02

269 21 0
                                    

Dinastía Xu

Esos coreanos están atacando al pueblo en las fronteras, mi rey.

—¿Hay pruebas de ello? —pregunta el rey con voz firme.

—Encontramos a un hombre vistiendo el uniforme de Corea —el rey suelta un suspiro cuando uno de sus eunucos entra.

—Mi señor —colocando sus dos manos unidas el frente se inclina delante del rey.

—Habla —el rey comanda.

—Acaba de llegar un mensaje del reino de Corea —el rey se levanta mientras sus ministros comienzan a murmurar cosas. Este hombre se acerca y le entrega el rollo con el mensaje.

Luego de leerla se sienta en el trono.

—¿Qué lo tiene tan pensativo, alteza? —él rey mira a los demás.

—El Rey de Corea propone una alianza de paz, dice no ser el causante de los conflictos en la frontera, dice creer que son los Mongoles —él rey suelta el rollo.

—¿Cuál es la alianza, su alteza?

—Una alianza de matrimonio con mis hijas y sus hijos —todos los ministros se miran los unos a los otros.

—Es una buena idea alteza, con eso podremos tener al reino de Corea vigilado —dice un ministro.

—Tal vez es verdad lo que dice el rey de Corea y él quiere probarlo entregando a sus hijos como prueba para un pacto entre ambas naciones, ¿O no lo cree usted, Alteza?

—Si, también creo que es buena idea, envíen un mensaje al reino de Corea, digan que el rey ha aceptado la oferta, pero que me gustaría ver a mis hijas casarse, así que los príncipes pasarán una semana aquí dónde se casarán bajo las costumbres Chinas y luego podrán llevarse a mis hijas y casarse según las costumbres coreanas, esa es mi única condición —el guardia asiente— Y llamen al príncipe heredero y a mis tres hijas mayores, yo personalmente les daré la noticia.

—¡Si, alteza!

*

—¡Li Lian! ¡Li Lian! ¿Dónde estás? —llega la consorte del reina y madre buscando a su hija.

—Aquí estoy, madre. ¿Acaso ocurre algo para que haya tanto alboroto? —ella sigue bordando.

—El rey, tu padre quiere verte —ella se levanta.

—¿Mi padre, el rey, ha solicitado mi presencia? —la madre de la chica asiente— Entonces acudiré a su llamado.

*

—Li Ming, hija mía, no deberías estar pintando tanto —ella no puede evitar sonreír.

—¿De que hablas madre, si tú amas mis pinturas? —un toque en la puerta hace que ambas mujeres se detengan de lo que hacen.

—Adelante —responde la mujer mayor, las puertas se abren y un guardia imperial entra.

—Su alteza, concubina real, el Emperador comanda a la princesa Li Ming ha que haga acto de presencia en el salón Imperial, su majestad tiene un comunicado que darle —ella asiente.

—Gracias por informarme, iré en seguida —ella toma un pañuelo húmedo limpiando los restos de pintura en su rostro y se levanta saliendo junto al guardia.

*

Li Mei está en su habitación bordando un hermoso cojín para su madre la emperatriz, en ese momento tocan su puerta.

—Alteza, un guardia imperial viene a verla —ella detiene su bordado.

—Que pase —con una reverencia el guardia entra.

—Alteza, el emperador, su padre desea verla en el salón Imperial.

—Acato la orden —dice ella levantándose.

*

Ya una vez en el salón junto a su hijo mayor, el príncipe heredero, hablaban sobre está propuesta y el príncipe acuerda con la sabiduría del rey, en que esta propuesta traerá paz en el reino.

—¡La princesa Li Lian! —ella entra, se arrodilla haciendo una reverencia.

—¡La princesa Li Ming! —ella entra, se arrodilla haciendo una reverencia y el rey asiente.

—¡Su Alteza, la princesa Li Mei! —ella entra, se arrodilla y hace una reverencia.

—Hijas mías.

—Padre y Emperador, un honor hacer acto de presencia —dicen las tres las mismo tiempo, para luego levantarse sin quitar sus manos sujetas al frente de su cuerpo en señal de respeto hacia el Rey.

—Hijas mía, la guerra en la frontera es algo que le preocupa a nuestro pueblo, el reino de Corea nos ha enviado una propuesta como ofrenda de paz para probar su inocencia, he decidido después de consultar con mis hombres de confianza y con el príncipe heredero, que aceptaremos la propuesta.

—Alteza —dice Li Mei, la mayor de las hijas del emperador Xu— Su sabiduría es suprema, no hay nadie que la supere así que lo que su Alteza decida será lo correcto, pero... ¿Que tenemos que hacer en eso unas simples princesas como nosotras?

—Porque ustedes son la parte que China dará en señal de paz —las tres se miran entre ellas— Ustedes formarán una alianza matrimonial entre las naciones, representarán al imperio Chino.

Las tres se inclinan con las manos en el suelo y la cabeza encima de las manos.

—Las órdenes del Emperador son sabias, por lo tanto acataremos la orden —dicen las tres hijas del rey.

—He mandado un mensaje, ellos pasarán una semana aquí y se casarán con las tradiciones chinas para luego vivir en Corea, allá darán el ejemplo de como la realeza en China de comporta, la reputación de nuestra nación queda en sus manos —dice el rey mientras.

—Acataremos lo que diga su Alteza Imperial —dicen aún inclinadas en el suelo.

*

Dinastía Park

—Alteza —entra uno de los eunucos del palacio— Ya hemos recibido un mensaje de el emperador Xu.

—Adelante, ¿cuál fue la respuesta?

—Ellos aceptaron, los príncipes pasarán una semana allá y luego ellas vendrán al palacio —el rey asiente— Comiencen con los preparativos para el viaje a China. El general Seokjin irá con ellos junto con sus hombres.

—Entendido, Alteza.

—Entendido, Alteza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Las Hijas de China +18 [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora