here i go again - whitesnake
Johnny Lawrence no podía seguir esperando a que Daniel LaRusso se diera cuenta de sus verdaderas intenciones que tenia hacía el. Así que un día abrió la puerta del dojo de Miyagi Colmillo con fuerza dejando a Daniel confundido.
El rubio sin pensar más de lo que debía se acercó a él, lo tomó del rostro y lo besó apasionadamente, mientras esperaba la respuesta del moreno que no tardó en llegar, besándolo lascivamente y agarrándolo de los bellos cabellos dorados.
Hubieron pocos momentos de lucidez entre ambos, pero el pecho de Johnny subía y bajaba al ver a Daniel tomar el control de la situación. El ojiazul abrió sus ojos y boca con sorpresa cuando Daniel lo aprisionó contra la pared y volvió a retomar la sinfonía de besos pero ahora en el cuello del rubio.
Johnny sonreía, a ratos bufaba y gemía sintiendo los dientes de su co-sensei por su piel. La excitación le salía por los poros y más cuando veía los ojos oscuros y brillantes de LaRusso, su cabello alborotado y mejillas rosadas.— ¿Siempre quisiste esto LaRusso?.
Daniel con la respiración entrecortada y gemidos que salían de su boca por el tacto de las grandes manos del rubio en sus muslos le respondió.—Si, mierda, siempre lo quise Johnny.
Daniel esta vez lo tomó fuerte y empezó a tirarlo al suelo, el rubio no entendía que estaba haciendo el pelinegro así que se deshizo del agarre y Daniel quien seguía con los ojos oscuros de la excitación empezó a golpearlo, Johnny no entendía que estaba pasando pero respondió de inmediato, lanzándole una patada que Daniel logró esquivar y a la vez llevarla a su cintura. — Mierda Johnny, deja de ser tan terco alguna vez en la vida.
Ambos cayeron al suelo y Johnny pudo ver mejor a Daniel. Se impresionó que LaRusso no estuviera con el gi de Miyagi Do, si no con el de Colmillo de Águila.
El rubio volteó a Daniel dejándolo en el suelo, pero LaRusso con fuerza lo hizo volver a su posición inicial quedándose arriba del ojiazul. — Déjame a mi John. Déjame hacerte sentir bien.
Johnny suspiró cuando Daniel empezó a bajarse el gi rojo lentamente, su entrepierna palpitaba. Cada centímetro que descubría de LaRusso era un suspiro que salía de su boca. — He querido esto toda la vida LaRusso, toda.— dijo Lawrence con sus manos apretando las anchas caderas de Daniel.
Daniel sonrió dejando el gi hasta su parte inferior para empezar a despojar el de Johnny. El rubio gimió al sentir las manos de su compañero en el cinturón de su gi blanco. ¿Estaba con el traje de Daniel?. —¿Quieres esto Johnny?, realmente lo quieres?.
El ojiazul asintió con la cabeza y Daniel dejó de bajar la ropa. —Parece que no lo quieres tanto eh—. Johnny reaccionó rápido. — Si lo quiero LaRusso, no me hagas esta mierda.— Daniel sonrió, —¿Cuanto lo quieres Johnny?—. Lawrence con la voz entrecortada le respondió. — Mucho, lo quiero mucho Daniel, por favor.— Ahí estaban, las palabras mágicas que hicieron que Daniel le bajara la pieza de ropa color blanca dejándolo en ropa interior. Por otro lado LaRusso sacaba la parte inferior de su gi color rojo.
Ambos en solo ropa interior, tirados en el suelo del dojo de Miyagi Colmillo gimiendo a la luz de la luna. Johnny no podía creer que por fin lo había hecho.
Daniel seguía mordiendo el cuello del rubio y a ratos salía de ese lugar para dejar moretones en los pechos fornidos del rubio haciéndolo gemir su nombre.— Daniel, quiero...ah, Daniel—. El pelinegro dejó de succionar el pecho de Lawrence y lo miró. —¿Qué quieres bebé?— El rubio suspiró y habló.— Quiero estar dentro de ti.— Daniel sintió como sus piernas flaqueaban, con una mano acarició el rostro del rubio y le susurró al oído. — Quédate aquí, iré por lubricante.— Daniel se paró y fue a su habitación.