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Como hace tres días, Vanya me había ayudado a bañarme de nuevo, no tenia fuerza ni para pararme de mi cama.

Era fin de semana, por lo que ninguna tenia muchas cosas que hacer.

En esos días Alya se había quedado en casa, lo sabia pues Allison y Vanya me contaban todo ya que yo solo salia para ir al baño o como en este caso, bañarme. Así que no había dirigido palabra con ella, ella ni siquiera había venido a verme.

Allison estaba en mi escritorio leyendo una revista, mientras Vanya desenredaba mi cabello, ambas sentadas en la cama.

Ni había dicho ni una sola palabra, ni siquiera cuando me bañe, ella preguntaban o decían algo, pero yo solo podía asentir o negar.

—Hoy habrá reunión familiar en la sala principal, necesito que vayas —habló Allison haciendo que la viera de reojo— es algo importante, en serio debes estar ahí.

No respondí, solo dije que si con mi cabeza y seguí viendo hacia al frente, sintiendo el cepillo pasar por mi cabeza y desenredar mi cabello.

Eran eso de las doce, tocaba mi siesta. Esos días había tenido horarios, despertaba a las nueve, desayunaba a las diez, me bañaba a las once y a eso de las doce tomaba una siesta hasta las dos de la tarde.

El cansancio mental de convirtió en físico por lo que no me gustaba hacer nada más que dormir y comer, lo último era de vez en cuando o cuando tenia apetito.

Cuando termino de peinar, seco mi cabello e hizo una coleta baja.

—Y... estás lista —me dijo Vanya apretando un poco la coleta, me sonrió y yo intente regresarle aquel gesto— es hora de que duermas.

Me metí bajo las sábanas y me arrope, Vanya acaricio mi frente, me sonrió por última vez y salio de la habitación.

Mis parados comenzaron a pesar, y poco a poco los fui cerrando.

Un toque en mi hombro hizo que me removiera en mi lugar. Abrí un ojo para ver de quien se trataba.

—Es hora de la reunión, vamos —salí de la cama, me puse mis zapatos y me coloque mi suéter.

Salimos de mi habitación, bajamos las escaleras donde ya se encontraban todos mis hermanos, y entre ellos, Alya.

Cuando entramos todas las miradas fueron hacia mí, absolutamente todas. Los ignore y me senté en un sillón que estaba vacío, puse mis pies sobre el sillón y con una mano abrace mis rodillas mientras la otra la ponía en el porta brazos y me apoyaba en mi mentón.

—Bien... ya que todos estamos aquí —comenzó a hablar Allison— queríamos contarles que... —vio a Luther, estaban sentados juntos— Luther y yo nos mudaremos en un mes —lo único que pude hacer fue fruncir el entrecejo ¿qué mierda estaba diciendo? — papá ya lo sabe y realmente no le importó, solo ustedes faltaban por saber.

Todo se quedo en silencio hasta que Vanya habló.

—Yo... —murmuró no tan decidida— me iré a una universidad, y bueno, ya que Allison contó esto vi prudente también contarlo —mi entrecejo se frunció más.

—Si, pero eso no es todo —intentó seguir hablando Allison, pero Klaus la interrumpió.

—Ya que todos estamos contando cosas —este abrazo por los hombros a Ben— Ben y yo también nos iremos, ya saben, queremos vivir la gran vida —paso frente a él sus manos con como si estuviese presentando algo.

—También me iré —soltó Diego. Parpadee varias veces, mis ojos querían soltar lágrimas y mi respiración se estaba dificultando cada vez más.

Vi como Cinco vio a Alya. No me jodas.

—Yo también me iré —tomó la mano de Alya y le sonrió.

¿Todos se iban a ir?

—Bueno, con Luther creímos que ustedes aún no tenían planes por lo que les íbamos a pedir que cuidaran de Aitana en su proceso de recuperación, pero al ver que todos se irán... creo que ella debería irse con alguno de ustedes. —explicó Allison.

— ¿Por qué no se va con ustedes?, digo, es hermana de Luther, en todo caso el debería hacerse cargo —dijo Diego alzando los hombros. ¿Acaso era un juguete o algo por el estilo?

—Esperen, ¿Aitana está en recuperación, por qué? —preguntó confundido Klaus, pero todos lo ignoraron.

—Entonces que se vaya con Vanya —sugirió Cinco.

—O... puede venir con nosotros —propuso Alya, Cinco apretó su agarre y la vio serio.

Ya entendí, estoy siendo un estorbo por mis estupideces.

Todos comenzaron a dar ideas de con quién me debería ir y el porqué.

La cabeza me daba vueltas, el estomago se me revolvió y el aire apenas llegaba a mis pulmones.

— ¡Silencio! —exclame. Todos guardaron silencio— ya tengo dieciocho años, todos aquí tenemos esa edad por si no lo recordaban, sé cuidarme sola y no necesito la ayuda de ustedes, ya no soy una niña.

—Pero te comportas como una —dijo burlón Diego.

A nada de lanzarme a él, Allison habló.

—Diego, en serio, no es momento para que hagas tus chistes, Aitana está pasando por un momento difícil y necesito que todos se comporten. Ella necesita apoyo.

Odiaba que me comenzara a tratar diferente por todo lo que estaba pasando.

Tape con mis manos mi cara, estaba cansada.

—Entonces que se vaya con Klaus y Ben —volvió a hablar Diego.

—Si, bueno... no creo que sea la mejor idea —Klaus rasco su nuca.

— ¿Y por qué no se va contigo? —preguntó Cinco hacía Diego.

— ¿Conmigo? —negó— no, ella sería capaz de matarme mientras duermo, ya sabes —movió su dedo indice en círculos lanzando un chiflidito, el idiota estaba insinuando que estaba loca.

— ¿Estás insinuando qué estoy loca, imbécil?

—Es suficiente —paro Allison. Puso una de sus manos en su frente, pensando— bien, lo que haremos será esperar a que Aitana este bien mental y emocionalmente y después de eso cada uno se ira por su lado —propuso a lo algunos con uno que otro quejido, aceptaron.

Me levante de mi lugar girando los ojos y camine saliendo de la sala.

Camine por los pasillos hasta llegar a mi habitación, cerré la puerta con seguro y me tire a la cama metiéndome bajo las sábanas.

Frote mis ojos con mis manos intentando evitar que mis lágrimas salieran.

Esto estaba siendo más difícil de lo que pensé.

𝖤 𝖥 Í 𝖬 𝖤 𝖱 𝖮 || Five Hargreeves [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora