"La calma en algún momento llega"
Ver a Ruslan me tranquiliza. Cuando sube al auto conmigo con solo abrazarlo me parto en llanto.
—¿Qué pasa, Hanan? —me pregunta preocupado Ruslan.
—Me siento fatal —sollozo—. Todo es una mentira, estoy demasiado cansada. No sé qué hacer con mi vida.
—Vamos, chiquita, repite conmigo —me separa de él y toma mi cara entre sus manos—... Soy fuerte, soy maravillosa, soy única. Ahora repite.
—Soy fuerte, soy maravillosa, soy única —repito con Ruslan, por más que no crea nada de lo que estoy diciendo.
—Bien, así me gusta —me felicita—. Deja que conduzca, mientras tú me cuentas qué ha pasado.
—La verdad no quiero hablar de nada. Únicamente me apetece encontrar a Ezra, deseo disculparme con él —le explicó esperando que me comprenda.
—Entiendo. Pero si deseas hablar quiero que sepas que estoy aquí —lo miro y solo pienso en qué hice para merecerlo como amigo.
—Gracias por estar aquí —le respondo—. Ahora, mientras buscamos a tu hermano, cuéntame algo, ¿Cómo estás tú?
—Supongo que bien. Nuestra madre ha considerado comunicarse con Zaylin esta semana, bueno, en general con todos, sin embargo, no hemos querido responder —me cuenta, mientras conduce—. La verdad tenemos miedo que quiera venir a llevarse a Lilo nuevamente. Ezra no tiene idea de ello.
—Entiendo —asiento, entendido que me dice esto. No obstante, no anhela que se lo haga saber a Ezra—. Pero, no considero que deban ocultárselo. En algún momento tiene que enterarse. Él merece estar al tanto de ello.
—Sí, opinamos en ponerlos al tanto. Pero, ha estado ocupado últimamente —me mira y veo algo como arrepentimiento en sus ojos—. Entonces la verdad estamos esperando que baje un poco la marea.
—Espero que no sea nada malo a lo que viene tu madre —intentó animarle.
—Siempre que le da por aparecer, nunca es para una causa buena —me informa—. Hemos llegado al primer lugar.
Miro a nuestro alrededor. Estamos en el central Park, el primer sitio al que viene junto con Ezra y Rúslan. Donde conocí el lugar seguro de Ez. Donde lo conocí más a él y su historia.
—Gracias —lo digo en un susurro.
—No hay nada que agradecer. Tú, ve y búscalo —me anima—. Estaré por aquí, si veo que tardas mucho asumiré que están juntos y me marcharé.
No puedo creer lo afortunada que soy al llegar a esta ciudad sin conocer a alguien más que a mi padre y hermano, y como un cambio tan radical te puede doler, pero también te puede abrir muchas puertas, te lleva a conocer a personas maravillosas. Como en momentos difíciles, cuando ves tu mundo destrozado puedes contar con personas que no son tu familia, pero es como si realmente lo fueran.
—Gracias —me estiró y lo alcanzó para abrazarlo, Ruslan me lo devuelve.
—Ve, antes de que se nos haga más tarde.
—De acuerdo —me bajo del coche y me dirijo a la entrada del Central Park.
Busco por algunos lugares, pero específicamente al sitio al que vinimos la primera vez. A lo lejos lo veo y apresuró el pasó, para así poder alcanzarlo.
Cuanto deseo disculparme y poder estar bien.
De repente veo un movimiento, con ello me doy cuenta de que no está solo. Está con una chica de cabello liso, a la altura media, con bastantes tatuajes y rasgos asiáticos. Ella le toma de las manos y él no la aparta.
No sé en qué momento dejé de caminar para observar la escena.
Él no la aparta en ningún momento, hasta da la impresión de estar cómodo en esa situación.
Retomo de nuevo mi caminata hasta ellos, puesto que, así, al menos puedo disculparme e irme. Pero con ello, todo mi mundo se destroza. Ella toma su cara y lo besa. Lo que más duele es que Ezra no se aparte. Le sigue el beso y lo profundiza.
Más allá de ver mi ilusión caer y mis ganas de seguir con él, me destroza, me hace sentir vacía, me hace no poder más. No quiero ni caminar. Mi mundo, ese que estaba a punto de derrumbarse. En este instante lo veo arder.
No sé con qué fuerzas me doy la vuelta, sin embargo, soy consciente que estoy regresando por el mismo camino por el cual entré.
Visualizo el auto a lo lejos y sin pensarlo camino hacia el hasta llegar a la puerta de copiloto y subirme, Ruslan me ve con cara de sorpresa, pero mi cara lo dice todo aquello que no logró expresar con palabras.
—Vamos, llévame a un lugar seguro.
Seguro para mí, para mi corazón, para mi estabilidad.
No lo digo, pero lo tengo presente todo el camino. No tengo ni la más remota idea de a donde vamos, no obstante, trato de relajarme durante el camino. Le confío mi estabilidad y mi vida a Rúslan por unas horas.
ESTÁS LEYENDO
Deja Que Ocurra
Teen FictionLas inseguridades son todo lo que tenemos, las mantenemos a raya para que crean que somos fuerte. Las Personas ven solo lo que queramos que vean. Pero ¿Que pasa cuando los hermanos Miller entran a su vida? ¿Cuando su Lema Familiar es deja que ocurr...