Cuando Helmut se adentró al lugar pudo ver a James recostado en una pared mientras revisaba algo en su celular. Había pasado tanto tiempo sin hablar con él que ya ni siquiera sabía que decirle con exactitud.
—¿Podemos hablar? —Mencionó finalmente.
James asintió con la cabeza sin darle mucha importancia y eso fue el colmo para el sacerdote, quien simplemente ya no quiso seguir tolerando ese comportamiento. Fue por ello que se retiró del lugar y se dirigió a su habitación con molestia.
Durante aquel recorrido se cruzó una vez más con el doctor, quien al notar una mueca de disgusto en la cara de Helmut supo que las cosas no habían salido del todo bien y decidió seguirlo para hablar con él.
—¿Qué sucedió? —Cuestionó con preocupación.
—Estoy harto, haré lo que tuve que hacer desde un principio —Respondió el padre mientras empezaba a buscar algo entre los cajones de un mueble.
—¿Qué cosa? —Mencionó Bernard mientras tomaba asiento en una silla.
—Irme de aquí —Agregó sin más.
—Helmut no puedes hacer eso otra vez. Habla conmigo, dime en qué piensas —Henry trató de convencerlo.
—No lo sé, simplemente es muy abrumador ver como una persona a la cual solías querer cambia de un modo en el que ya no coincide contigo. Es un proceso doloroso, porque con forme pasa el tiempo empiezas a cuestionarte si todo eso sucedió por tu culpa, o simplemente se trata del destino de alguien pasajero en tu vida —Mencionó Helmut con tristeza.
—Lo sé, es difícil asimilarlo —Respondió Henry.
—Siempre he pensado que soy yo quien obliga a cambiar a los demás —Agregó el castaño sintiéndose culpable.
El doctor no quería seguir respondiendo, sabía que lo único que Helmut necesitaba en ese momento era desahogarse.
—Estoy pensando en miles de formas para alejarme, no quiero seguir dañando a otros —Confesó el sacerdote.
—¿Y por qué no lo hiciste antes? Seguramente porque en realidad no quieres irte, sólo estás buscando una salida —Agregó Henry.
—Quiero irme, es la única manera en la que no molestaré a los demás —Dijo preocupado.
—Pero tú te sientes mal, ¿A caso los sentimientos de otros importan más que los tuyos? Te daré un ejemplo. Steve sólo te busca para tratar de revivir el pasado, un romance que en realidad nunca existió. Ambos se necesitaron el uno al otro en un momento difícil; la muerte de Kit trajo mucha tristeza a las personas del seminario, en especial a ustedes —En los labios del doctor se asomó una pequeña sonrisa, la cual transmitía calma.
Del otro lado de la puerta se encontraba James y Steve, quienes minutos atrás habían seguido al padre para arreglar las cosas pero prefirieron escuchar la conversación e interferir de ser realmente necesario, ya que muy en el fondo desconfiaban del doctor.
—Ese maldito imbécil —Steve estaba realmente molesto.
—¡Cállate! —Reprochó James.
—Aun así... No quiero volver a decaer emocionalmente —Helmut lo miró preocupado.
—Pero sí sigues pensando en eso caerás en un abismo de tristeza, sobre todo porque en realidad él nunca fue importante para ti, ¿me equivoco? Sueles deshacerte de las personas porque no quieres correr el riesgo de que la historia se repita, pero eres libre Helmut. Kit querría verte contento, no sufriendo por su muerte que claramente no fue culpa tuya —Dijo —. No podías ayudarlo aunque quisieras —Una vez más Bernard empezó a ponerse firme para hacer entrar en razón al sacerdote.
—Si tan sólo no fuera tan cobarde... —Helmut agachó la mirada, decepcionado de sí mismo.
—Si tan sólo pudieras perdonarte, te darías cuenta de que has derramado lágrimas por personas que nunca esperaron nada de ti, y no lo digo como una ofensa; nunca le has debido nada a nadie -Henry se puso de pie y con una de sus manos rebuscó un libro que reposaba en una de las estanterías.
—Volviendo con el tema de Steve, la única razón por la que no he hablado de esto con él es porque no quiero arruinar su cercanía con James —El padre sentía algo de culpa tras mencionar aquello.
—¿Dices que haces todo esto por él? —De inmediato Henry enfocó su mirada en el sacerdote.
Helmut guardó silencio.
—Sigues... ¿Enamorado? —Mencionó con algo de duda, incluso con recelo.
—Estoy asustado —Agregó finalmente.
—El amor es sin duda alguna lo que le falta a tu corazón —Bernard fingió una sonrisa.
—Necesito acercarme más a Dios, no perder el tiempo en estas cosas —Helmut estaba harto de aquella situación, sobre todo de sus sentimientos.
—¿Y cómo planeas acercarte a él? —Rio —. ¿Dejando de comer y autolesionándote? —Henry abrió aquel libro que tenía entre manos, en busca de alguna respuesta que ni él mismo conocía.
—¡Sólo necesito que entiendas! —
—¿Entender qué? —
—Yo... Soy un hombre de fe —
—¿Y eso cómo te hace sentir? —
—Creo que todos esperan mucho de mí y temo decepcionarlos —
—Ya lo estás haciendo Helmut, si sigues así no harás más que decaer y decaer hasta llegar al punto de no retorno —
—Gracias por los ánimos —
—¿Por qué debería animarte? Eres tan débil que me resulta encantador, podría manipularte de mil maneras distintas sólo con el único objetivo de corromper tu mente y claro, tú cederías ante cualquier petición que te proponga con el único deseo de sentirte amado, de creer que en realidad no estás tan mal y que eres una buena persona, pero... Adivina que —Se acercó lentamente hacia él —. No lo eres —El tono de voz de Henry cambió por completo.
—Voy a matarlo —Mencionó James desde el otro lado de la puerta.
—¡Shh! —Reprochó Rogers.
Helmut no supo qué hacer o decir, una vez más el silencio fue su única respuesta.
—Y eso no tiene nada de malo, todos tenemos pecados que llevamos encima debido a malas decisiones, muchas cosas llegan a corromper la mente humana y lo que tú viviste es un gran ejemplo de ello. De hecho me sorprende lo cuerdo que estás luego de haber pasado por tanto, digo, no es que tengas una excelente salud mental pero al menos no eres un asesino serial o un pirómano —Bernard soltó una carcajada.
—Necesito que me ayudes... ¡No que me hagas sentir miserable!, siempre es lo mismo con ustedes. Tanto James, Steve y tú son unos —Helmut fue interrumpido.
—¿Imbéciles? —Complementó Steve, entrando a la habitación junto con James de manera repentina.
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𝕷𝖎𝖇𝖊𝖗𝖆 𝖓𝖔𝖘 𝖆 𝖒𝖆𝖑𝖔 | 𝚆𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛𝚋𝚊𝚛𝚘𝚗
FanfictionTras el asesinato del monseñor Kit las cosas no volvieron a ser las mismas en la iglesia. El terror y la carencia de fe sembraron amargura entre las personas de aquel lugar; el padre Helmut no fue una excepción. Fue James Barnes, un locutor de radi...