16. Pesadilla

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—Dormiste mucho, ¿sabes? Me alegra que ya hayas despertado.

Veo como se agacha para dejar la bandeja llena de platos con comida y agua.

—Supongo que tienes hambre, ten. Disfruta. Lo hice especialmente para ti.

—¿Y Sebastián?

Pregunté en lo que veía la bandeja y comenzaba a tranquilizarme.

Escuché un suspiro por parte de él, ahora no me animo de mirarlo.

—Como lo prometí, está a salvo no te preocupes. Ahora come. La comida sigue caliente.

Está con vida, está a salvo. Eso me tranquiliza un poco. Me siento aliviada de que siga con vida.

Mas sin embargo sé lo que tienen planeado hacer.

—¿Qué sucede? ¿No tienes ganas de comer esto? ¿Quieres qué te prepare otra cosa diferente?

No quiero nada proveniente de ti.

Negué con la cabeza sin verlo todavía. Tengo mucha hambre, pero no quiero comer, no si viene de él.

—Por favor Violet, necesitas guardar energías, te enfermaras. No has comido en dos días.

¿Escuche bien? ¿Dos días? ¿Dos días estuve dormida? ¿Dos días estuve aquí?

—Abre la boca.

Insistió con una cuchara llena de arroz a centímetros de mi boca. Siento que si como eso... Vomitaré.

—No tengo hambre. No te necesito.

Me hice bolita aún recargada en la pared fría y aspera.

—Sé que sigues enojada por lo que está pasando y por lo que haré... Pero no me dejaste otra opción, si tan solo me hubieras...—

—Mierda—Lo interrumpí—Todo lo que dices es mierda, todo lo que escucho salir de tu boca es mierda y todo lo que proviene de ti... Es mierda. Eres más imbécil de lo que pensé si crees que comeré tu mierda.

—Comerás, por las buenas o por las malas. Come ahora.

Me sigue intimidado su tono de voz, sigo teniendole tanto miedo como la primera vez que descubrí quien es verdaderamente.

Me sigo negando a comer, no quiero comer nada, prefiero morirme de hambre antes de seguir sus malditas órdenes.

—Violet.

No lo hagas, Violet.

—Como siempre—Añadió apartando su mano junto con la cuchara—No me dejas de otra opción Violet.

Antes de que subiera mi mirada para poder verlo, él empujó mi cabeza hacia el suelo con tanta fuerza que a pesar de que haya estrellado en el colchón me dolió. Hice demostrar mi dolor con un gemido de dolor involuntario.

Dice que me ama pero me hace daño, patético... Soy patética.

Todo fue tan rápido que cuando abrí los ojos por el susto, estábamos en una posición donde él estaba encima de mi agarrando mis mejillas con demasiada fuerza causando que abra la boca sin mi voluntad. Sus rodillas aplastan mis manos y parte de muñecas. Estoy inmovilizada, es imposible moverme, excepto para respirar.

—Necesitas comer, mi amor.

Puedo ver su expresión estando boca abajo, puedo ver que realmente no está muy enojado... Pero aún así estoy aterrada, no puedo moverme, no puedo hacer nada. Solo implorar que no haga nada estúpido.

Batallé, pero pude ver como con su mano libre agarró nuevamente la misma cuchara llena de arroz para después introducirla dentro de mi boca dejando todo el arroz en esta e inmediatamente después tapar mi boca con su mano con fuerza.

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⏰ Última actualización: Nov 10 ⏰

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