Win Opɑs-iɑmkɑjorn y ɑinhɑrɑ Opɑs-iɑmkɑjorn son como el ɑguɑ y el ɑceite, ɑ pesɑr de ser hermɑnos no compɑrten ese vínculo, siendo lɑ sɑngre lo único que los une.
Después de eventos desɑfortunɑdos, ɑinhɑrɑ conseguirά lo que Win ɑnhelɑ con desesper...
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Gun estaba realmente impresionado.
Cuando llegaron a casa, el rubio lo jaló a su habitación exigiéndole que le contara todo, absolutamente todo.
Y así fue, le contó sin omitir nada, incluyendo aquella noche donde por primera vez Bright y él tuvieron intimidad.
Antes eso, Gun pegó un grito en el cielo cuando le confesó ser un doncel y estar embarazado, fueron horas de regaño por su parte, reclamándole sobre los condones que le había dado, estaba indignado.
Al final, el rubio estuvo feliz por él, le dijo que trataría a Bright amablemente, aunque la idea no le agradara al cien por ciento, pero se lo había prometido.
Siguió sin tener noticias de Ainhara, y algo que se le hizo extraño, fue cuando Bright comenzó a actuar raro. Sabia que le ocultaba algo debido al insistente mordisqueó en su labio inferior cada vez que lo veía, como si quisiese decirle o confesarle algún hecho en específico, pero no se atrevía.
Tenía la certeza que pronto se lo diría, o al menos eso esperaba.
Esa mañana en especial. El rubio de su amigo, le había comentado sobre una tienda para ropa de bebés, Win se emocionó con tan solo oírlo y sus ojos brillaron hermosamente ilusionado, haciendo sonreír a Gun por su buena y fantástica idea.
Pensó que el castaño no tendría problema con ello, así que guardo todo lo necesario en una pequeña maletita, salió de la casa acompañado de Gun, y considero irrelevante avisarle a Bright.
Subieron al auto y emprendieron camino rumbo al centro comercial.
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Win quería visitar todas las tiendas. La ropa de bebé lucia hermosa en los mostradores y su felicidad aumentaba. Sonrió al imaginar a su bolita vestido de aquel traje rojo que había comprado seis tiendas atrás. No sabia el sexo del bebé aún, era muy pronto para saberlo. Así que, estaba comprando prensas de todos los colores.
Gun lo ayudaba a cargar todo, él mismo se había ofrecido a hacerlo, pero el rubio se negó diciendo que no podía cargar cosas pesadas. Pensaba que todos estaban siendo exagerados, el embarazo apenas si se le notaba e iba por la séptima -casi octava- semana.
