[14]

66 6 5
                                    

Estábamos en la habitación 107, como era de costumbre todos los sábados. Hoy era 31 de enero, lo que significaba que era mi último día acá en Avonlea. 

Todos estaban demasiado melancólicos, pero nadie decía nada. Por supuesto, el miedo me ganó por lo que Gilbert aún no sabía nada. 

¿Pretendía despedirme como siempre y luego desaparecer del mundo? Exacto. Si él no me explicaba su mundo, yo no iba a explicarle el mío. 

Al caer el final de la tarde, decidimos que ya era hora de irnos.

-Te voy a extrañar muchísimo mi alma gemela- Me dijo Di, reteniendo sus lágrimas. 

- Yo también lo voy a hacer mi alma gemela- Respondí, para luego abrazarla.

-¿Por qué se saludan como si nunca más fueran a verse?- Escuché a Gilbert preguntar, divertido.

-¿No lo sabes?- Exclamó Oliver asombrado.- Anne se va-

-Eres muy chistoso cuando quieres, pero no es el momento Oliver- El pelinegro rodó los ojos- ¿Verdad Anne?-

Me di vuelta, para mirarlo preocupada. No sabía cómo explicarlo.

Gilbert miró a todos mientras su sonrisa se desvanecía.

-¿En serio?¿Ni siquiera te tomaste el tiempo de decirme? Pensé que realmente te importaba., aunque sea un poco- Pude ver como caían lágrimas por sus mejillas. 

-Lo siento- Susurré, casi sin voz.

-Por favor, no me busques más. Ni siquiera te tomes la molestia de llamarme. Ya me quedaron claras las cosas.- Dicho esto salió por la puerta en silencio, un silencio que sólo yo podía entender qué significaba.

Miré a mis amigos, todos me miraban enojados. No sabía qué otra cosa hacer más que correr por él, y eso hice.




¡Estúpido libro de química! (Shirbert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora