𝑃𝑒𝑝𝑝𝑒𝑟 𝐴𝑙𝑤𝑦𝑛, una chica huffleppuff con el alma más pura del mundo su promedio perfecto,
Su gran corazón e inteligencia eran lo que más se destacaba de ella, que pasaría si por accidente Taylor termina 13 años antes de su ingreso a hogwa...
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Quedé estática al escuchar sus palabras, Jamás había tenido tantos sentimientos por una simple palabra, "te quiero", esa palabra, que significa tanto... Me encantaría decirle que lo quiero, más de lo que pensé que un ser humano podría llegar a sentir, pero no podía, no podía decir lo que tanto anhelaba decirle mi corazón. No
-Yo... Tengo miedo, James.- dije bajando apenada la mirada, el hecho de no poder decir cómo me siento me molestaba, ¿Por qué ésto tenía que ser tan complicado?
-¿Miedo?- ladeó la cabeza, arqueando una ceja. -El miedo es algo subjetivo.- suspiro, caminando hasta mi dirección para sostener mi barbilla delicadamente, sonrió de lado, y con su otra mano acariciaba suavemente mi mejilla. -¿Que es lo que más miedo te da?-
-No lo se, muchas cosas.- nego con la cabeza, sin entender su punto.
-Y si tuvieras la oportunidad de vencerlos, ¿Cómo lo harías?-
-No lo sé, pero...¿Que quieres decir con todo esto?-
-Solo responde, Pepper.- sonríe levemente.
-Haciendole frente?-
-Exacto, ahora estás dispuesta a enfrentar el hecho de que te quiero, o simplemente lo ignoraras y cambiaremos de tema.-
-James...Lo siento, pero no puedo quererte de la misma forma en la que tú quieres que te quiera.- bajo la cabeza, para evitar mirarlo a los ojos, sabiendo que si me atrevía a levantar un pequeño sentimetro la mirada el sabría a la perfección que mentía.
Lo escuché suspirar una última vez, y luego solo escuché sus pasos saliendo del lugar, al escuchar que la puerta se cerró, pude mirar al frente, y toda la culpa cayó sobre mis hombros.
Me senté cruzando las piernas, y apoyé mis codos sobre mis piernas y deje descansar mi cabeza sobre mis manos. -Tonta Pepper.- Susurré.
-No eres tonta, o bueno, no tanto.- escuché decir a unos pasos de distancia de dónde me encontraba.
-Sirius... ¿Hace cuánto llevas ahí?-
-Lo suficiente como para saber que mientes.- dice caminando con los brazos cruzados hasta mi, tomando asiento a mi lado.
-¿Escuchaste todo eso?- suspiré abrazando mis piernas.
