Iko

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"Mi sonrisa será lo último que verás en tu vida"

2017 | «Estados Unidos»


Estaba en la ducha refrescándome un rato, la noche anterior un sujeto intento sobrepasar pero los de seguridad lo detuvieron y supongo que lo mataron.

Estaba por salir y ponerme con completo mi toalla cuando alguien entra al cúbico de baño.

-¿Qué mierda haces aquí? ¿No sabes tocar la jodida puerta?

-Señorita Maiko, se ve tan sexy en toalla, se verá aún más sexy cuando esté desnuda y saltando sobre mi verga- el hombre se acercó pero me corrí y salí por un costado del cuarto de baño- no escaparás de mi maldita zorra.

El hombre corrió y me empujó y caí al suelo, el hizo fuerza en mis brazos que estaban tendidos en el suelo al igual que mi cabello mojado.

-no te resistas Maiko, muchas de tus compañeras han sido mías, tengo las llaves del lugar, conozco cada puto rincón de este lugar, deja de hacerte la difícil- el hombre hizo más presión en mis brazos y acercó su mano al nudo de mi toalla, lo miré con miedo y pataleaba pero si ejercía mucha fuerza la toalla caería y me vería desnuda.


-tu hermoso rostro hace que te tenga muchas más ganas

Cerré los ojos cuando un disparo sonó, y el cuerpo del hombre que estaba encima de mí, se desplomó a un costado.


-mierda...- me levantó y mire su cuerpo, una bala había impactado en su frente matándolo al instante.

Mire mi cuerpo y había rastro de sangre, en mi rostro y cuerpo, la toalla blanca estaba cubierto de la gotas de sangre del tipo.

-Maiko

-Hanma -el hombre sonrió y guardó su arma en la parte trasera de su cinturón.

-ese maldito no te molestará más linda, tenlo por seguro.

-...- con todo el escándalo muchas de mis compañeras y algunas personas de limpieza se acercaron y vieron al hombre, le restaron importancia por la fama que tenía, el había abusado sexualmente de algunas de mis compañeras, incluso otras de acostaron con el por amenazas, pero estaba muerto y ya estarían más tranquilas.


-tendré que darme otro baño, tengo rastros de sangre por todos lados- mire mi cuerpo y si, estaba llena de sangre ajena

Después de ducharme fui a la sala central, Hanma pidió hablar conmigo.

El lugar en el qué suelo estar, las personas corrientes no pueden salir ni entrar, nosotras vivimos por montones, aproximadamente 50 jovencitas que vinieron a este lugar por trabajo o ganar dinero, otras la trajeron para trabajar como prostitutas y dar sus 'servicios', como bailarinas para discotecas, bares, pub, etc.

Sin tener en cuenta que este lugar es ilegal, incluso hubo trata de personas, muchas chicas eran subastadas como objetos y materia que podían comprar, muchos hombres morbosos se acercaban para llevarse a la más linda que tengan, era asqueroso pensar que ellas al salir de este lugar podían hacer su vida libre

Otras venían sabiendo de cómo es este lugar, nos daban comida, ropa, accesorios, y todo lo que necesitábamos, a cambió de trabajo como una de las suyas ¿Por qué le gusta vivir así? No lo sé.

-Ya llegue!- sonreí falsamente, cada vez que veía su rostro me repugnaba, quería enterar un maldito cuchillo en su cuello y acabar con toda está mierda-de que quería hablar, ¿Señor Hanma?

-muñeca, desde que te traje a este lugar muchos han vista lo bella que eres, eres muy hermosa y talentosa, algo que causo que una mujer se infiltrará y te tomará fotos, no se para que o que, pero la están buscando.


-¿tiene algo de malo? Seguro es una fanática, ¿qué conseguiría con mis fotos?

-ese es el problema, esa mujer con es que una 'fanática' es una espía, trabaja para una mafia


-¿tu también no estás en una mafia? Te recuerdo que este negocio es ilegal- maldito idiota, si no tuvieras la maldita pistola en tu cintura te habría matado a puño limpio.


-Maiko... quiero que seas mi esposa...-su propuesta me sorprendió y tomó de mis manos.

-ya estás casado, Jasmine es tu esposa...

-¿Y? Me divorcio de ella y fin, después de todo nunca la ame, solo fue por una borrachera y su maldito trabajo con mi zorra personal.


-lo pensaré- Salí de la habitación y fui a mi habitación que estaba a del otro lado del lugar.

Por todo en lugar estaban mis compañeras, jugaban cartas o veían sus teléfonos, se divertía sabiendo que no podrán salir nunca de aquí, sin esperar algo, solo vivir enceradas haciendo la misma porquería.


Al llegar a mi habitación cerré la puerta con el seguro, me quité algunas joyas que tenía puesto y al igual que la peluca que llevaba.

-DESGRACIADO! LO ODIO, LO ODIO, LO ODIO!!-grite en la habitación, pues estaba sola.

-Maiko Chan? ¡Ábreme la puerta, hace frío!-una voz femenina se escuchó del otro lado.

Solo abrí la puerta haciendo que pasaran.


-oh Maiko, te sacaste la peluca, te ves mucho mejor así, me encanta su cabello largo y blanco-la pelinegra toca mi cabello y lo manosea.


-Quiero salir de éste lugar, no quiero estar aquí ningún momento más...-Hable bajo, pero audible para la fémina a mi delante.

-segura? Es peligroso Maiko, muchas intentaron escapar y hasta ahora nadie sabe que paso con ellas...

-ayúdame... Ada.

-la mujer asintió y me regaló una sonrisa.

𝐔𝐍𝐀 𝐋𝐈𝐍𝐃𝐀 𝐁𝐄𝐍𝐃𝐈𝐂𝐈Ó𝐍 | 𝐓𝐨𝐤𝐲𝐨 𝐫𝐞𝐯𝐞𝐧𝐠𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora