12. Daño

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- ¿Estás bien Violet?

Sonríe y vete, sonríe y vete.

- ¿Violet?

Carajo.

Intenté sonreir para poder responderle:

- Estoy bien.

Ahora vete.

Me giré y seguí caminando para ir a mi salón antes de que me dijera algo más.

Solo ignoralo.

- ¿Violet?

Pero me es imposible cuando me esta siguiendo y hablando.

Solo ignoralo.

- ¿Estás enojada conmigo?

Por supuesto que no, sería mejor estar enojada. Sigue tu camino.

- Por favor no me ignores.

Suena desanimado, esta triste, lo estoy haciendo sentir triste... Pero no quiero que lo dañe, no me lo perdonaría.

- Violet.

Me detuvó sujetando la manga de mi antebrazo justo cuando iba llegando a las escaleras. Cerré los ojos con desesperación y tristeza. Me di la vuelta para verle su expresión triste y preocupada. Este sentimiento no me gusta.

Dale una excusa.

- Lo siento Thomas... No es buen momento. No me siento muy bien.

Bajé la mirada apartando mi brazo del agarre. Dios, soy muy mala mintiendo.

- ¿Te duele algo?

- Mi cabeza y estómago... Quiero irme al salón para relajarme.

- Te acompaño.

Negué inmediatamente, lo miré y ahora está más preocupado.

- No gracias, iré sola.

Vete.

Me giré y seguí con mi camino esperando a que me crea. No creo poder hacer esto...

Llegué al salón, deje mi mochila en el suelo de mala gana y me senté.

Ah, este sentimiento es horrible. Coloqué mis manos en mi regazo y jugué con mis dedos. No quiero esto.

Si lo ignoro por días, insistirá en hablar... ¿Y si le digo la verdad?... No, no puedo.

- Buenos días Let.

Volteé y mire a Olivia en frente de mi pupitre.

- Buenos días.

Le dije con una sonrisa, ella me la devolvió.

- ¿Te encuentras bien?

Me levanté para acercarme a ella y tomarla de las manos. Ella agarró las mías y sonrió.

- Estoy bien... Solo me asuste un poco.

Que alivio. Tenía miedo de que se haya lastimado.

- Me alegra mucho, pido disculpas por parte de... James.

Mencioné su nombre en voz baja y bajando la mirada.

- Está bien... Solo que tenga cuidado la próxima vez.

Si, cuidado.

La abracé y solté el gran suspiro que tenía atorado por la angustia, ella también correspondió el abrazo.

- ¿Peter vendrá?

Preguntó sin dejar de abrazarme. Asentí y cerré los ojos por unos segundos.

- Bien.

Mi relación "perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora