La luz del día penetró por las claras cortinas que cubrían las ventanas de mi habitación. Mis ojos se negaban a abrirse y mi cuerpo estaba demasiado tieso. Hace ya unas dos semanas que Leo estaba de alta del hospital, y cada día que lo veía, se veía mucho mejor. Su recuperación ha sido rápida y exitosa, siento que cada día me espera una nueva aventura junto a él.
Mamá me pidió disculpas por sus pasadas actitudes y de verdad sentía que nada podría arruinarme la vida de ahora en adelante. Mi amistad con Leo crecía cada día y sinceramente, me sentía llena. Mi vida definitivamente estaba yendo por buen camino...
Decidí finalmente levantarme de la cama y me dirigí a la cocina. Mamá no estaba, mi hermana tampoco. Me acerqué a la mesa del comedor y pude ver una nota:
"Tu hermana y yo fuimos al centro comercial, sabemos que odias ir con nosotras, no nos molestamos en despertarte. En el horno hay panqueques, avisa si sales.
Con amor,
Mamá"Terminé de leer la nota y abrí el horno en donde habían tres panqueques amontonados, a los cuales les agregué mantequilla y miel. Comí con tranquilidad. Cuando hube terminado, subí a mi habitación y mi teléfono estaba sonando...
-¿Sí? ¿Ale?
-¿Leo?- su voz, la tenía en mi mente
-Sí, escucha, mi celular se me cayó por el inodoro, ¿que crees si te busco y me acompañas a comprar otro?- reí -¿Qué? A lo mejor tenía ganas de hacer número dos...
-Asqueroso- reí nuevamente -De acuerdo, estoy lista en media hora
-Perfecto- colgué
Abrí el armario y elegí unos jeans claros, una camisa azul royal y unas sandalias. Fui directo a la ducha y sin mojarme el cabello, comencé a bañarme. Estaba feliz, completamente feliz. Sabía que nada podía arruinarme la felicidad.
Salí de la ducha y antes de que comenzara a vestirme, mi celular comenzó a sonar de nuevo.
-Hija... ¿Podrías hacerme un favor?
-Sí mamá- contesté
-Tu abuela Eva necesita unas verduras y no me dará tiempo de comprárselas. ¿Crees que podrías ir al supermercado y traerle unas cuántas? Ella las buscará dentro de una hora...
-Sí, pero yo tengo planes, ¿tiene llaves para entrar a la casa?
-Ah, sí hija por eso no te preocupes...
-Bueno, esta bien.
-Si no tienes dinero- continuó mamá -En la tercera gaveta de mi habitación hay treinta dólares, dales buen uso- sonreí
-Está bien, gracias mamá.
-Y mucho cuidado Alejandra.
-Sí- colgué
Me vestí rápidamente para que me diera tiempo de ir a comprar las verduras antes de que Leo llegara a buscarme y bajé. Agarré mi bolso que estaba en la mesa de comedor y salí.
El supermercado quedaba a unos 10 minutos de mi casa caminando, pero ya el camino se me hacía corto. Cuando iba caminando escuché mi nombre.
-¿Alejandra?- era una vos masculina
Me voltee. Era Xavier.
-¿Cómo le haces para estar en cualquier lugar que yo?- preguntó sonriendo
-Creo que a quien le toca hacer esa pregunta es a mí, ¿no crees?- sonreí también -¿Cómo estás?- nos saludamos de mejilla a mejilla
-Estoy bien, ¿vives cerca?- preguntó
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Lo mejor de mi vida
Fiksi Remaja¿Será casualidad que después de 6 años, te encuentres con una persona y cambie completamente el rumbo de tu vida? Conozcan la historia de Alejandra, una joven con apenas 16 años, loca, libre, soñadora y de carácter fuerte. Un día de verano, no tan c...