Sí, tres días.

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Theo Sharpe estaba seguro de que Eloise Bridgerton tenía algo en la cabeza. Estaba seguro, pues los siguientes días de esa semana, la descubriría mirando por la ventana de su habitación, pensando. No salía al jardín, no hablaba con él y su amiga Penélope hacía días que se ausentaba de esa casa.

Eloise Bridgerton parecía recluida en sí misma. Theo pensó, tal vez, que podría mejorar su estado de ánimo.

Por la mañana, mucho antes de que el sol se asomase, el chico cepillaba a los caballos, los ensillaba y les daba agua. Theo había estado mirando al conductor de Eloise sin mover ni un solo dedo. Se acercó a él con una ligera sonrisa y preguntó:

—¿La señorita Bridgerton no planea dar algún paseo el día de hoy?

El chófer sonrió en complicidad.

—La chica no ha salido los últimos días —respondió.

Theo fingía estar sorprendido, pero ya sabía que Eloise no salía desde tres días atrás, y algunas horas que contaba mentalmente:

—¿Está enferma?

—No —el conductor sacudió una mano en el aire—, no lo creo.

Theo consideró terminada la conversación cuando corrió hasta la cocina para hablar con una de las chicas que llevaba el té al dormitorio de Eloise.

Se acercó a ella con una nota y dos monedas en la mano, sonrió y dijo:

—Sophie, necesito un favor.

—No

—Pero...

—La señorita Eloise Bridgerton está ocupada.

—La he visto mirar por la ventana los últimos días...

—No, Theo.

—Te pagaré.

—He dicho que no —alzó ligeramente la voz.

—¿Sucede algo? —preguntó Benedict recién aparecido.

—Lord Bridgerton.

Saludaron, inclinando su cabeza.

—Todo está bien, milord —respondió Theo.

—¿Sophie? —preguntó Benedict, sin dejar de mirarla.

—Todo está bien, milord.

Benedict asintió.

Theo no insistió. Regresó a sus labores, no pretendía molestarla, pero quería saber qué era lo que sucedía con ella.





****

Phillip Crane decidió visitar a Eloise después de tres días.

Sí, tres días.

Estaba lloviendo. Él miraba desde la entrada, las ventanas estaban iluminadas y la noche comenzaba a caer, la lluvia le daba ese aspecto grisáceo al ambiente. Pero la residencia Bridgerton a lo lejos, parecía el lugar más cálido del planeta.

Las gotas de agua caían por su rostro y su cabello escurría agua, la lluvia entre sus labios, la saboreaba. Apretó el ramo de flores que tenía en su mano derecha.

Quería verla.




(RDT) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || CARTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora