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Taehyung
No recuerdo un día de mi vida donde me haya sentido diferente, siempre he sido esto.
Me gustaba ponerme los zapatos y vestidos de mi hermana y mamá, eh incluso jugaba con mi hermana Ji-A a las muñecas.
Mi padre era una persona ausente en nuestras vidas, su mundo giraba al rededor de los negocios. Mi madre siempre está ebria, sumida en sus penas y arrepentimientos.
Cuando tenía 12 años mi ser empezó a fluir, a pesar de todo teníamos una excelente relación con mi padre. Ibamos de viaje juntos, a pescar, o partidos de fútbol, sentía que me amaba, teníamos mucha confianza.
Ji‐A es cinco años mayor, a pesar de la diferencia de edad, siempre andábamos juntos compartíamos casi los mismos amigos, entre ellos estaba Yoon-Gi su mejor amigo a quien conocí cuando tenía 17 años
Fue amor a primera vista, tenía todo lo que me gusta en un hombre. Puedo decir que mi doctor y Yoon-Gi tienen casi el mismo estilo, a diferencia de los tatuajes, perforaciones y obvio el sexo, pero es el tipo de chico malo que me gusta.
Cuando teníamos tres años de relación decidí sentarme con mi padre y confesarle mi homosexualidad, eso no era todo, también le dije que tenía una relación con Yoon-Gi
Creo que siempre lo supo, únicamente se negaba aceptarlo, mi forma de ser era obvia. Solamente necesitaba escucharlo de mi boca para convencerse.
No pronunció una sola palabra, se levantó y encerró en su estudió, empezó a ignorarme, esa actitud la tuvo por más de tres meses hasta que me sorprendió en la sala besándome con Yoon-Gi
Lo tomo por el cuello y golpeó, lo amenazó, le dijo que se alejara de mí, que no volviera a poner un pie en su casa o iba a lamentarlo. Y ahí empezó la persecución de papá y una guerra en mi contra.
Me hacía la vida imposible, me humillaba con palabras hirientes, me acosaba todo el tiempo. No iba a aceptar que manchara el apellido y destruyera a su familia.
La convivencia en mi casa era igual a vivir en medio de una guerra, papá pelando todo el tiempo conmigo y mamá, mi hermana no se atrevía a dar su opinión, aunque tengo su apoyo siempre se ha mantenido al margen.
Ji‐A le tiene miedo, papá, ha impuesto su voluntad sobre ella, ha hecho con su vida lo que le ha dado la gana, nunca se quejó, nunca renegó, con tal de no crear más conflictos entre mis padres.
He incluso le impuso ese matrimonio arreglado, nunca la había visto tan triste como la vi el día de su boda. Renunció al hombre que ama por casarse con el que le conviene a papá y sus intereses.
En cambio, yo no me he dejado, mi madre no ha permitido que haga conmigo lo mismo que ha hecho con Ji‐A
Con su apoyo me vine a estudiar a otra ciudad, lejos de papá y sus imponencias, pero eso no es suficiente para él. Ahora pretende que me case, no le importa mi orientación sexual, solo quiere imponer su voluntad.
