Capítulo XXIV

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Helmut supo que lo habían estado escuchando durante todo ese tiempo, se sintió tan enojado que apenas podía pensar con claridad.

—¡No entiendo por qué dicen apoyarme y cuando más los necesito se alejan de mí! —Helmut estaba enojado.

—Eres tú quien tiene la culpa de todo Helmut, de que las personas se alejen, de que te tengan miedo —Agregó Steve con poco interés.

—No es complicado quererte, sino estar cerca de ti. Simplemente eres imposible de tratar, es por eso que nadie quiere estar contigo —Mencionó Henry, completando el comentario de Rogers sin saber qué decir realmente.

—¿Y a quien carajos le importa si es así? ustedes dicen ser sus amigos, ¡deberían apoyarlo y no hacerlo sentir peor! —James estaba estupefacto tras escuchar aquellas declaraciones, era consciente de que se había alejado mucho de Helmut pero no permitiría que lo tratasen de esa manera.

—James ten un poco de amor propio y abre los malditos ojos. Helmut no te ama, sólo ama la sensación de sentirse amado, ama que le des atención y que soportes sus estúpidos caprichos —Steve miró fijamente a Barnes, manteniendo seriedad en cada una de sus palabras.

Luego de mencionar aquello un silencio sepulcral se apoderó de la habitación, Helmut se sintió acorralado y poco a poco una gran ira comenzó a apoderarse de sí mismo.

—¿No dirás nada? —Agregó Bernard.

—Él siempre hace lo mismo, empieza a llorar y se victimiza para evitar las consecuencias. Después de todo no te importa ser la burla de los demás, ¿no es así Helmut? —Mencionó Steve dirigiendo la mirada hacia el castaño.

—Sí —Respondió finalmente con un hilo de voz —. Voy a permitir que se burlen de mí aun cuando me cuesta tanto seguir adelante, voy a permitir que me reclamen y que me odien, que hablen mal de mí a mis espaldas y que finjan quererme para no sentirse solos —Dijo —. Porque estoy en mi peor momento y soy consciente de lo doloroso que es, porque no me importa que el mundo me trate como una porquería; no quiero que nadie más tenga que pasar por todo esto —El sacerdote estaba al borde del colapso emocional.

—Y aquí vamos de nuevo —Rogers soltó una pequeña carcajada.

—Steve cállate de una maldita vez —A James ya no le parecía correcto lo que estaba escuchando.

—Todos tranquilícense —Henry intentó controlar la situación.

—Tú cállate intento de terapeuta barato, ¡ni siquiera eres psicólogo, sólo lo estás confundiendo más! —James estaba harto.

—¡No finjan que les importo, siempre es lo mismo con ustedes! —Dicho esto Helmut se alejó lentamente.

—Helmut, respira —Henry se puso de pie mientras intentaba calmarlo —. Dile a Steve como te hace sentir —Dijo con la esperanza de que pudiera desahogarse por completo.

—¡¿Qué cómo me hace sentir?! no lo sé, creo que nunca lo había pensado —Mencionó sarcástico —. Quizá el hecho de que me culpe por todo lo que pasa cada maldito segundo me hace sentir asfixiado, sin ganas de comer o de seguir viviendo. ¡Maldita sea Steve me jodiste la vida! —Helmut estaba gritando.

—¿Yo te jodí la vida? no me hagas reír. ¡No hay un maldito día en el que no actúes como un cobarde, siempre te sientes mal y tratas de culpar a los demás por ello cuando el verdadero problema eres tú! —Rogers estaba perdiendo el control.

—¡No voy a permitir que le hablen así, ninguno de ustedes quiere ayudarlo de verdad! no me importa cuántas veces tenga que repetirlo pero me importa una mierda si Helmut es o no una buena persona, yo lo amo con sus virtudes o sus supuestas fallas. ¿No se dan cuenta del daño que le están haciendo? ¡él está pasando por un momento difícil y lo único que ha hecho desde el principio es dar lo mejor de sí para todos nosotros! —James no pudo quedarse callado por más tiempo.

—¡Fuera de aquí! Yo sigo siendo el responsable de ésta iglesia y de las personas que forman parte de ella así que no quiero volver a verlos nunca —Dicho esto Helmut salió de la habitación y azotó la puerta con fuerza.

—No tienen que agradecerme, ahora es cuestión de ustedes el hacer que Helmut permanezca con esa actitud —Mencionó Henry finalmente para luego retirarse del lugar.

Steve suspiró pesadamente e hizo lo mismo que el doctor dejando a James completamente solo.

Y en ese momento, en medio de aquellas paredes, con la noche como escenario y la soledad más absoluta como compañera,

James comprendió que estaba completamente jodido.

Al paso de algunos días Barnes esperó a que las cosas se calmaran entre él y Helmut, quería hacerle saber que lo que tuvo con Rogers no fue tan importante, que no lo hacía sentir como cuando estaba con él; Steve no era capaz de hacerle sentir mariposas en el estómago cada que hablaban, no era capaz de formar un vínculo con su corazón ni mucho menos lograr que se enamorara de verdad.

Sabía que Helmut era el amor de su vida pero también era consciente de que lo había arruinado todo por tener una estúpida aventura con el diácono, así que luego de finalmente grabar la entrevista e intentar innumerables veces el volver a conquistar a Helmut y no conseguirlo decidió regresar a su ciudad natal, alejarse de la iglesia y olvidarse por completo de aquel romance fallido.

Pasaron seis meses después de eso y todo pareció mejorar en la vida de James. Desde que terminó su investigación se centró en contar de manera resumida su experiencia en su programa, el cómo le pasaron distintas cosas al momento de estar dentro de la iglesia y además mencionó el nombre de las personas tan maravillosas que conoció.

"El sacerdote Helmut es uno de los hombres más honestos y serviciales que he tenido la oportunidad de conocer en mí vida. Siempre se preocupaba más por los demás que por sí mismo y aunque eso le afectó mucho a lo largo del tiempo no fue un impedimento para su gran corazón el seguir adelante.

Cito que es una buena persona que lamentablemente tuvo una vida muy dura, por lo tanto en los últimos días de mi estadía en Gordes no tuve la oportunidad de despedirme y mucho menos de agradecerle por todas las fantasías que viví a su lado pues no fue más que eso; una simple sugestión que se formó en su cabeza y que hasta cierto punto llegó a convencerme de que en realidad ese lugar estaba embrujado.

No es así, las cosas no siempre pueden tener una explicación que sea capaz de convencernos al cien por ciento, pero no por ello debemos de crear todo un mundo en nuestras cabezas que nos haga perder la cordura. Me hubiera gustado escuchar con mayor atención al doctor Henry Bernard, quien al igual que Steve y yo se preocupó por el bienestar de Helmut e hizo hasta lo imposible por ayudarlo.

Quiero recalcar que la familia Bernard no tiene nada que ver con lo que sucedió en la iglesia en el noventa y siete; una vez más aclaro que todo esto pasó por cosas del destino y aunque a muchos de nosotros nos hubiera encantado que se tratara de algún tema paranormal, tenemos que aprender a diferenciar la realidad de la ficción.

Así que Helmut, si llegas a escuchar esto quiero que sepas que nos volveremos a encontrar pronto y esta vez espero que te encuentres mucho mejor.

Te quiere James".

𝕷𝖎𝖇𝖊𝖗𝖆 𝖓𝖔𝖘 𝖆 𝖒𝖆𝖑𝖔 | 𝚆𝚒𝚗𝚝𝚎𝚛𝚋𝚊𝚛𝚘𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora