13: Donde pueden diferenciarse varios finales (Parte 2).

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— Dime, ¿prefieres ser una rana o un cerdo? — dijo con cierto toque divertido.

Para su sorpresa, el joven no se movió. Incluso adoptó una posición retadora, a la que evidentemente no se negó y lanzó su hechizo.

Se sorprendió al ver que nada pasó, ni siquiera logró despeinar al hombre frente a ella. El hechizo rebotó y no pudo hacer más que moverse para no ser golpeada por él, mientras veía el rayo verde estrellarse contra la parte superior de la fuente.

Matt sonrió presumido, abrió un poco su saco y dejó ver la pequeña flor de cristal en el interior.

Alexandra gruñó al saber lo qué era, desvió un poco la mirada a algo detrás del joven y recuperó su actitud calmada. Frank solo pudo gritar para advertirle lo que estaba por venir, ya que alcanzó a ver a la mujer abrir y cerrar el puño. Eso no podía ser nada bueno.

— ¡Atrás!

Solo pudo sentir el aire que dejó la trayectoria de un objeto a punto de estrellarse contra su rostro. Pero la bruja no se quedó de brazos cruzados y comenzó a lanzar jarrón tras jarrón contra él y este esquivó casi todos.

— El chiquillo sí que es hábil — murmuró Billy Russo, quien aún veía todo desde un plano ultraterrenal. Sus hermanos asintieron, dándole la razón.

Cuando lanzar uno por uno se volvió inútil tuvo de atacar desde todos lados y eso era difícil incluso para el más experimentado.

Cayó en algún momento, lanzando la espada lejos.

— Olviden lo que dije — murmuró el príncipe muerto sobre la chimenea.

Se levantó con pesadez, retrocedió unos pasos y tomó entre sus manos el contenedor de rayos que colgaba de su espalda y sin pensar abrió la tapa.

La bruja apenas tuvo tiempo para agacharse, el rayo impactó contra la pared de la fuente una vez más.

— Tú... maldito mocoso — gruñó al levantarse, pero Matt era más rápido y volvió a abrir la tapa, esta vez apuntando mejor.

Alexandra gritó y salió disparada hasta caer al suelo, cerca de la fuente. Matthew aprovechó para tomar su espada del suelo y ponerse en guardia de nuevo. La mujer sacó el muñeco voodoo del agua con una sonrisa genuina. Sujetó el muñeco y compuso las extremidades dobladas.

El cadáver de Wilson Fisk comenzó a levantarse, empuñando su espada y caminando hacia él, dispuesto a atacar.

— Debe ser una broma... — murmuró Matt.

Antes de poder soltar alguna otra queja, se encontraba peleando contra un hombre muerto bastante hábil.

Los seis hermanos miraron al dueño del cuerpo que solo podía ver todo con una expresión de desagrado.

Murdock no dudó al ver la oportunidad de herirlo, pero aquello no le detuvo. El sujeto estaba muerto a pesar de que Alexandra manejaba su cuerpo para mantenerlo distraído mientras ella subía las escaleras de nuevo.

El pelinegro volvía a tirar con todas sus fuerzas de los amarres, más desesperado que nunca. Quería ir a ayudar al otro.

Matt fue retrocediendo mientras el cuerpo de Fisk lo empujaba con cada embiste y cuando casi llegaron a la fuente, el pelirrojo dio un giro ágil esquivado una estocada, tomó el brazo ajeno con una mano y le encajó su arma en el tórax, atravesándolo.

— ¡Ya quédate quieto! — murmuró, agitado y molesto, no tenía tiempo.

El rayo había dejado adolorida a la bruja, sin embargo, eso no le impidió subir lentamente y a rastras las escaleras. Escuchaba el susurro de su vestido en el concreto y su respiración agitada.

Stardust [Fratt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora