𝑃𝑒𝑝𝑝𝑒𝑟 𝐴𝑙𝑤𝑦𝑛, una chica huffleppuff con el alma más pura del mundo su promedio perfecto,
Su gran corazón e inteligencia eran lo que más se destacaba de ella, que pasaría si por accidente Taylor termina 13 años antes de su ingreso a hogwa...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃
Las hufflepuff terminaban de arreglarse para salir un rato, luego de una aburrida semana, por fin llegó el sábado, y tenían un día libre para poder divertirse como a ellos les gustaba.
—Detesto ser mujer. – Murmuró pepper, tendida sobre la alfombra. – odio nunca saber que ponerme.–
—No se que ponerme, ¿Este suéter está bien? – suspiró Allison mirando su viejo abrigo.
—es extraño que no esté nevando, ya estamos en época. –Dijo Pepper inquieta desde su rincón.
–Aja, es extraño, ¿Creen que así se resalta mi rostro? – Rose posaba desde su lugar en la habitación, mostrando su nueva prenda.
—Y mucho, te queda muy bien. – halago la pelinegra, peinando su cabello.
—Gracias gracias.
Los pensamientos de Pepper parecían estar volando por toda la habitación, tenía muchas preguntas, ¿Que había pasado con Remus y Allison? ¿Acaso ella lo estaba engañando? O ¿Por qué rayos James era tan lindo? Era tan complicado.
—Alto. – se paró de inmediato Pepper, logrando así que sus amigas la mirarán extrañadas.
—¿Que?– dijeron ambas al mismo tiempo.
–¿Huelen eso?– comenzó a olfatear al aire sin ninguna razón.
— Lo siento, esa fui yo.– Rose sonrió entre dientes, frunciendo la nariz avergonzada.
–Ew y, no, eso no, ese olor...– Pepper corrió en dirección a la ventana, abriéndola con curiosidad, siguió olfateando al aire y mirando para todas la direcciónes, decidió sacar su mano con entusiasmo, ya que tenía un boba teoría sobre el olor particularmente conocido. Un pequeño copó de nieve callo sobre la mano de la rubia, que sobresalía por la ventana de su habitación, saltó del asiento que quedaba junto a la ventana, repleta de emoción, y corrió para ponerse su abrigo, con los colores característicos de su casa.
—Pepper, cuál creés que se vea mejor, ¿el dorado o el amarillo patito?
—El dorado, las espero afuera, no puedo esperar para salir, ¡Está nevando!— dió un pequeño brincó con entusiasmo.
—¡Pero Pepper!
Allison no pudo terminar de hablar, ya que su amigo había salido a toda velocidad del cuarto.
