Instant family - Bokuaka

013

Capitulo 13:Poniendo asuntos en la mesa.

Akaashi iría a su casa a hablar con sus padres, tenía miedo, no mentiría, le temblaba hasta la cola. Kōtarō no sabía que iba allí, por supuesto que no, si hubiera estado enterado, probablemente no lo hubiera dejado ir solo, o perfectamente no lo hubiera dejado ir. Kōtarō estaba confiado en que únicamente llevaría a Azami a su escuela, y luego a trabajar. Pero allí, sin embargo, Keiji tampoco era tonto, no entraría solo ahí ni porque le pagaran, había escrito un mensaje a Tetsurō, este le había respondido que estaría allí con él, que no entrara si no veía su auto afuera. Así que se encontraba esperando a que su hermano llegara para poder entrar sin miedo a las consecuencias que podría haber.

El auto negro de su hermano aparco fuera de la casa, el pelinegro bajo del auto con un traje, Keiji se sintió mal al instante, lo había sacado de su trabajo.

—Lo lamento, no tenías que venir, de seguro estabas muy ocupado.

—Oye, oye, cálmate, no estaba haciendo literalmente nada y aunque lo estuviera haciendo, sabes que lo pausaría nada más por ti.

Keiji sonrió, le dio un pequeño abrazo y se encaminó hacia la puerta de la casa, respiro como veinte veces antes de tocar el timbre, la puerta fue abierta dejando ver a su madre con los ojos hinchados y rojos, dando la señal de que había llorado, Akaashi se sintió un poquito mal, solamente un poco.

—Hola.

—¿Qué haces aquí?

—Quería hablar con usted y con el señor Akaashi de algo muy importante. —Su madre se sorprendió visiblemente ante las palabras de su hijo; sin embargo, se quitó de la puerta y los dejó pasar, Tetsurō si saludo de beso a su madre, a Keiji le encantaría tener una buena relación con ellos.

Llegó a la sala y se sentó en un sillón individual esperando a que su madre llamara a su papá, seguía nervioso, pero sentía algo de valentía. Una que le había dado su hija mayor al enfrentarse a su hermana unas noches atrás. No tardaron tanto, se sentaron frente a él.

—A lo que viniste Keiji, luego vas y le pides disculpas a Aoi. —dijo su padre, Keiji rodó los ojos, ni siquiera allí podían pensar solo en él.

—No haré eso. —Su padre apretó la mandíbula, enojado, Keiji sintió miedo un momento, pero no, esta vez diría todo. —Porque no es a eso a lo que vine, únicamente quería decirles que ni yo ni mi familia vamos a volver a las cenas, es más, pueden olvidarse de mi existencia y la de mi esposo. —hizo énfasis en la última palabra —, no quiero saber nada de ustedes y sé que ustedes tampoco de mí, así que mejor evitarnos los inconvenientes.

—¿Ese hombre te obligó a hacer esto Keiji? —preguntó su madre, Akaashi quería reírse.

—Es la pregunta más estúpida que he escuchado, —murmuro, para que "no lo escucharan", pero esperaba que lo hubieran hecho — por supuesto que no, tomó esta decisión solo, ustedes jamás han estado para mí, fueron y son un asco de padres conmigo, son groseros con mi pareja, sin contar todos los comentarios despectivos que hicieron el sábado sobre mi familia.

»No merecen más que rechazo de mi parte y aunque me negaba a hacerlo, hoy me cuestione el que no es justo, así que es mejor cortar lazos con gente que no hace nada bueno por mí. Si me disculpan me voy.

—Akaashi Keiji quédate donde estás.

—Yo ya no soy un Akaashi, soy un Bokuto y lo sabes. Hasta luego, uhg no, mejor hasta nunca. —se levantó con cuidado dando una pequeña reverencia y se dirigió a la salida de la casa.

Ya afuera sintió felicidad. ¡Lo había hecho! Era valiente, era tan jodidamente valiente, sintió que alguien más salía de la casa. Tetsuro.

—¿También estoy castigado de tu amor? —Keiji rio y negó con la cabeza.

—Solo ellos.

—Uh, que bueno ya me había asustado. Vamos, te llevaré al trabajo.

—Hoy los chicos no fueron a la escuela, me gustaría ir a casa mejor, llamaré a mi jefe en el camino, no dirá nada.

—Bien, andando.

Subieron al auto y emprendieron camino a la casa del menor, quien estaba relajado luego de hablar con sus "padres", no tardaron mucho en llegar, Keiji había invitado a tomar algo a su hermana dentro, pero este se había negado, pues aún tenía algo de trabajo. Se habían despedido y Akaashi había entrado en la casa con una sonrisa algo tonta. Se le había borrado al ver a su esposo viendo unos papeles y a Shirabu frente a él con una cara un tanto decepcionada.

—Hola —saludo el más bajo. —tienes que leer eso —. Señaló los papeles que antes estaban siendo leídos por Kōtarō, pero ahora estaban sobre la mesa. Los tomó un tanto asustado y empezó a leer.

"Los padres de los menores, Kaori Kaneko, Akinori Kaneko y Yaichi Kaneko, serán dados de alta del hospital psiquiátrico en la fecha del veinte de septiembre"

Keiji sintió que su mundo caía a pedazos, no quiso leer todo, no lo soportaría, solo pasó a la parte de abajo.

"Los menores volverán con sus padres en cuanto el ambiente vuelva a ser ameno para ellos."

Tomó asiento lentamente en una de las sillas del comedor.

—Tienen su primera visita con los niños el veinticinco de septiembre —, dijo Shirabu con la cabeza gacha, no quería ver las caras de Bokuto y Akaashi, esta siempre era la parte difícil del proceso, no para todos, para los padres que ponían el cien por ciento en la crianza.

Akaashi miró a su esposo, quien lo veía con una expresión triste, era tres de septiembre no les quedaba nada de tiempo, todo había acabado, los niños volverían con sus padres y ellos se quedarían en esa gran casa solos, de nuevo. Mierda, mierda y mil veces mierda.

Si, Akaashi Keiji que siempre tenía bajo control todo, en ese pequeño momento lo perdió.

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Trostes.