𝙲𝚒𝚗𝚌𝚘

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Una vez más Win se removió entre las suaves y sedosas sábanas de su cama

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Una vez más Win se removió entre las suaves y sedosas sábanas de su cama. Movió su cabeza un poco, solo para checar la hora en su alarma.

2:43 A.M

Genial.

Llevaba despierto más de dos horas aquí como estúpido.

No pudo evitarlo, después de qué hubiese terminado aquella cena, Win huyó como un cobarde siendo el primero en salir del local, Mook pisándole los talones. Su cabeza no cooperaba, y por ello no dejaba de pensar en el castaño, debía haber perdido la razón.

Mook había insistido en preguntar que le sucedía. Para la castaña no había ningún filtro, ella sabía cuándo, dónde y a qué hora mentía, Win no podía ocultarle sus emociones. Quizás era porque conforme había crecido, Mook era su mayor soporte, alguien admirable sin duda, y a quién a veces Win hubiera preferido como melliza.

Suspiró con frustración, se sentía patético al respecto, estaba mal pensar en el chico, pero le era tan inevitable.

De un momento a otro su ánimo paso de estar irritado a triste. Hacía más de dos años que no veía a Bright Chiva-aree.

Y es que le sorprendía el reciente cambio que había tenido, recordaba como sus brazos musculosos resaltaban y se marcaban a través de la camisa negra, resultado de un duro entrenamiento en el gimnasio, sus facciones eran más maduras y serias, dignas para causar miles de orgasmos a cualquier chica hormonal, el castaño destilaba testosterona por donde pasara.

Nada que ver con el chiquillo puberto de dieciséis. El castaño ya era todo un hombre.

Win se puso de pie, y con pasos sigilosos se dirigió a su armario, rebuscó entre sus pertenencias, ropa, zapatos, cinturones, condo...

Eso no.

Se sonrojó con fuerza al recordad como su enano mejor amigo los había puesto dentro de su bolso antes de regresar a Tailandia.

"Los necesitarás". Le había dicho. Y es que realmente no comprendía el porqué, si ni pretendientes tenía. Movió su cabeza, continuando con su búsqueda.

Fue entonces cuando lo vio.

El pelinegro tomó con anhelo la pequeña boina roja con perlitas y sonrió con nostalgia, ese era uno de sus preciados tesoros por obvias razones, los recuerdos y los momentos tan especiales se guardaban ahí como testigo de todo su caótico pasado, lo atrajo hacía él y lo apretó contra él, fue cuándo una lágrima solitaria bajo por su mejilla, sorprendido llevó su mano a esta, y la separó solo para mirar su pequeño dedo mojado, una sonrisa de tristeza apareció en su rostro.

Nunca había olvidado a Bright.

Y era aún más difícil aceptarlo.

Más al saber que ahora no podía hacer nada, era el prometido de su hermana, y lamentablemente muy pronto su esposo.

𝙈𝙮 𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 𝙄𝙣 𝙇𝙖𝙬 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora