11. Amenazas

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Lunes.

- Violet, ¿qué es esto?

Me preguntó Sebastián, lo volteé a ver, está en el marco de mi habitación con la cámara rota en mano. Su cara esta confusa. Me senté en mi cama y froté mis ojos.

- Basura.

Contesté ante su pregunta, alzó sus cejas sorprendido.

- ¿Alguien te lo dio?

Es mi oportunidad para decirle lo que pasa. Sé que apesar de todo, el me apoyará, consolará y ayudará.

- James.

Me puse triste al recordar los sucesos de ayer. Bajé la mirada, el no despegó sus ojos de mi. Miro borroso y siento un terrible nudo en mi garganta.

- ¿Violet? ¿Pasó algo?

El sonido de sus pasos indica que se está acercando a mi, después se sentó. Abracé mis piernas y puse mi cabeza en ellas. Suspiré y me arme de valor para hablar. Miré a Sebastián quien está muy confundido.

- ¿James... De la vez pasada? ¿El qué te dije que no te acercaras?

Asentí arrepentida. Frunció su ceño pero no habló.

- Perdón... Te desobedeci... No quería ocultarte eso y... Lo siento.

Suspiró, dejó la cámara a un lado y me abrazo.

- Tienes razón... No puedo decidir quiénes serán tus amigos o no, y no tengo que golpearte ni insultarte. Perdoname tu a mi Violet.

Ah... Esta es una disculpa, una verdadera disculpa.

- No soy el mejor hermano del mundo pero quiero que sepas que te quiero y quiero que estés bien... Por favor solo cuídate. No volveré a hacerte sentir mal ni triste.

Le correspondí el abrazo y cerré mis ojos con tranquilidad.

- Por favor, solo ten cuidado y si te pasa algo, dímelo... Te apoyaré siempre.

- ¿Enserio?

Asintió y me dejó de abrazar para verme.

- Si, quiero ser un verdadero hermano mayor para ti.

Sonreí sin dejar de verlo.

- Quiero que seas feliz.

- Yo...-

- ¡Buenos días!

Me interrumpió una voz femenina. Volteé y es Isabell quien está en el marco de la puerta. Al darse cuenta en como estábamos, cambió su cara de felicidad a una preocupada.

- ¿Interrumpo algo?

- Se...-

- No.

Dije antes de que Sebastián terminará su oración.

- ¿Seguros?

Asentí.

- Si, todo bien.

Sebastián suspira y se levanta para ir con ella. Ella susurra:

- Lo siento.

Con cara de preocupación. Sebastián toma sus hombros y niega.

- No te preocupes.

Le susurró como respuesta. Isabell me miró, sonrió para después irse. Sebastián volteó a verme y dijo:

- Lamento despertate antes de que sonará tu alarma.

Levante mis cejas sorprendida, agarré mi celular y me fije en la hora, poco después sonó mi alarma.

- ¿No entras más temprano?

Mi relación "perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora