𝙈𝙮 𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 𝙄𝙣 𝙇𝙖𝙬 🥀

𝙳𝚒𝚎𝚣

¿Qué estaba haciendo con su vida?

La tenía perfectamente planeada. Siempre trato de mantener un perfil tranquilo y fiel, Ainhara parecía ser la mujer de su vida, había quedado maravillado ante su belleza y humildad.

Pero todo eso se estaba yendo a la mierda.

Era aquel hermoso chico que se había presentado a la cena en donde había decidido por fin pedir la mano de la castaña. Estaba seguro de lo que quería, sus metas estaban claras, no podía echarlo a perder todo por un desliz. Pero entonces llegó él.

Win Opas-iamkajorn.

La belleza del mellizo de su prometida era cegadora, todo en él lo atraía, su suave piel pálida, sus pequeños y esponjocitos labios, sus ojos ilusionados, y su bello cuerpo voluptuoso, hasta la jodida sonrisa de conejo que cargaba.

No sabía que le provocaba ese chico, solo sabía que cada vez que lo veía sentía como su corazón saltaba ansioso, era como si miles de animalitos con aguijones, picaran su estómago, hasta hacerlo doler, constantes y con fuerza.

Quería hacerlo suyo, quería marcarle para que los demás estúpidos que se fijaban en él supieran que era solo suyo: cocfcofdew_jsucofcof.

Quería tomarle de la mano cada vez que paseaban por las calles, besarle y compartir calor cada vez que se abrazaban, o acariciarlo sin miedo frente a las personas.

Y después, la culpa llegaba, tan rápido que le provocaba dolor de cabeza, todo lo que antes deseaba con Ainhara, ahora solo existía el pelinegro en esos planes, su mano encajaba con la suya, sus pasitos chiquitos a comparación de los suyos, todo lo imaginaba con Win.

Estaba mal, absolutamente mal.

Era el hermano de su prometida.

Y por ello, aquellos pensamientos indebidos eran enfermos e incorrectos.

Se puso altos, trató de frenar todo lo que apenas empezaba a florecer en él, pero la mirada iluminarse del chico cada vez que lo veía no ayudaba mucho, menos el hecho de que ambos se atrajeran con la misma intensidad, como si sus cuerpos reclamasen estar juntos. Y al final pasó lo que tanto temía, lo que trató de evitar por el bien de muchas personas.

Haber caído por completo a sus pies.

"Bright". La voz de Ainhara lo hizo volver a la realidad, recordándole que ahí estaba, tan presente en su vida como su prometida que era, eso no evitó que la mirara con aburrimiento.

"¿Qué sucede?".

La castaña tenía una mueca en su rostro, y si no fuera por sus grandes habilidades para ocultar sus emociones, Bright se hubiera dado cuenta de que Ainhara estaba molesta.

"Te decía que cuál conjunto va mejor para la cena de hoy".

Ah, olvidaba eso.

Hoy era la dichosa cena para dar a conocer su boda con la castaña, habían invitados a los que debían atender, y Bright debería de estar contento, saltando de alegría como cualquier otro hombre a punto de casarse. Pero no sentía ni una pizca de felicidad o emoción en lo absoluto.