yo que sé, regalale una taza o unos gramos de café, pero por favor ya para de hablar de Cinco —hablo irritada tirando su cabeza sobre la almohada y escondiéndose en esta.

—Aunque no es mala idea, pero no me convence —suspire descartando eso. El ruido de aquel día volvió a sonar, no sé como, pero lo escuché. — ¿escuchaste eso? —pregunte para descartar la idea de que mi mente me estaba jugando algún tipo de broma.

— ¿El sonido de la ventana? —ansentí— se escuchan todos los días, pero es raro que se escuche a esta hora, siempre suena sin falta a eso de las tres de la tarde —informó. Su rostro cambio a uno de confusión— espera, ¿si no eres tú la que sale, quien es la persona que sale por la ventana todos los días?

—Es Cinco —murmure tras unos segundos. Allison frunció el entrecejo.

— ¿Cinco?, ¿a donde va? —pregunto intrigada buscando una respuesta.

—Según Diego quien fue que lo siguió... va a una cafeteria. —informé.

—Creo saber que cafeteria es —murmuro con cara de complicidad.

—Oh, no... —negué de inmediato— no saldremos de aquí, además Diego ya me dijo a donde va y dice que va solo, eso es más que suficiente para estar tranquila.

— ¿Y? —alargo la palabara— eso no quiere decir que Diego este diciendo la verdad, jamás debemos de confiar, es mejor verlo por nuestros propios ojos ¿no? —sus palabras me comenzaban a comenvencer, la verdad es que... si quería descartar esa idea (claramente erronea) sobre algún tipo de infidelidad de Cinco hacia mí, pero no, ya no haría eso de nuevo.

—No —negué, y cuando decía que no nadie me sacaba esa palabra y decisión.

Dejamos el tema atrás, ya no quería hablar sobre eso. El cansancio que tenia sumado al estrés hizo que me quedará dormida en la habitación de Allison, lo cual no le molestó.

Cuando abrí mis ojos pude ver a un lado de mí a Allison ya dormida. Con desgano levante más mi vista hacia el reloj que estaba enfrente.

3:09 apuntaba.

Volví a acostar mi cabeza en la almohada, hasta que otra vez ese ruido sonó, me alarme ¿quien sale a estas horas?, sin embargo, por más que mi curiosidad me quisiera ganar no salí, no podía, pero eso sí, un mal presentimiento recorrió todo mi pecho, como si fuese un vacío.

De esa hora hacia las 6 de la mañana en punto, trate de conciliar el sueño, pero no pude, en mi mente solo resonaba aquel golpe al abrir la ventana. Lleve mis manos frotando mis cansados ojos, posiblemente con unas ojeras notables.

Con mucho cuidado, sin hacer ruido o moverme tanto me levante de la cama de Allison, aunque no sé porque me desperté así, ella aunque de un terremoto se tratara no desperteraria. Mis ojos amenazaban con cerrarse, moría de sueño, pero para este punto no podía tomarme la libertad de dormir un poco más.

Salí de su habitación y de puntillas caminé a la mía, era fin de semana, no había mucho que hacer como años anteriores. Desde que papá le dejo de dar importancia a la academia umbrella se encerró en su burbuja haciendo saber que cosas, pero era más que obvio qué algo tramaba.

Saque de mí cabeza aquellos pensamientos, ya daba igual lo que hiciera el viejo.

Retomando todo, entré a mí habitación en la cual los rayos de sol se hacían presentes cegando mí vista, pase mis manos sobre mi cara con pereza.

[•••]

Al estar lista frente al espejo rocíe un poco de perfume en mí cuello, muñecas y hombros. Una parte de mí creía que este iba a ser mí día.

Antes de salir de mí habitación la ventana de a lado fue abierta de nuevo, es muy temprano.., pensé.

Me asome por esta para ver de que se trataba, y de nuevo, era Cinco...

Suspire y decidida de una vez por todas eche llave a la puerta de mi habitación y rápidamente salí por la ventana, vaya primera vez saliendo al explorar el mundo yo sola.

Al sentir que toque el suelo camine con prisa afuera del callejón que es para donde daba exactamente mi ventana, carros pasaban, ruidos insoportables de motores, personas hablando y bebes llorando llegaron a mis oídos haciendo que tape estos.

Que horror.

Era obvio que había perdido el paso de Cinco así que volví al callejón, me recargue en una de las paredes y cerré mis ojos concentrándome en ver a Cinco, como siempre lo recordé con el uniforme de la academia, su cabello hacia un lado y sus ojos verdes.

Bingo, pensé en cuanto lo vi, vi el recorrido que hizo, lo memorice y simplemente lo seguí. Llegamos o bueno, él llego (porque yo iba de espía), a una cafeteria, supongo que la misma que mencionó Diego.

Me quede parada del otro lado de la cafeteria, viendo fijamente sus movimientos, se sentó en una de las mesas, exactamente la que queda frente al gran vidrio del local, mejor para mí, así podría percatarme de cualquiera de sus movimientos.

La punzada en mi corazón y el vacío sin explicación volvió, no entendía porque, ¿qué sucedía conmigo?

Hasta que comprendí, al volver mi vista hacia el local pude ver a Cinco con una pelirroja, el nudo en mi garganta no me dejaba ni pasar saliva, respiré con dificultad.

No hagas una estupidez, Cinco.

Y la beso.

La beso.

𝖤 𝖥 Í 𝖬 𝖤 𝖱 𝖮 || Five Hargreeves [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora