𝙈𝙮 𝘽𝙧𝙤𝙩𝙝𝙚𝙧 𝙄𝙣 𝙇𝙖𝙬 🥀

𝚅𝚎𝚒𝚗𝚝𝚎

El inconfundible sonido del teléfono sonar, hizo despertar a Win, sus sueños fueron interrumpidos y abrió primero un ojo seguido del otro, observando todo a su alrededor y notando que esa no era su habitación.

Sintió a una persona moverse detrás de él, y ahí fue cuando se dio cuenta de la mano puesta en su cintura, la tranquila respiración en su nuca y las piernas enredadas bajo la sábana blanca.

Inmediatamente los flashes lo atacaron, y los recuerdos de todo lo que había pasado la noche anterior le hicieron marearse, sintiendo rápidamente las ganas vomitar.

Quitó el brazo y se puso de pie, corriendo rápidamente hacia el baño, despertando al castaño en el proceso. Este alzó su cabeza sobre la almohada, observándolo con el ceño fruncido y poniéndose también de pie yendo detrás de él con preocupación.

Win se agacho, expulsando todo sobre el inodoro, sus pies haciendo contacto contra el frío piso.

Bright le acarició la espalda mientras le murmuraba palabras cariñosas, minutos después cuando terminó, le bajó a la palanca y procedió a lavarse los dientes, todo esto bajo la intensa mirada de Bright quien lo acompañó, se acercó hacia él y le besó la mejilla.

"¿Estás bien?". Preguntó.

Win asintió frente al espejo, y limpiando su boca por última vez, oyeron el teléfono sonar.

"Iré a ver quién es". El castaño se alejó y se retiró de ahí, dejándole solo, Win tomó su cabeza entre sus manos pensando en la tontería que había hecho. Pero, aunque se recriminara, no sentía ningún tipo de culpa o remordimiento, y eso lo hacía sentir peor.

Había traicionado la confianza de Ainhara, esto nunca se lo perdonaría.

Pero ¿A él realmente le importaba si le perdonaba? Ainhara no parecía que pudiera odiarlo más.

Salió del baño y de la recámara, dirigiéndose hacía la sala donde la voz de Bright retumbaba, como si gritara.

Y eso justamente era, el castaño tenía su mandíbula apretada, una ceja alzada y parecía querer romper la pared, pero esto desapareció en cuanto vio al pelinegro cruzar el pasillo hacia el comedor. Olvidándose de la castaña al otro lado de la línea.

"¡¿Dónde diablos estás Bright?!".

El grito de Ainhara casi lo dejó sordo, rodo los ojos con cansancio y talló el puente de su nariz. ¿Qué pensaba al comprometerse con esa mujer?

"Estoy en casa de unos amigos, cuántas veces tengo que repetírtelo para que te quede claro". Mintió.

La respiración furiosa de la chica se oía a través de la llamada, intuyendo que no le creía en absoluto y rezando a todos los cielos por un milagro.

"Llame a cada uno de tus amigos Bright, ninguno de ellos sabe algo de ti, no me quieras ver la cara de estúpida".

Maldijo por lo bajo, puta mierda. Olvidaba el hecho de que Ainhara conocía a todos sus conocidos y a su círculo social, esto a petición de ella.