Llegué a casa y como aún era demasiado temprano, no había nadie. Mejor para mí. Fui a mi habitación y allí comencé a pensar en demasiadas cosas, pero no permití que una sola lágrima bajara otra vez por mi rostro. Había sido demasiado por hoy.
No sabía como reaccionar ante mi situación. Quería volver a Miami para estar con Isabela y escuchar a Leo, pero era demasiado tarde. Todos estos días, lo que hago es pensar: ¿Que estuviera pasando si no hubiese pasado lo que pasó? Pero es una pregunta que nunca tendrá contestación.
Quería a Leo. Estaba enamorada de él, pero aunque me mostré fuerte, Lucas llegó y todos mis sentimientos se revolvieron, me confundí. No sabía como reaccionar ante una situación así, era algo demasiado fuerte para mí. Lucas me dañó y Leo me reparó. No se puede querer a dos personas al mismo tiempo, ¿o si?...
Decidí darme un baño para despejar todo mi estrés y poder relajarme un poco. Quité toda mi ropa y me sumergí bajo aquel chorro de agua caliente. Pensé en Leo, en que ya Kimberly tendría unos 5 o 6 meses de embarazo, ya le tendrían nombre y que sería una bonita bebé con el mejor hombre del mundo como papá... Pero luego, un horrible pensar invadió ese otro pensamiento: muerte.
Me acuerdo de la historia que Xavier me narró el día que él y Leo pelearon en frente de mí. Aún no sabía la versión de Leo, aún no sabía la verdad porque aunque Xavier me haya contado todo eso, no sabía si eso era la verdad... Suspiré.
*Toc toc*
Tocaron la puerta y como era un apartamento pequeño, se escuchaba en cualquier parte. Me apresuré a secarme y ponerme una bata de baño para por lo menos ver quien era quien tocaba.
*Toc toc*
Tocaron otra vez.
-¡Ya voy!- grité desde mi habitación y me apresuré aún más
Corrí hasta la puerta y la abrí sin tontamente preguntar quien era.
-Hola- un Xavier sonriente se encontraba en frente de mí
-¿Qué haces aquí?- fue lo único que se me ocurrió preguntar
-Quería hablar contigo- dijo aún parado en la puerta. No quería dejarlo pasar.
-Tú y yo no tenemos absolutamente nada de que hablar- dije tratando de cerrar la puerta, pero Xavier me lo impidió colocando un pie.
-No me voy de aquí hasta que no hablemos- afirmó entrando sin permiso y con fuerza brusca
-Xavier, por favor, vete- supliqué
-Te dije que no- sus ojos se abrieron demasiado grande
En una fracción de segundo, se abalanzó sobre mí e intentó besarme a la fuerza...
-¡NO!- grité tratando de salirme de sus brazos pero me era imposible, él era demasiado fuerte -¡Xavier déjame!- grité de nuevo
Me tapé la boca con una de mis manos y me movía con las pocas fuerzas que tenía para evitar que me besara.
Vi su cara demasiado cerca de la mía, pero en cuestión de nada, alguien lo sacó de encima mío.
Sin mirar quien era, corrí hasta mi habitación y me encerré con seguro. Busqué mi celular, pero no lo veía por ningún lado. Necesitaba llamar a la policía, a alguien. Xavier, intentó literalmente violarme. La misma desesperación provocó lágrimas bajar por mi rostro. ¿Qué pasaba con mi vida? ¿Qué había hecho para que la suerte me tratara así?
Comenzaron a tocar la puerta de mi habitación, pero no quería abrir. Mi mundo daba vueltas, mi cabeza estaba a punto de explotar y yo no podía más. Sentía que una fuerza sobrenatural decidió desquitarse conmigo, como si yo hubiese sido una cabrona en la vida.
*Toc toc*
Seguían tocando la puerta de mi habitación, pero yo seguía apoyada en una esquina de mi cama, con mi almohada en la cara, negada a todo lo que me estaba sucediendo. ¿Por qué a mí? De tantas personas que hay al rededor del mundo, ¿por qué a mí?
-Alejandra ábreme- seguían tocando la puerta
-¡LÁRGATE!- le tiré la almohada a la puerta
-Es Lucas Ale, déjame ayudarte...
-¡No necesito tu ayuda ni la de nadie!- determiné
-Alejandra, por favor...- suplicó detrás de la puerta
Yo, estaba desesperada y Lucas estaba detrás de esa puerta ofreciéndome su ayuda, ¿qué hago? O sea, lo conozco. Sé como es Lucas, sé que nunca se atrevería a ponerme un pelo encima, pero me dejó, me dejó con mentiras y una carta que decía que iba para Los Angeles, pero mira en donde me lo vengo a cruzar...
Sin más demoras y con lágrimas en mis ojos, me levanté de la esquina de la cama y caminé hasta la puerta. La abrí muy despacio, desconfiando incluso de que Lucas me quisiera hacer algo malo.
-Tranquila- con delicadeza comenzó a acariciarme el cabello -Ya, todo está bien Alejandra- decía
Lo único que conseguí fue llorar más fuerte.
Sentí que Lucas me alzaba y me cargaba, pero era demasiada débil en esos momentos para resistirme, por lo tanto me limité a abrazar su cuello y colocar mi cabeza en su hombro.
-Te llevaré a tomar aire fresco- solamente asentí, sin decir una sola palabra
Lucas bajó las escaleras y caminó conmigo en sus brazos, no me soltó en ningún momento...
-Bájame- dije -puedo caminar...
-No, te llevaré en mis brazos hasta que no los sienta- puntualizó
No dije ninguna palabra para refutarle.
Minutos después, sentí como el sol bajaba su intensidad y los abundantes árboles trabajaban con mis pulmones... Comencé a sentir paz, paz y tranquilidad.
Lucas me bajó y no pasó ni un segundo en el cual me abrazó tan fuerte, que sentía que todas las piezas rotas de mi corazón se juntaban. No sé porque, pero este abrazo me recordó demasiado a Leo...
-Te voy a cuidar, ¿lo sabes?- me preguntó
Lo miré y no dije nada.
Colocó mi cabeza entre sus manos, y me regaló un beso en la frente que provocó que mis ojos se cerraran y sentí que aunque haya estado lejos de mí tanto tiempo, aún no me lo había podido sacar del corazón como había dicho...
Pegó mi cabeza a su pecho y sentí su corazón latir mientras acariciaba mi alborotado cabello con delicadeza. ¿A quién engaño? Lo extrañé demasiado. Fue el amor de mi vida, todo para mí. Estoy demasiado confundida en estos momentos. La verdad es que no me esperaba encontrarlo aquí, pero aquí está. Quizás el destino tiene planes de juntarnos, quizás...
-¿Ya estás más tranquila?- preguntó
-Un poco- contesté
-Nunca Alejandra, nunca dejaría que nada malo te pase mientras yo esté cerca de ti- me acordé de que Leo también me dijo algo como eso y el corazón volvió a romperse en miles de pedazos
Las vueltas que da la vida. Me enamoré de Leo, y ni siquiera hubo beso, no hubo nada. Fue como su nuestros corazones hubieras hecho click y ya... Pero, ¿y ahora? Leo, Lucas... Dos personas y un solo camino. Dejaría que mi corazón decidiera.
-Lucas- lo miré
-¿Sí?
Hice lo más estúpido que pude haber hecho, pero quería probar si quizás esto me sacaba de la confusión.
-Lucas- dije otra vez
-¿Sí?- volvió a preguntar
Sin pensarlo, y en una fracción de segundo... Junté nuestros labios.
ESTÁS LEYENDO
Lo mejor de mi vida
Teen Fiction¿Será casualidad que después de 6 años, te encuentres con una persona y cambie completamente el rumbo de tu vida? Conozcan la historia de Alejandra, una joven con apenas 16 años, loca, libre, soñadora y de carácter fuerte. Un día de verano, no tan c...