𝖤 𝖥 Í 𝖬 𝖤 𝖱 𝖮 || Five Hargreeves [✔️]

20

Ayer por la tarde tuve mi segunda cita con la psicóloga, no pude pronunciar ni una sola palabra, solo me quede callada mientras ella intentaba hacer que hablara, lo cual no consiguió.

Estaba acostada en mi cama, como siempre.

No sentía nada.

Ni tristeza, ni felicidad, absolutamente nada. Tenia un vacío en el pecho, que cada que pensaba hacia que se incrementara.

Cada vez que despertaba un golpe a la realidad me hacia sentir así.

Allison me dijo que mientras yo no quisiera mejorar todo esto empeorará, lo cual me asustaba ya que no sabia si era lo suficientemente fuerte como para aguantar más.

Frote mis ojos rogando porque las lágrimas dejaran de salir, no quería empeorar.

La puerta se abrió, seque mis lágrimas y me levante sentándome en el respaldo de la cama.

—Buenos días —murmuró con una sonrisa Vanya. Alce mi mano saludando— bien, ¿qué te parece si hoy salimos un rato al patio trasero?, podemos ver el sol... los pájaros, buscarle forma a las nubes —esperanza a que mi respuesta fuera si se acerco a mí. Negué con la cabeza. Ella suspiro sentándose a un lado de mí— necesito que digas algo... me preocupas mucho, a todos. Sé que todo esto es muy difícil para ti, pero en serio necesito que des tu mayor esfuerzo. —baje la mirada jugueteando con mis manos. Mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas, mojando estas y haciéndome sollozar.

—Estoy muy cansada —solté en un hilo de voz, solloce más fuerte y alce mis manos para abrazar a Vanya, la cual gustosa recibió mi abrazo.

Acaricio mi espalda.

—Pero podrás salir, yo lo sé. Eres una de las personas más valientes y fuertes que conozco —negué sobre su hombro.

—Ya no quiero sentirme así, quiero volver a ser feliz —hundí mi cabeza en su cuello.

—Y lo serás, lo serás —murmuró.

Me quede unos minutos más ahí, no quería apartarme, necesitaba ese abrazo.

La puerta se volvió a abrir, ¿qué acaso nadie sabe tocar la puerta?

— ¡Cambio de look! —exclamó Allison con una sonrisa. Seque mis lágrimas y con Vanya fruncimos el entrecejo— la psicóloga me comento que sería bueno que te mantengas distraída y con compañía la gran parte del tiempo para que esos pensamientos malos se esfumen, y me dije ¿por qué no distraerla con cosas que nunca hicimos de pequeñas?, supongo que eso también podría hacer que superes tus traumas —explicó cerrando la puerta con su pie, pues tenía muchas cosas en las manos— entonces, traje muchas cosas para maquillarnos y hagamos un cambió de look.

Vi a Vanya, ella me asintió con una sonrisa, ahora vi hacia Allison y también asentí.

Me levante de la cama y me pare justo frente al tocador, ahí fue donde Allison dejo las cosas.

— ¿Qué fue lo que trajiste? —vi que ahí no solo había maquillaje.

—El día que fuimos a la psicóloga tardaste demasiado así que me dio tiempo para ir a una lugar de maquillaje que estaba en el mismo edificio y no solo compre maquillaje —sacó tintes para cabello, alce la ceja viéndola de reojo— ¿algunas vez haz querido pintarte el cabello de algún color? —sonrió alzando los tintes.

Todo el tocador era un desastre, llevábamos seis horas pintandonos el cabello, las tres, posiblemente sería una de nuestras peores decisiones, pero eso en ese momento no importaba.

Allison y Vanya decidieron hacerse unas simples mechas, pero yo teñí todo mi cabello.

Decoloramos mi cabello para poner un tono gris claro en el, realmente no sabía si eso terminaría bien, simplemente lo pensé y lo hice.

— ¿Estás segura de qué lo estás haciendo bien?, no quiero quedarme calva —me queje mientras Allison agregaba más color a mi cabello.

—No te preocupes, quedara increíble. —intentó calmar.

Seguimos así por otras tres horas mientras Vanya se maquillaba y Allison hacia lo mismo en los tiempo que debía esperar a que mi cabello estuviese listo.

Al pasar de los minutos salimos con mucho cuidado de no llamar la atención al baño, entramos entre risas y comenzaron a lavar mi cabello.

— ¿Si está quedando bien? —pregunte como por quinta vez.

—Ya dije que si, solo espera que aún no termino de lavar tu cabello —regañó.

Coloco un toalla en mi cabello y ellas procedieron a lavar su cabello también con un poco de mi ayuda.

Salimos de nuevo del baño y entramos a la habitación.

Vanya cepillaba mi cabello mientras yo cepillaba el cabello de Allison.

—Quedo hermoso —murmuró Vanya tomando mi cabello entre sus manos con delicadeza.

Sonreí  un poco y seguí desenredando el cabello de Allison.

Al terminar, nos maquillamos, cambiamos y, como si fuera un juego de reinado cada una cerro los ojos para ver el resultado.

—A la cuenta de tres —chilló Allison con emoción.

—Una —comenzamos a contar al unisono— dos... tres.

Abrimos los ojos, vi a mis dos hermanas y ellas me vieron a mí, abrimos las bocas sorprendidas y como tres chiquillas gritamos.

— ¡Se ven hermosas! —dijimos las tres.

La puerta se abrió de golpe y detrás de ella estaban mis hermanos y Alya.

—Escuchamos un grito, ¿todo está bien? —entró primero Luther, verificando que estuviéramos bien, pero al ver el desastre de la habitación y a nosotras suspiró.

Todas las miradas estaban sobre nosotras, las tres nos miramos entre sí confundidas.

— ¿Qué les sucedió en el cabello y a la ropa de Aitana? —preguntó Diego.

—Es tinte ¡ahora largo! —respondió Allison comenzando a sacarlos— es noche de chicas.

— ¿Y por qué no invitaron a Alya? —cuestionó encarnando una ceja Cinco. Alya lo codeo, negando con la cabeza.

Mi mirada fue hacia abajo, y junto a ellos mis ánimos.

Los brazos de Vanya rodeándome por los hombros hizo que levantara la vista y una media sonrisa saliera.

—No es por ser mala, pero tú y Alya son las últimas personas en el mundo que deberían estar cerca de ella —comentó antes de cerrar la puerta.

Allison giro los ojos en recargando su cuerpo en la puerta.

— ¿No crees qué fuiste un poco cruel? —pregunte.

—Para nada, eso que hice fue muy poco —se sentó en la cama.

— ¿Está todo bien? —preguntó Vanya al ver mi repentino cambio de humor.

—Sí, solo... estoy algo cansada —murmure.

Vanya suspiro asintiendo.

— ¿No quieres hacer algo más?, podemos... ver alguna pelicula —sugirió Allison con una sonrisa.

—Prefiero un momento a solas —comencé a caminar a la cama, sentándome en el borde de esta— muchas gracias por lo hoy —sonreí y ellas hicieron lo mismo.

—No te preocupes por el desastre, vendremos mañana a recogerlo. Descansa.

Simplemente asentí, sintiéndome vacía de nuevo.