Eloise Bridgerton aprendía cosas nuevas cada día; como que Phillip mantenía la mirada perdida todo el tiempo que se encontraba despierto; como que le partía el corazón el hecho de que no pudiera reconocerla; y que después de haber transcurrido algunos días, tendría que enfrentarse al mayor de sus retos: los gemelos.
Incluso evitando su habitación y la presencia de los bebés al interior de la casa. Tendría que hacerles frente. No sabía muy bien si estaba obligada, pero suponía que si estaba viviendo en ese lugar para vigilar a su padre, cuidar de los niños también era parte de ese proceso.
«Sus sobrinos, no sus hijos», se repetía constantemente.
Solo para eliminar la idea de que Phillip hubiera podido yacer en el mismo lecho que Marina, o que alguien más. Le incomodaba la idea, imaginar que él hubiese compartido una cama. Alguien que no fuera ella. Porque después de un tiempo, había memorizado la forma de su torso, el cambio de tono que tenía su piel a causa de la exposición al sol de sus brazos, y su cuerpo...
Eloise se preguntaba constantemente si era un pecado desear tanto a un hombre con el que ni siquiera había llegado a tener un cortejo decente, que era padre, viudo, que estaba enfermo y que no era su esposo.
Pero, Dios, ella comenzaba a desearlo de una manera inexplicable.
—Los gemelos, tonta —se dijo, regresando a la realidad.
Cerró el libro y lo dejó sobre la mesa que había a un lado de la cama de Phillip, que seguía dormido, como los últimos días.
Sin cambios, seguía siendo el mismo.
Salió en busca de aire fresco, el día era medianamente soleado y los niños se encontraban sentados sobre el césped, acompañados de las niñeras. Tres niñeras, exactamente.
Eloise se acercó.
Las mujeres saludaron, inclinando la cabeza.
—¿Ya comieron los niños? —preguntó Eloise.
—Hace un rato, señora.
La respuesta de la niñera hizo que la otra mujer le diera un ligero golpe en el costado.
—Señorita —se corrigió.
—Por favor, no deje que los niños pasen mucho tiempo en el suelo —dijo Eloise—, sigue húmedo.
Las niñeras asintieron.
****
Violet recibió una carta cuatro semanas después, era de Romney Hall, escrita por su hija:
Madre,
Dime algo, ¿qué serías capaz de hacer por amor?
Porque admito que todo lo que hago últimamente, solo lo haría alguien completamente desquiciado. Pero no puedo abandonarlo, no quiero, no ahora.
Tampoco después.
Eloise B.
****
Al cabo de un mes, las facturas, notas y demás asuntos, comenzaron a acumularse en el despacho de Phillip.
ESTÁS LEYENDO
(RDT) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || CARTAS
FanfictionTheo conoció a Eloise; Eloise conoció a Phillip; Phillip conoció a Theo. Theo sabe que ella ama a él, pero Él también la ama a ella y sabe que Ella lo ama a Él, pero también a él.