[T E R M I N A D A]
-¡Y todo empezó por un estúpido libro de química!- Gritó desesperado.
-Sí...Un estúpido libro de química, supongo que te arrepientes de ese día-Dijo desanimada.
-Lo hago...Y mucho-Ella se dio la vuelta y desapareció en la oscuri...
Recordé ese bello día, gracias a "Eso" que encontré en una de las cajas de mudanza.
Fue uno de mis mejores días.
~Pasado~
Mis pies se hartaban de caminar.
Cuando llegué a la biblioteca Gilbert dijo que lo siga.
Todavía estoy dudando si quiere secuestrarme.
-¿Cuándo llegamos?- Pregunté por décima vez en el día.
-Falta poco- Dijo en tono quejoso.
-¿Cuánto es poco?- Mentiría si dijera que no me gusta molestarlo.
-Tapa tus ojos- Me dió un retazo de tela azul y tapé mis ojos, insegura.
-¿Me vas a secuestrar y llevar a un lugar a las afueras de Avonlea donde venderán mis órganos?-
-Dices todas esas estupideces en menos de un minuto, vaya don-
-¡Hey!- Lo empujé levemente pero él no le dio importancia.
Tomó mi mano delicadamente y me guió hasta que dejamos de caminar, luego me quitó la venda.
No.
Lo.
Puedo.
Creer.
-¡Me trajiste a un campo de girasoles!- Grité mientras lo abrazaba, no correspondió pero con el solo hecho de que me llevó allí me hacía feliz.
-Sí, para agradecerte lo de ayer te traje a estudiar aquí-
Me quité mi chaqueta y la dejé en el suave pasto.
Sin importarme mucho el pelinegro, comencé a correr por todo el extenso lugar.
Gilbert reía, me gustaba ese sonido. Me gustaba hacerlo reír.
Luego de un rato, ya cansada y sin aire en los pulmones, me dejé caer sobre un pequeño sector de girasoles.
Para mi mala suerte...No me atraparon y terminé en el suelo.
-¿Estás bien?-Gritó desde lejos el de rulos.
-¡Sí! Me parece que debemos empezar a estudiar antes de que se vaya el sol- Dije mientras me levantaba y sacudía mi ropa.
Vi a lo lejos un mantel sobre el cual estaba el famoso libro de química.
Fui hacia él y me senté al lado del pelinegro.
Gilbert me ignoró, como acostumbraba. No disfrutaba ser un fantasma pero tenía un campo de girasoles. (JAJSJSJA AMO QUE A ELLA SÓLO LE IMPORTA EL CAMPO DE GIRASOLES)
Estudié sin hacerle caso y tomé un par de fotos.
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. . .
Volvíamos del lugar en silencio.
Siempre yo empezaba las conversaciones pero ya estaba cansada de rogarle atención.
Me miró de reojo varias veces, pero hice como si no me diera cuenta para no incomodar la situación.
-¿Estás enojada?-Preguntó tímidamente pero tratando de sonar firme.
-No- Respondí simple.
-Ok...- Vi como se le formaba una cara triste, pero agachó la cabeza por lo que no estoy segura.
