Intermisión - I

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( ˘▽˘)っ🍜 (๑ᵔ⤙ᵔ๑)

[ 1992 ]


Tomó la mano del niño para cruzar la calle, en medio de charcos y brincos que daban al pasar por cada uno, mojando sus botas de lluvia e impermeables tanto que seguro provocaría los regaños de su madre, pero era demasiado divertido como para evitarlo. Rió con soltura cuando al llegar al otro lado de la calle un auto los mojó casi de pies a cabeza, dejando a su hermanito con el cabello empapado y pegado a su piel, casi como un perrito bajo la lluvia.

"Qingqing, por eso te dije que te pusieras bien el impermeable," le sacudió el cabello con fuerza, casi provocando que trastabillara.

"A-jie, ¡duele!", se quejó, huyendo de ella y sobándose la cabeza.

"Ya. Vamos, tenemos que llegar antes que madre si no quieres que te regañe otra vez," lo tomó de la mano, llevándolo con ella por la larga avenida hasta adentrarse al callejón donde estaba la puerta de su edificio. "Tienes que bañarte... hueles feito, Qingqing," se burló, subiendo al ascensor y presionando el botón de su piso. "Como perrito mojado. Quizás así a-die nos deje tener uno al fin, ¿no crees?", bajó la capucha de su impermeable, mirándose en el reflejo del ascensor. Al contrario de su hermanito, su cabello estaba casi completamente seco... aunque demasiado voluminoso para su gusto. Quería verse como una de las actrices de sus dramas favoritos, con el largo cabello lacio y oscuro tan perfecto que era irreal. Nada como la melena despeinada que siempre llevaba sin importar cuántas veces lo cepillara su madre por las mañanas.

"No huelo a perro," se quejó Qinghua a su lado, oliendo su ropa como si pudiera comprobar algo de esa forma.

"No, no hueles a perro, pero eres como uno a veces, ¿sabes? Siempre nos sigues a a-die y a mí. No tienes que hacer eso todo el tiempo."

"¿Por qué?", la miró, aferrado a su mano.

"Es molesto, Qingqing. Soy una niña grande, quiero jugar con mis amigas cuando vienen, no con mi hermanito," se quejó.

"Creí que les caía bien a las amigas de a-jie..."

Puso los ojos en blanco, suspirando. Sus amigas adoraban a su hermanito porque podían jugar con su cabello y vestirlo junto a ellas, pero era molesto tenerlo allí cuando querían hacer otras cosas.

"Les caes bien, pero mejor trae a tus amigos a jugar, ¿sí? No vienen a jugar con un niño de seis, a-Hua, ya tenemos trece", salieron del elevador, dejando sus pisadas mojadas por el pasillo hasta llegar a su puerta donde se quitaron las botas e impermeables.

"Bien, no molestaré a a-jie," se puso sus pantuflas y corrió hacia la cocina, ignorándola. Ya regresaría más tarde, conocía muy bien a su hermanito y se le pasaba el enojo muy pronto. Al menos con ella. El vecino que le había puesto el pie hacía un año provocando que se raspara las rodillas aún recibía miradas de odio de parte de su hermanito. Y no fue invitado a su cumpleaños hace unos meses. "¡A-die!"

"Veo que ya llegaron. A-Hua, ¿qué haces empapado? Ve a bañarte antes de que te enfermes, y no vuelvas a arrugar tu uniforme," se sentó en la barra, mirando a su padre regañar a su hermanito y empujarlo hacia el cuarto de baño. "No quieres que tu madre te castigue de nuevo, ¿verdad?"

"No...", negó, apresurándose y cerrando la puerta tras él.

"Le dije que se pusiera bien el impermeable y no me hizo caso," lo acusó, sacando uno de sus cuadernos, donde había guardado la revista que Fu-jie le había prestado. Algún día tendría la vida de una de esas actrices, ya se había decidido. Le encantaba actuar con sus amigas cuando iban a casa de visita, vestirse como las mujeres de las portadas y aparentar que era la protagonista de un drama moderno. ¿Tal vez debería pedirle a su madre una alaciadora y un poco de maquillaje? Seguramente no se negaría.

La Vida Secreta Del Autor - [Moshang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora