2. Problemas

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-Tú solita me vas a sacar de ésta mentira Isabela Grey, ¡Tú!- Isabela reía a carcajadas sobre su cama -¡No es nada gracioso! Dime, ¿qué voy a decirle? "Ay, tengo dieciséis años, perdona por mentirte"

-¡Él no tiene que enterarse Ale! No seas exagerada.

-¿Cómo que no tiene que enterarse?- dije sentándome a su lado -O sea, ¿quieres que sostenga esta mentira?

-Mira, la verdad es que es muy poco probable que se vean de nuevo. ¿Cuál es el problema con seguir fingiendo que tienes dieciocho? Ninguno. Él no va a pedir tu seguro social...- dijo Isa

Esto era increíble. No había hablado con Leo hace una semana, pero la idea de que me hablara y seguir fingiendo mi falsa edad, era horrible.

-Tranquila. No pienses en eso. Si no te ha escrito, seguramente no lo hará nunca más.- es cierto. No creo que me escribiría así que dejé de pensar en eso

-Bueno, voy a darme un baño- me levanté de la cama -¿Me llevas a mi casa?- pregunté dirigiendo la mirada hacia mi amiga

-Sólo si es para que te quedes de nuevo...

-Isa, llevo casi dos semanas fuera de casa. Estoy segura de que a mi madre le gustaría estar conmigo aunque sea dos días. El sábado vuelvo, ¿si?

-Esta bien.

Mi amiga siempre que yo no estaba, estaba sola. Sus padres solo trabajaban y nunca le hacían compañía. Pero, no podía quedarme, aunque mi vida es una constante guerra con mi mamá, sé que el que me quede en casa unos días es adecuado.

Entré a la bañera y mientras el agua caliente bajaba por mi cabello negro y mi cuerpo desnudo, reflexioné. Sabía que no era correcto el mentirle a un chico desconocido que me encantó, eso era algo que jamás se me habría pasado por la cabeza, especialmente cuando le mentí acerca de mi edad. Era algo grave. Es injusto de mi parte mentirle a una persona que al parecer fue demasiado honesto conmigo y vio en mi una persona de confianza.

Cerré mis ojos bajo el chorro de agua y me trasladé a aquel 4 de julio, al día en que sonreí verdaderamente después de casi un mes... No puedo creer que después de tantos años, volviera a encontrarme con una persona, y de una manera tan rara como hace día...

(...)

-¡Mamá, no por favor, no quiero ir al centro comercial!- le pedía casi en suplica

-No te vas a quedar aquí sola Alejandra Collins, ya te dije- sentenció

Isabela me había dejado aquí en mi casa hace unos 30 minutos y lo único que quería era dormir, no quería hacer nada. Mi hermana y mi mamá querían salir para el centro comercial y yo ¡NO QUERÍA! ¿Es que no entienden? Pero no...

Salí de mi casa con una cara de mil demonios y me monté en el auto de mamá. Odio, ODIO, salir con ella. Literalmente, lo aborrezco. Mi hermana salió corriendo de la casa casi matándose para montarse en el asiento del frente, algo que sinceramente no me importaba.

Llevé los auriculares puestos todo el camino, no quería escuchar absolutamente nada de lo que tenían que decir, solo quería perderme un rato en mi mundo.

Después de varios minutos en la carretera, mamá se estacionó y pude ver el centro comercial Island en frente de mí. Era gigante. Amaba venir aquí, no con mi mamá claro está.

No seguí ni a mamá ni a Jenna, mi hermana, sino que me fui y caminé sola para sentir un poco más de tranquilidad. En realidad, ellas no se darían cuenta de mi ausencia.

Caminé y caminé, horas muertas, entré a las mismas tiendas una y otra vez. Amo estar aquí, la verdad es que es como un calmante. Entré a Forever 21 y vi unos gorros de playa, así que fui directo a ellos y me coloqué uno. Me miré en un pequeño espejo que estaba en la pared y sonreí, me gustaba. Era color crema y tenía una cinta negra en el medio. Mi teléfono vibró en mis manos y miré la pantalla. Leí:

Lo mejor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora