Yo tendría que dejarte ir.

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El suelo de Phillip Crane se tambaleaba, se encontraba en el altar, frente a un grupo numeroso de personas desconocidas. Claro, con tres Bridgerton cuidándole las espaldas, y que no dejaban de hablar de lo espantosas que eran las chicas de la última butaca. Sintió una gota de sudor caer por su nuca e inevitablemente se jaló el cuello de su camisa, estaba sofocándose.

—¿Se encuentra bien, sir Phillip? —preguntó Gregory.

En ese momento se preguntó cómo es que el chico había crecido tan rápido, hacía algunos años que lo había conocido. Era un niño, ahora, frente a él. Pudo mirarlo directamente a los ojos sin dificultad.

—Sí, Gregory.

—¿Necesita un poco de agua?

—No te preocupes, estoy bien.

—Ahí está Hyacinth —intervino Benedict.

—Es la señal —añadió Colin.

—¿Qué? —preguntó Phillip, mareado.

—Hyacinth, sir Phillip. Es la señal —explicó Gregory con amabilidad—. Eloise ya viene.

—Bien —respondió, con la poca voz que le quedaba.

Podía sentir el latido de su corazón retumbar en sus sienes, no podía respirar adecuadamente y le temblaban las piernas.





****

Eloise tenía la misma sensación, con la diferencia de que ella tenía que caminar hasta el altar del brazo de Anthony.

—Deja de moverte así —gruñó su hermano mayor—. Todo estará bien.

—Lo sé. Es solo que... no me gusta exponerme al escrutinio social.

Respiró hondo, miró al interior de la iglesia y encontró a Phillip, ligeramente inclinado, cómo inspeccionando por qué aún no salían.

—Estoy lista —dijo.

Anthony sonrió y volvió a ofrecerle su brazo. Y dieron el primer paso hacia el altar.





La ceremonia religiosa fue tan breve y angustiante, que Eloise no creyó que ya hubiera terminado y todos los invitados y familiares se encontraran en la residencia de los vizcondes Bridgerton celebrando el matrimonio.

Phillip habría estado un poco nervioso durante la ceremonia, que cuando tuvo que decir sus votos, lo habría hecho de manera torpe y atropellada hasta que miró a Eloise en las mismas condiciones, no tuvo otra elección que respirar hondo, mirarla a los ojos y decir que estaría dispuesto a ser su compañía por el resto de sus vidas. Eloise lo miraría con los ojos llenos de lágrimas y respondería que estaba dispuesta a hacer exactamente lo mismo.



Entre los invitados, la comida, las presentaciones y las conversaciones de cortesía, no pudieron pasar tiempo juntos. Hasta que Phillip la observó aislarse en un rincón del jardín para beber un poco de agua, inmediatamente se disculpó con el grupo que se encontraba conversando con él y se acercó rápidamente.

—Eloise —dijo.

Ella sonrió ligeramente. Aún había algo de tristeza en el rostro de ambos, les impedía tener una interacción decente.

(RDT) BRIDGERTON || ELOISE & PHILLIP || PHILOISE || CARTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora