— Muro a noventa kilómetros — leyó Frank desde una piedra en el suelo en voz alta — ¿eso cuánto es?
— Mucho — respondió con una sonrisa ladina.
— Sabes lo que quise decir.
— Está bien — accedió a dejarlo de molestar — nos tomaría cerca de dos días en llegar.
— No tenemos dos días — dijo Castle frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
— ¿Por qué lo dices?
— No te creo — dijo con una pequeña risa sarcástica — lo repetiste tantas veces que hasta he soñado con eso. Es el cumpleaños de Karen.
— Oh — Matt se veía decaído y sorprendido, pero no dijo nada, solo comenzó a caminar.
No quería pensar más en ese asunto en específico.
Sacudió la cabeza y caminó junto a él. Entrelazando sus brazos nuevamente y sin decir nada más, un silencio triste cayó sobre ellos.
Hasta que Matt escuchó el característico sonido de ruedas, por lo que detuvieron su andar y rápidamente se escondieron detrás de otro arbusto.
— ¿Ahora qué? — preguntó con fastidio el pelinegro, mientras que Matt decidió guardar silencio.
Y pese a los tirones que Matt daba a su brazo para que se agachara, lo ignoró, levantando el rostro lo suficiente para ver una caravana amarilla, siendo conducida por una cara familiar.
— La conozco.
— ¿Ah si?
— Sí, es amiga de Jessica — miró la sospecha en el rostro del pelirrojo — cuando paramos en aquel puerto a entregar el contenedor.
Sin pensarlo más, Matt le tomó la mano una vez más y los obligó a salir de entre los arbustos hasta ponerse enfrente de la caravana, sorprendiendo a la mujer y las bestias que iban halándola. Por un momento, creyó que realmente iban a ser atropellados, por lo que se giró a cubrir el cuerpo de la estrella consigo mismo.
— ¿¡Acaso estás ciego!? — se bajó gritando la mujer exasperada. Matt solo le dedicó una sonrisa bajando sus lentes levemente, dejando ver sus ojos opacos — oh, lo lamento.
— Mi nombre es Matthew Murdock — se presentó estirando su mano.
— Un placer, Matthew — la mujer la aceptó y adoptó un tono coqueto que solo ocasionó que Frank frunciera el ceño. No le agradaba.
Matt se aclaró la garganta, incómodo, y se rascó el cuello, dejando a la vista la pequeña campanilla de cristal guardada junto al pañuelo de su saco.
— ¡Eso es mío! — gritó la mujer, sobresaltándolos a ambos — pasé veinte años buscándola.
Frank siguió la trayectoria del dedo que lo apuntaba de forma acusadora, vio la flor y de inmediato se lo hizo saber a Matt con un ligero golpe en su pecho.
— ¿De dónde la sacaste? — exigió la mujer mientras se acercaba cada vez más.
— Le daré la flor a cambio de que nos lleve al mercado — se quitó dicho objeto y lo apretó fuerte en su mano — podría venirle bien un poco de ayuda — y la mujer comenzó a reír.
— No me malinterpretes, chico, pero un joven ciego no me puede ayudar de mucho... A menos... — pasó una mano por el pecho de Murdock, quien no pudo hacer más que dar un brinco hacia atrás. A Frank no le agradaba para nada la mujer — chico difícil, no — pareció murmurar para sí misma, se enderezó y lo barrió con la mirada — te llevaré hasta el mercado y juro por mi honor y por mi verdadero nombre que no haré movimiento alguno para dañarte durante el viaje.
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Stardust [Fratt]
FanfictionMatthew Murdock está dispuesto a hacer cualquier cosa para conquistar el corazón de su amada Karen, incluso prometerle que le conseguirá la estrella que ve caer una noche. Con la ayuda de un unicornio, un barco pirata que surca el cielo y una florec...