Capítulo 12

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E N F E R M O

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Hyukjae retiró gentilmente a Donghae de su regazo cuando intentó besarlo de nuevo. No sabía en qué momento el menor se le había montado como una araña, con las piernas desnudas colgando a sus costados y los brazos delgados enrollados en su cuello.

Ante la mirada confundida del castaño, Hyukjae se vio obligado a retirar la propia y clavarla en el ventanal del comedor. Afuera estaba nublado y hacía un viento terrible.

—Bebe tu té, por favor. No le has dado ni un trago—. Sólo quería que el castaño dirigiera su atención a otro lado… ¿Qué carajo le pasaba a Donghae? ¿Por qué de pronto estaba haciendo eso si un par de noches atrás lo rechazó de manera tan contundente?

—Pero…

—Solo un trago ¿sí?

Donghae tomó su taza y bebió casi la mitad de un trago sin quitar su mirada de encima de Hyukjae. El mayor quiso reír por lo inverosímil de la situación, pero no lo hizo, en cambio se pasó la mano por la cabeza, sintiendo su corto cabello raspar su palma.

—Ya —dijo el castaño y estiró los brazos, como invitándolo a unirse en un abrazo. Hyukjae le tomó de ambas muñecas y lo obligó a deshacer su pose. No le costó trabajo, pues su amigo casi no tenía fuerzas.

Donghae compuso un puchero en su rostro.

Hyukjae lo tomó de las mejillas para examinarlo. Algo había mal en él…, y pronto encontró el problema. O al menos una sospecha.

Donghae tenía los ojos entrecerrados y rojos, como si hubiera llorado o como si…

—¿Estás drogado? —preguntó Hyukjae tan sorprendido que esperaba una carcajada de parte de su amigo, pero Donghae solo compuso una sonrisa perezosa y se encogió de hombros.

—Quién sabe…

—Hae, joder, no estoy bromeando ¿Te drogaste?...  —Ante la nula respuesta del menor, Hyukjae lo tomó del brazo y acercó su rostro al cuello ajeno para olfatearlo. Aunque era tenue, inequívocamente Donghae olía a hierba.

Lo soltó como si quemara. No estaba entendiendo nada. Donghae ni siquiera bebía, y siempre tenía una mirada desaprobatoria que darle cuando lo veía consumir a él. Todo eso se debía principalmente a que era un miedoso, y Hyukjae sabía que el episodio del pastel de marihuana lo había traumado bastante como para no querer probarla nunca más, y ahora… ¿ahora iba a fingir que era normal que estuviera colocado?

—¿Por qué luces tan descompuesto? Si tú lo haces a cada rato…

—Sí, pero yo soy Hyukjae—. Tuvo la necesidad de aclararlo, como si Donghae hubiera olvidado quién era quién y los roles que tenían, sus personalidades…, su forma de ver la vida.

—¿Y? Quería experimentar algo nuevo. Estos días han sido malos para mí y sólo quería relajarme…

—¿Hace cuánto lo hiciste? ¿De dónde sacaste la hierba?

—Como veinte minutos, creo… El tiempo está pasando de una forma muy extraña… Ah, y la encontré en tu cajón. Sé dónde la guardas.

Hyukjae se obligó a tranquilizarse. Vale, quizá lo que Donghae le decía tuviera sentido. Todos tenían una primera vez ¿no? Donghae debía estarse sintiendo realmente mal si hasta se vio tentado a probar drogas para relajarse… Aún así, no era correcto.

—Debiste decírmelo primero…

—¿Por qué? Me la paso haciéndote caso. Una vez al año que no lo haga, no nos matará… ¿o sí?

W A L L S [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora