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Capítulo 12: Reconciliación. 

Bokuto esperaba pacientemente a que Keiji fuera por él, sabía que lo haría y si él no lo hacía se vería en la obligación de ser él quien fuera.

—¿Kōtarō? —Bingo. No respondió, tenía que hacerse el difícil. —Sé que estás despierto, tonto. —sonrió, sonrió porque realmente no estaba enojado, porque sabía que tras la mentira había una razón grande del porqué. El porqué de una mentira, su Akaashi, con el que llevaba casado más de tres años, con el que tenía ahora tres hijos, jamás hacía las cosas solo porque sí.

Sintió como Keiji se acostaba encima de él en el sillón y recostaba su cabeza en su pecho, y casi al instante lo sintió un poco mojado, su bebé estaba llorando, su Keiji, su pequeño, el amor de su vida, se quebró en su pecho, y lo dejaría, porque sabía que de esa forma Akaashi se libraría un poco de sus pesos.

—Lo siento tanto. Sé que fui un mentiroso, lo lamento mucho, no quería que pensaras que era por ti Kōtarō, al principio no te lo dije porque no quería hablar de la verdadera razón y luego solamente no supe como decírtelo, perdón, perdón, perdón.

—Ya mi vida, no pidas perdón, —Bokuto rodeo con sus brazos al menor, mientras dejaba un tierno beso en su cabeza. — nada más dime que es eso.

—Papá se negó, —comenzó —dijo que no podía ir, que mi casa estaba aquí, no en Francia, cuando le dije que me iría, aunque fuera allí a morirme de hambre, hizo lo que siempre hace, golpearme. Mamá estaba allí y no hizo nada, como siempre, se quedó a un lado, pero luego fue ella, se burló de mí y de mi sueño, me dijo cosas como que no entendía que había visto esa gran universidad en algo como yo, en algo, como si fuera una cosa.

»Lo que Aoi encontró realmente fue mi carta aceptando la solicitud, papá volvió a golpearme, él fue el que mandó la carta "negándome", ni siquiera sé cómo lo hizo, pero se las arregló para joderme la existencia como lo lleva haciendo todos estos años y ahora te culpa a ti.

Kōtarō sabía que el padre de Keiji era de los padres golpeadores, el problema era que solo era ese tipo de padre cuando se trataba de Keiji, pues con Aoi, Tetsuro, Hajime y Azami era un padre amoroso y comprensivo. Sabían que era por la orientación sexual del menor. Bokuto recuerda haber visto en varias ocasiones a Akaashi llegar a la escuela con morados en los brazos y piernas. Keiji siempre lo justificaba con que se había caído, Kōtarō se enteró de la verdadera razón cuando llevaban viviendo seis meses juntos. Y él literalmente se enteró porque mágicamente, luego de sacarlo de su casa, Keiji parecía haber dejado su torpeza de lado, porque los moretones ya no estaban. Ya no salían.

Akaashi Keiji como si hubiera sido brujería, había dejado de tener moretones.

Por ello mismo, Kōtarō cuidaba a Keiji de cualquier cosa que pudiera hacerle daño, porque si por él fuera lo metería en una cajita y no lo dejaría salir jamás. Y Akaashi estaba más que agradecido, pues solo después de irse a vivir con el mayor, supo y experimentó lo que era la felicidad.

Bokuto lo abrazó tan fuerte como sus brazos se lo permitieron.

—Te amo, Keiji, —soltó como si eso diera solución a todo, y esperaba en lo profundo de su ser, que así fuera. — No tienes una idea de cuanto y me encantaría ir a golpear a tu padre justo ahora. Y sé que sabes que si quieres ir a esa universidad te apoyo totalmente, siempre cuentas conmigo mi vida.

—También te amo, más de lo que crees, pero realmente yo ya no quiero ir allí, quiero quedarme aquí contigo y con nuestros niños, ¿podemos?

—Podemos, sí. Sabes que sí.

Instant family - BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora