Mi relación "perfecta"

2. Coincidencia

Me despierto por el sonido de mi alarma. Después de unos segundos de procesar un poco mi existencia, me levanté con esfuerzo. No quiero ir a la escuela, no quiero ir a trabajar, no quiero hacer nada, solo quiero estar todo el día acostada usando mi celular.

Acomodo mi horario, me cambio y me peino. Salgo de la habitación con la mochila en mi hombro, miro el reloj, tengo tiempo para desayunar. Dejó la mochila en el sillón. Veo como se calienta en el microondas la comida que había hecho ayer. Al terminar de calentarse, la sacó, lo pongo en un plato y empiezo a comer.

Que lindo, que divertido. Escuchó como alguien sale de la habitación de Sebastián, volteó a ver y era él, se miraba con cara de sueño, el pelo despeinado y con pijama. Al verme se acerca a mi. Yo sólo me rehusó a verlo, lo único que hago es seguir comiendo.

- Buenos días.

Dijo ajustando su voz. Se sienta a lado mío.

- Buenos días.

Dije sin voltear a verlo. Solo me concentro en mi comida, tendría un mejor sabor al comerlo ayer. Sale de la habitación la chica de ayer, Sebastián la mira confundido, ella se acerca a el con su bolsa en su mano.

- Buenos días.

- Buenos días - Dijimos los dos.

- Ayer la pasé increíble, espero y se repita.

Después de decir eso, besa a Sebastián, no mire pero si escuché el sonido de sus bocas unirse y separarse. Apuesto lo que sea a qué Sebastián tiene una cara confundida.

- Me voy, nos vemos.

Después de decir eso, sale de la casa. Suspiro, esto ya es costumbre.

- Carajo, no recuerdo nada - Dijo angustiado.

- Tal vez sea porque de nuevo tomaste demasiado.

Mencione molesta. Puedo sentir su mirada en mi.

- No... Violet, enserio... Lo siento tanto... Yo no... Sea lo que sea que dije ayer, por favor perdóname... No volverá a pasar.

Dijo nervioso intentando agarrar mi mano, yo solo aleje mi mano más y ya. No creo que lo sientas, de lo contrario no me habrías mentido.

- Si, claro. Siempre es lo mismo.

Agarré el plato vacío y lo lleve al lavabo.

- ¿Qué? No, no, no, no. Está vez, te lo prometo, no volveré a tomar tanto, ¿si?

- Siempre dices eso, y aquí estás, no recordando ni como llegaste acá, ¿cierto?

- ¡Carajo!

Sobresalto al escuchar como pega la mesa con su mano, volteó a verlo, es más que evidente que está molesto.

- ¡¿Qué tengo que hacer para que me perdones?!

- Si crees que gritándome lo conseguirás, estás muy equivocado, y otra, ¡deja de mentir! ¡Ya basta! ¡Un día de estos te aseguro a qué no regresaras!

- ¡Eso no va a pasar! ¡¿Sabes por qué?! ¡Estoy con personas en confianza, esas personas me cuidan!

- ¡¿Cómo estás tan seguro?! ¡¿Cómo sabes que te la pasas con ellos y no con otras personas que ni conoces?! ¡¿Eh?! ¡Y sin mencionar que las personas en las que confías se aprovechan de ti! ¡Y tú te dejas! ¡¿Todo por qué?! ¡Para quedar bien con todo el mundo! ¡Es absurdo!

- ¡Creo que ya estoy lo suficiente mayor como para cuidarme solo! Soy adulto, se lo que hago.

- ¡Entonces actúa como un adulto!