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Al separarnos del abrazo me vio a los ojos y paso sus manos por mis mejillas limpiando mis lagrimas.

—Ya no llores, mejor ve a dormir un poco —asentí, me dio una última sonrisa y se alejo de mí.

Suspire, me quede unos momentos parada a la mitad del pasillo hasta que mis pies caminaron por si solos, camine unos cuantos pasos y abrí la puerta de mi habitación.

Tanto Allison y Vanya veía curiosas hacía donde estaba, salí de mi trance y las vi.

— ¿Qué? —pregunte al ver que no quitaban su mirada de mí.

— ¿Como qué “que”? —pregunto Allison incrédula— ¿qué fue lo que paso? dime que ya lo dejaste porque si no es así juro que te tirare de la ventana, no te mereces alg-

—No termine con él —interrumpí su habla, baje la mirada algo avergonzada.

—Voy a fingir que escuche mal —soltó en suspiro clavando sus uñas en la palma de su mano. La habitación se lleno de un silencio.

Camine hacia la cama que era donde estaba Allison. Esta no dijo nada más que ver hacia Vanya pidiendo de su ayuda para que dijera algo.

—Em... —carraspeo sin saber que decir.

—Yo sé que ese no era mí plan... pero —suspire— él... supongo que hizo un intento de explicar todo y bueno... vamos a intentarlo de nuevo. Dijo que ahora hará las cosas bien.

— ¿Y tú le crees? —hablo con Allison incrédula— ¿cuantas ha dicho qué cambiara? —puso una mano en su barbilla haciendo un ademán de estar “pensando”— ¡ya sé! —pausó— ¡nunca!, siempre dice lo mismo y termina siendo igual, terminando y dándose una milésima oportunidad.

Suspire. Sí, tenía razón, pero... ¿qué tal si esta vez si cambia?

—Creo en él —alce mis hombros restando importancia al asunto.

—Toman esto como si fuera un juego —continuo su regaño— aunque viéndolo bien, su relación es un juego —murmuro con una ceja alzada.

No dijo más, salio de la habitación dejándome sola con Vanya.

—Deberías pensarlo bien, Aitana —se levanto para comenzar a caminar a la puerta— hay más personas en el mundo aparte de Cinco.

Y eso fue todo lo que dijo para salir de mi habitación y dejarme completamente sola.

Pase mis manos por mí cara frustrada. Sé que tenían razón, lo sé. Parezco ser alguien estúpida por aguantar todo, pero no lo soy. Entiendo perfectamente que él no me hace bien, pero aún así no sé como alejarme. 

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Tres días habían pasado de aquello, mi relación con Cinco iba mejorando, al menos lo sentía así. Aunque, ayer ha eso de las cinco de la tarde escuché como la ventana de la habitación de enfrente se habría. Recuerdo como es que dejo de latir mi corazón y mi lectura fue interrumpida por aquel ruido.

Ni siquiera fui a ver de que se trataba, no quería llevarme un decepción así que lo único que hice fue tapar todo mi cuerpo con las cobijas he ignorar todo.

Eran eso de la seis de la mañana, ya estaba arreglada, la verdad ni siquiera pude dormir, apenas y domí, cada vez que cerraba los ojos he intentaba dormir lo único que venía a mi mente como Cinco besaba los labios de aquella pelirroja y todo aquello me hacia pensar de más, como el hecho de que nunca lo he besado, el único contacto físico que tuvimos fue aquel día cuando me abrazo. Ha decir verdad ese abrazo fue uno de los mejores, y unos de los pocos que me han dado.

Sentir su calidez y ese embriagante olor a café me hizo sentir querida por él después de muchos años.

Una parte de mí en serio pensaba que estaba vez podía funcionar, ya no eramos unos niños, en poco tiempo cumpliriamos dieciocho años y en verdad quería que esto funcionara, no podría verme amando a alguien que no fuese él.

Termine de verme en el espejo, suspire al ver que no me gustaba lo que veía.

Y ahí volví a recordarlo.

Esa chica...

Su piel... era perfecta, como de una muñeca de porcelana, mientras que yo, bueno, tenia algunos granitos y manchas. Pase mis manos por mi cara sintiendo la textura de esta.

Quite mis manos asqueada y cerré fuertemente mis ojos. Lo que me faltaba.

Me pare rápidamente y camine lejos de aquel espejo o de mis pensamientos. Salí a los pasillos dispuesta a ir a la habitación de Cinco, pero en el camino me encontré a Diego.

—Hola, Aitana —saludo a lo que yo simplemente le di una sonrisa de boca cerrada lo que hizo que él alzará una ceja. Me vio detenidamente, ¿habrá notado mis granos, espinillas o manchas?, me exalté por aquello así que aparte mi mirada de él viendo al largo pasillo.

— ¿Pasa algo? —pregunte algo atemorizada por lo que haya visto en mi rostro, ¿ahora como hago para qué los demás no vean mis rostro?

—No, bueno... ¿a ti te pasa algo? —intento buscar mi mirada, pero yo simplemente la esquivaba. Negué con desgano, después de esto ya no querría salir de mi habitación o hacer cualquier cosa que implique ver o que vean mi rostro— ¿segura?, sabes que puedes hablar conmigo.

—Sí, si... segurísima  —asentí varias veces intentando que no se notara mi desgano y falta de autoestima.

—Bien. ¿Vas con Cinco? —pregunto comenzando a caminar dejándome un poco atrás, pero al ver su acción camine de nuevo.

—Si.., quería hablar con él, últimamente hablamos más seguido.

—Me alegra eso, aunque costo que eso sucediera —asentí dándole la razón, pues no fue hasta que lo presione (casi) cuando cambio un poco su actitud.

—Aunque... —ahí fue donde Diego cambio su expresión a una seria— ayer volví a escuchar que salio por la ventana. Diego bufó y giro los ojos.

—Eso es más que suficiente para terminarlo.

— ¿Qué tal si fue a hacer otra cosa? —Diego me dio una mirada incredula— ¿crees que debería hablar con él?

—Por supuesto que sí —soltó sin pensar más. En parte quería hablar con Cinco, pero ¿qué tal si acababa en otra pelea?

Paramos frente a la habitación de Cinco, solté un suspiro.

𝖤 𝖥 Í 𝖬 𝖤 𝖱 𝖮 || Five Hargreeves [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora