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Jimin ya estaba mejor, su hombro había sanado completamente, ambos estaban en la habitación matrimonial, sus ojos se cruzaban el uno con el otro, ella lo veía algo avergonzada y él se sentía nervioso porque tenía que hacerlo, debía desposar a la mujer que tenía enfrente, podría ser algo fácil para un hombre con experiencia pero los príncipes tenían su pureza intacta.

—No sé cómo... —Jimin se corta, de niño el príncipe siempre fué muy suave con las cosas que le parecían especiales o delicadas y para él, la princesa era las dos cosas.

La princesa notó que él estaba nervioso, extrañamente ella no lo estaba, más bien estaba ansiosa había estado esperando esto por mucho tiempo. A las mujeres de la época se les enseñaba de pequeñas a qué lo más importante era buscar un esposo y consebir un hijo, al ser Jimin el próximo rey, ese heredero era sumamente importante para el pueblo de Corea y de China también, ya que sería el primer rey mitad Coreano y mitad Chino, lo cuál volvería a las naciones una unidad irrompible.

Así que la princesa decide tomar las riendas en sus manos, ella coloca sus manos en las mejillas de Jimin, está sonrojado y Li Mei sonríe ante la acción de su príncipe, ella se acerca y coloca sus labios junto a los de él, moviéndose lentamente, Jimin comienza a mover sus labios también, deleitado con el sabor de los labios de su esposa.

—No sé cómo hacer esto, esposa mía —ella sonríe.

—Yo tampoco, pero lo haremos juntos, todo lo que venga a partir de hoy lo haremos juntos —la sonrisa de Jimin derrite el corazón de Li Mei.

Los besos entre ambos volvieron, cada vez se hacía más intenso, apasionado, la ropa lentamente se fué para ambos hasta que quedaron completamente desnudos, los dedos de Li Mei pasaban por el cuerpo de Jimin, él jadeaba ante los toques que ella le estaba dando. Ella se sube a horcajadas encima de él besando su cuello, Jimin a su vez aprieta los muslos de su esposa extasiado por las sensaciones y emociones que ella le está haciendo experimentar.

Las manos de Jimin suben por sus muslos hasta llegar al centro de ella, sus dedos juegan con los pliegues haciendo que ella gima y se mueva contra sus dedos, Li Mei jamás se había sentido de esta manera, su virginidad y pureza para estas cosas eran sumamente altas, ahora sería su sueño hecho realidad. Los besos en el cuello de Jimin continúan a la vez que ella se mueve contra los dedos de Jimin que estan explorando toda la zona íntima de su esposa.

—Quiero que me hagas tuya, Jimin —él no puede evitar sonreír al oír su nombre ser llamado por otra persona que no fuera su padre o su madre.

Él la voltea lentamente quedando ella en la cama, ya ella le demostró que no tenía porque estar nervioso, ahora era él quien tenía que demostrar el hombre que es. Se coloca encima de ella para besarla por el cuello, tal como ella hizo con él, pero ya su miembro estaba sumamente duro, tanto que dolía, así que se coloco a la entrada de su esposa y fué entrando lentamente, ella se aferraba a los hombros de su esposo, él tenía la mirada fija en ella mientras que ella apretaba los ojos cada vez que él entraba más, podía sentir ese dolor pulsante en su interior.

—Es tan apretado, creo que eres magnífica, amor mío —las palabras dulces que le estaba dando Jimin a Li Mei la aliviaban del dolor.

Él solo se inclina para iniciar otra ronda de besos y comienzan a moverse lentamente, de adentro hacia afuera. El vaiven iba aumentando poco a poco hasta que Jimin no pudo aguantar y aumentó la velocidad, sus cuerpos estaban pegados y los sonidos que hacía tanto sus cuerpos al chocar como sus bocas al gemir era de deleite para ambos, el cuerpo de Li Mei se estremece y ella termina viniendose en un poderoso orgasmo, para luego Jimin vuelve sus embestidas algo erráticas hasta que termina dentro de ella. Ella lo voltea quedando arriba de él, pero ambos están sentados, Jimin tiene su cuerpo levemente inclinado hacia atrás, ella pasa sus dedos por los cabellos húmedos de su esposo.

—Quiero que me llames por mi nombre cuando estemos solo nosotros —Jimin dice y ella sorprendida asiente.

—Puede hacer lo mismo conmigo, esposo mío —él levanta una ceja— Perdón, Jimin.

—No tengo nada que perdonar, Li Mei, creo que eres una de las mujeres más hermosas que he conocido en mi vida —la sonrisa de ella crecía a medida que se perdía en los ojos de su esposo.

Ella lo toma de sorpresa dándole otro beso pero está vez ella mete su lengua dentro de la boca de él, Jimin no puede evitar sonrojarse ante aquel atrevimiento de su esposa, pero obviamente continúa explorando una nueva forma de besar, ella aún lo tenía adentro y podía sentir como el miembro de Jimin palpitaba con cada cosa que ella le hacía y también podía sentirlo más, ella comienza a dar saltitos encima de él, esto hizo que la cabeza de él se echara hacia atrás y sus manos se aferraran a las sábanas. Su boca abierta buscaba el aire que le faltaba, está nueva forma de unirse era mejor de lo que creyó que podía ser, era aún más estrecha de esta forma, dándole mejores sensaciones a la polla de Jimin.

—Muévete, Li Mei. Por favor —esa súplica le sonó sensual a Li Mei por lo tanto no dudó en cumplirla.

Ella inició las embestidas de manera rápida, las manos de Jimin en su cadera la ayudaba a ella a hacerlo más rápido, sus manos en los hombros de él en busca de soporte y ambos con los ojos abiertos cruzaban la mirada, haciendo que esta unión fuera más que una simple consumación, esté fue el inicio de su enamoramiento y romance, era todo lo que ambos querían, ellos temían que el cónyuge que les fuese a tocar fuera un ser malvado o cruel pero resultó ser completamente lo opuesto, ahora solo queda ver qué les depara la vida.

Ella inició las embestidas de manera rápida, las manos de Jimin en su cadera la ayudaba a ella a hacerlo más rápido, sus manos en los hombros de él en busca de soporte y ambos con los ojos abiertos cruzaban la mirada, haciendo que esta unión fuera...

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Las Hijas de China +18 [Completada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora